CLAUDIA LARS | |
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Este color de liquen y de algas; este origen de mar, que nadie advierte; este canto de grutas sumergidas y estos silencios de agua, que se beben. El goce de una intacta lejanía donde el pulso del tiempo se endurece; el barco que llegó buscando anclas, por combate de noches y de nieves... | |
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Vivo un temblor de presentimientos y estoy en medio de la borrasca como la sacudida hoja de un árbol inútil. Presencio el instante que enloquecidos visionarios anunciaron con signos de relámpagos y me dobla su fuerza incontenible y su maduro peso funeral. Al fin se rompen los sellos... | |
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Eras niño de niebla casi en la nada; nombre de mi sonrisa detrás del alma. Y era un barco dichoso de tanto viaje y un ángel marinero bajo mi sangre. Subías como el lirio, como las algas; en tu peso crecía la madrugada. Y alzando el aire joven sus ademanes ya marcaba tu fuerza de... |