PEDRO SALINAS | |
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Llevo los ojos abiertos. No te veo, estás dentro de la niebla. Niebla: con el mirar no la aclaro, con la mano no la empujo, con el querer no la mato. Niebla. La mirada ¿para qué? y la voluntad, inútil. Llevo los ojos cerrados. No te veo, ya te siento, ya te tengo. Mía. Estás, estoy,... | |
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Cuando cierras los ojos tus párpados son aire. Me arrebatan: me voy contigo, adentro. No se ve nada, no se oye nada. Me sobran los ojos y los labios, en este mundo tuyo. Para sentirte a ti no sirven los sentidos de siempre, usados con los otros. Hay que esperar los nuevos... | |
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De mirarte tanto y tanto, del horizonte a la arena, despacio, del caracol al celaje, brillo a brillo, pasmo a pasmo, te he dado nombre; los ojos te lo encontraron, mirándote. Por las noches, soñando que te miraba, al abrigo de los párpados maduró, sin yo saberlo, este nombre tan redondo... | |
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No me fío de la rosa de papel, tantas veces que la hice yo con mis manos. Ni me fío de la otra rosa verdadera, hija del sol y sazón, la prometida del viento. De ti que nunca te hice, de ti que nunca te hicieron, de ti me fío, redondo seguro azar... | |
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Parecen nubes. Veleras, voladoras, lino, pluma, al viento, al mar, a las ondas parecen el mar del viento, al nido, al puerto, horizontes, certeras van como nubes. Parecen rumbos. Taimados los aires soplan al sesgo, el sur equivoca el norte, alas, quillas, trazan rayas, aire, nada, espuma, nada , sin dondes... | |
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Sí, por detrás de las gentes te busco. No en tu nombre, si lo dicen, no en tu imagen, si la pintan. Detrás, detrás, más allá. Por detrás de ti te busco. No en tu espejo, no en tu letra, ni en tu alma. Detrás, más allá. También detrás, más atrás de mí te busco. No eres lo que yo... | |
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Las oyes cómo piden realidades, ellas, desmelenadas, fieras, ellas, las sombras que los dos forjamos en este inmenso echo de distancias? Cansadas ya de infinitud, de tiempo sin medida, de anónimo, heridas por una gran nostalgia de materia, piden límites, días, nombres... | |
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Estoy pensando, es de noche, en el día que hará allí donde esta noche es de día. En las sombrillas alegres, abiertas todas las flores, contra ese sol, que es la luna tenue que me alumbra a mí. Aunque todo está tan quieto, tan en silencio en lo oscuro, aquí alrededor, veo a las gentes... | |
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Si no es el mar, sí es su imagen, su estampa, vuelta, en el cielo. Si no es el mar, sí es su voz delgada, a través del ancho mundo, en altavoz, por los aires. Si no es el mar, sí es su nombre en un idioma sin labios, sin pueblo, sin más palabra que ésta: mar. Si no es el mar, sí es... | |
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Nadadora de noche, nadadora entre olas y tinieblas. Brazos blancos hundiéndose, naciendo, con un ritmo regido por designios ignorados, avanzas contra la doble resistencia sorda de oscuridad y mar, de mundo oscuro. Al naufragar el día, tú, pasajera de travesías por abril y mayo, te... | |
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No preguntarte me salva. Si llegase a preguntar antes de decir tú nada, ¡qué claro estaría todo, todo qué acabado ya! Sería cambiar tus brazos, tus auroras, indecisas de hacia quién, sería cambiar la duda donde vives, donde vivo como en un gran mundo a oscuras, por una moneda fría y... | |
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Para vivir no quiero Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú... | |
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Qué alegría, vivir sintiéndose vivido. Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente, de que otro ser, fuera de mí, muy lejos, me está viviendo. Que cuando los espejos, los espías, azogues, almas cortas, aseguran que estoy aquí, yo, inmóvil, con los ojos cerrados y los labios,... | |
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Qué cuerpos leves, sutiles, hay, sin color, tan vagos como sombras, que no se pueden besar si no es poniendo los labios en el aire contra algo que pasa y que se parece! ¡Y qué sombras tan morenas hay, tan duras que su oscuro mármol frío jamás se nos rendirá de pasión entre los brazos! ... | |
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Se te está viendo la otra. Se parece a ti: los pasos, el mismo ceño, los mismos tacones altos todos manchados de estrellas. Cuando vayáis por la calle juntas, las dos, ¡qué difícil el saber quién eres, quién no eres tú! Tan iguales ya, que sea imposible vivir más así, siendo tan... | |
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Sin armas. Ni las dulces sonrisas, ni las llamas rápidas de la ira. Sin armas. Ni las dulces sonrisas, ni las llamas rápidas de la ira. Sin armas. Ni las aguas de la bondad sin fondo, ni la perfidia, corvo pico. Nada. Sin armas. Sola. Ceñida en tu silencio. Sí y no , mañana y... |