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El vigilante de la nieve (X)

Era veloz sobre la yerba blanca.

Un día sintió alas y se detuvo para escuchar
en otra edad. Ciertamente, latían pétalos
negros, pero en vano: vio a los duros zorza-
les alejarse hacia ramas afiladas por el in-
vierno

y volvió a ser veloz sin destino.


ANTONIO GAMONEDA




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