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Siempre nocturno

Cada noche implacable, cada noche,
la ginebra cimbrea visiones y deseos,
y un lamento de intolerante ansia
-dice llamarse música- exhausta se sucede.
Y el neón carmesí, cordoncillo enredado
en la pálida estrella de la aurora,
sólo es sangre delgada. Despedida.


ANA ROSSETTI




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