FÉLIX LOPE DE VEGA | |
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Este, si bien sarcófago, no duro pórfido, aquel cadáver bravo observa por quien de mures tímida caterva recóndita cubrió terrestre muro. La Parca, que ni al joven ni al maturo su destinado límite reserva, ministrándole pólvora superba, mentido rayo disparó seguro... | |
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Estaba María santa contemplando las grandezas de la que de Dios sería Madre santa y Virgen bella el libro en la mano hermosa, que escribieron los profetas, cuanto dicen de la Virgen. ¡Oh qué bien que lo contempla! Madre de Dios y virgen entera, Madre de Dios, divina doncella. Bajó... | |
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Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso... | |
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Con dulce voz y pluma diligente, y no vestida de confusos caos, cantáis, Tomé, las bodas, los saraos de Zapaquilda y Micifuf valientes. Si a Homero coronó la ilustre frente cantar las armas de las griegas naos, a vos, de los insignes marramaos, guerras de amor por súbito accidente... | |
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SILVA II Convaleciente ya de las heridas de los crueles celos de Micifuf, Marramaquiz valiente (aquellos que han costado tantas vidas, y que en los mismos cielos a Júpiter, señor del rayo ardiente, con disfraz indecente, fugitivo de Juno, su rigor importuno tantas veces mostraron... | |
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SILVA III Distaba de los polos igualmente la máscara del sol, y Cinosura, primera cuadrilátera figura, con la estrella luciente que mira el navegante, bordaba la celeste arquitectura; velaba todo amante por el silencio de la noche obscura, y el indiano clima el sol ardía, en dos mitades dividido el día... | |
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SILVA IV Quien dice que el amor no puede tanto, que nuestro entendimiento no puede sujetarle, es imposible que sepa qué es amor, que reina en cuanto compone alguna parte de elemento en el mundo visible. ¡Oh fuerza natural incomprehensible! Que en todo cuanto tiene una de las tres almas, a ser el alma de sus almas viene... | |
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SILVA V Oh tú, don Lope, si por dicha agora por los mares antárticos navegas, o surto en tierra, cuando al puerto llegas, preguntas a la Aurora qué nuevas trae de la bella España, donde tus prendas amorosas dejas, y por regiones bárbaras te alejas; o miras, en los golfos de la naval campaña por donde vino Júpiter a Europa... | |
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SILVA VI Cuando el soberbio bárbaro gallardo llamado Rodamonte, porque rodó de un monte, supo que le llevaba Mandricardo la bella Doralice, como Arïosto dice, a diez y seis de agosto que fue muy puntual el Ariosto , cuenta que dijo cosas tan extrañas que movieran de un bronce las entrañas... | |
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SILVA VII Al arma toca el campo micigriego contra Marramaquiz, gato troyano; viento sube, aunque oprimido en vano, a la región elementar el fuego; inquietan de los aires el sosiego, con firme agarro de la uñosa mano, bandera que con una y otra lista trémulas se defienden de la vista... | |
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Reyes que venís por ellas, no busquéis estrellas ya, porque donde el sol está no tienen luz las estrellas. Reyes que venís de Oriente al Oriente del sol solo, que más hermoso que Apolo, sale del alba excelente. Mirando sus luces bellas, no sigáis la vuestra ya, porque donde el sol... | |
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La niña a quien dijo el ángel que estaba de gracia llena, cuando de ser de Dios madre le trujo tan altas nuevas, ya le mira en un pesebre llorando lágrimas tiernas, que obligándose a ser hombre también se obligó a sus penas. ¿Qué tenéis, dulce Jesús? le dice la niña bella , ¿tan... | |
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Pobre barquilla mía, entre peñascos rota, sin velas desvelada, y entre las olas sola. ¿Adónde vas perdida? ¿Adónde, di, te engolfas? Que no hay deseos cuerdos con esperanzas locas. Como las altas naves, te apartas animosa de la vecina tierra, y al fiero mar te arrojas. Igual en las... | |
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Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse; arder como la vela y consumirse haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse; hablar... | |
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Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno escuras? ¡Oh. cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío... | |
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Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro, y la cándida víctima levanto, de mi atrevida indignidad me espanto y la piedad de vuestro pecho admiro. Tal vez el alma con temor retiro, tal vez la doy al amoroso llanto, que arrepentido de ofenderos tanto con ansias temo, y con dolor suspiro... | |
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Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas y la noche es océano. Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras y la noche desierto. Dos cuerpos frente a frente son a veces raíces en la noche enlazadas. Dos cuerpos frente a frente son a veces navajas y la noche ... | |
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Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso... |