CONCHA MÉNDEZ | |
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Cómo galopa la sangre! ¡Qué difícil detenerla para que nos vaya al paso cuando vive con tal fuerza! Le he puesto duros bocados; la he sujetado las riendas; hay un viento que me puede y la clava mil espuelas. ¡Yo no sé con este empuje, yo no sé a dónde me lleva!... | |
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Fantasmas de hielo y sombra animados y sin alma me cercan por todas partes adondequiera que vaya. Me cercan y me persiguen, pero nunca me acobardan, porque al hielo que me oponen, les opongo fuego o llama. Con ellos estoy en duelo, en duelo que no se... | |
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Me gusta andar de noche las ciudades desiertas, cuando los propios pasos se oyen en el silencio. Sentirse andar, a solas, por entre lo dormido, es sentir que se pasa por entre un mundo inmenso. Todo cobra relieve: una ventana abierta, una luz, una pausa, un suspiro, una sombra... Las... | |
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No es aire lo que respiro, que es hielo que me está helando la sangre de mis sentidos. Tierra que piso se me abre. Cuanto miro se oscurece. Mis ojos se abren al llanto ya cuando el día amanece. Y antes del amanecer, abiertos miran al mundo y no lo quieren... | |
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Sobre la blanca almohada, más allá del deseo, sobre la blanca noche, sobre el blanco silencio, sobre nosotros mismos, las almas en su encuentro. Sobre mi frente erguido el exacto momento, dices que en una sombra vives en mi recuerdo. Síntesis de las horas. Tú y yo en movimiento luchando vida a vida, gozando cuerpo a cuerpo... | |
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Se mire donde se mire, nada se ve por la tierra, que la luz ya no es la luz, que es sombra negra y sin tregua y por todos los caminos la sangre hasta el pecho llega. ¿Por qué esta mezcla de sangres, unas viejas y otras nuevas? ¿Qué necesitan los dioses del Porvenir, que las mezclan?... | |
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Todo, menos venir para acabarse. Mejor rayo de luz que nunca cesa; o gota de agua que se sube al cielo y se devuelve al mar en las tormentas. 0 ser aire que corra los espacios en forma de huracán, o brisa fresca. ¡Todo, menos venir para acabarse como se acaba, al fin, nuestra... | |
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Uno de esos instantes que se vive no se sabe en qué mundo, ni en qué tiempo, que no se siente el alma y que apenas se siente el existir de nuestro cuerpo, mi corazón oyó que lo llamaban desde el umbral en niebla de algún... | |
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Vine con el deseo de querer a las gentes y me han ido secando mi raíz generosa. Entre turbias lagunas bogar veo a la Vida. Deja estelas de fango, al pasar, cada cosa... Y hablo así, yo que he sido vencedora en mi mundo, porque pude vencerme y vencer a deseo. Pero no me he querido... |