☰ menú
 


ANTONIO CARVAJAL

 

   A veces el amor tiene caricias...

primeros versos

A veces el amor tiene caricias frías, como navajas de barbero. Cierra los ojos. Das tu cuello entero a un peligroso filo de delicias. Otras veces se clava como aguja irisada de sedas en el raso del bastidor: raso del lento ocaso donde un cisne precoz se somorguja. En general, adopta una manera ...

 

   Dame, dame la noche ...

primeros versos

Dame, dame la noche del desnudo para hundir mi mejilla en ese valle, para que el corazón no salte, y calle: hazme entregado, reposado y mudo. Dame, dame la aurora, rompe el nudo con que ligué mis rosas a tu talle, para que el corazón salte y estalle: hazme violento, bullidor y rudo. ...

 

   Los días de luto

primeros versos

Los días de luto dejan sabor de musgo en la boca y una nostalgia marchita de jazmines bajo sombras, sombra fría y recortada con negaciones de aurora: Sufrimos. Y no sabemos por qué la sangre arroja en cálices de silencio sin futuro y sin aroma, y buscamos ese instante ...

 

   No mires hacia atrás...

primeros versos

No mires hacia atrás: Ya nada queda: la casa, el sitio, la ciudad, el soto, escombro, hueco, ripio, humo remoto o acaso turbia y leve polvareda. Mira adelante, aunque te retroceda el ánimo: El futuro no está roto: si oscuro, intacto; fértil, porque ignoto. Quiera tu voluntad, tu ánimo pueda. ...

 

   Paraíso final

primeros versos

Luchando, cuerpo a cuerpo, nos queremos de veras y es fuego de mi carne la flor de tu mejilla. El beso en su volumen iguala a la semilla que brota verdemente con dos hojas primeras.En la concha del ámbar manan las primaveras un arroyo sereno de miel y manzanilla. ...

 

   Pasión

primeros versos

Con estos mismos labios que ha de comer la tierra, te beso limpiamente los mínimos cabellos que hacen anillos de ébano, minúsculos y bellos, en tu cuello, lo mismo que el pinar en la sierra. Te muerdo con los dientes, te hiero en esta guerra de amor en que enloquezco. Sangras. ...

 

   Tigres en el jardín

primeros versos

Como un ascua de odio te hemos visto en la aurora, como un trigal de cielo derramado en la vega, y hemos sorbido el agua que tu contacto dora y ese aroma de rosas que nos cerca y anega. En este huerto el lirio es feliz. Sólo implora libertad nuestra sangre, mientras la nube ...