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ANA EMILIA LAHITTE

 

   Algunas maneras de ensayar el adiós

primeros versos

1 Cada latido, pendular, descalzo, regresa al universo. 2 Somos lo que no vemos. Somos lo que ignoramos. La sombra es la única constancia del aún estar después de haber huído. 4 Amo el temblor radiante de mi propia intemperie. 5 La desnudez fue siempre mi guarida secreta. 6 Costó tanto ...

 

   Altri tempi

primeros versos

Las salas enfundadas como inmensas corolas. Y un secreto soleado: el país de los patios. (Se decía glicina, heliotropo, diamela, como hoy se dice ADN, sidaico). Aquel cielo privado, con chicos y canarios y huertos y murales de macetas pintadas, era de veras cielo. ...

 

   Amantes clandestinos

primeros versos

Uno va internándose en la fatiga horizontal que llega a seducir los huesos y el silencio como si fuesen huéspedes fugaces o amantes clandestinos. Y un día nos sorprende descubrirnos dueños de una morada abierta a la intemperie de toda soledad. Vamos tendiéndonos junto a nuestra ...

 

   Aprendizajes

primeros versos

Comienzo a perder instantes. A perderme. Una décima de segundo. Un milésimo de silencio. Nada me despoja. Todo me desnuda. Es lo infinito que regresa. Aprendo a habitar el esplendor de mi sombra.

 

   Atrapados

primeros versos

 

   Cetrería

primeros versos

Liebre, venado, faisán. No me atrae la caza ni me gusta alinear la carne roja en bandejas de plata. Pero el halcón acaba de traerme tus ojos. Amo la cetrería. Mañana ha de traerme tu mirada. (Fuente: Jorge Carrol)

 

   El cuerpo

primeros versos

A Jorge García Sabal y Alfredo Veiravé Asumoen huesos frágilesel esplendor del ser y su destierromi médula salvajemi ambigüedad tajeada por las uñas de Dios. 1 El cuerpo. Sólo somos su huésped transitorio. Su más desheredado habitante mortal. 2 Desde el alba del hueso la carne ...

 

   El suéter de Fedorio

primeros versos

En los bordes raídos del suéter de Fedorio se arremansa la vida y sus historias. Jamás me atrevería a proponerle restañar esos hilos desgastados reavivar los colores las zonas percudidas como un abecedario para ciegos. Quitárselo sería desollarlo. El suéter de Fedorio es una hogaza ...

 

   Exorcismos

primeros versos

( quotLa realidad, sí, la realidad ese relámpago de lo imposible que revela en nosotros la soledad de Dios. Olga Orozco) Cerebroel exorcismodel regreso a casa. Pero ¿quién vuelve en mí? ¿Aceptarán los murosla soledadbaldada?

 

   Génesis

primeros versos

Después de Dios. Después de padecerlo en la humana versión de sus sosías vislumbramos un dios que se transforma en soledad de dios luego de serlo. Sólo resta dejar en paz y firmes las heridas. Desnudarnos de Dios. Y contemplarlo. Desnudo. A nuestra propia semejanza. ...

 

   Gironsiglos

primeros versos

(a Enrique Molina) Junto al manso D Amicis de mi infancia / recela el siglo en celo de sus Emmas rapaces / de sus hembras con filo de alhucema. / El Flaubert de mi madre / huele a hastío / a musgo / a discreción. / Huele a cuero de Rusia el D Annuncio vedado. / (La decencia era un rito / un embrión ...

 

   Huida

primeros versos

(a Elizabeth Azcona Cranwell) ( la verdad que se busca se pierde, se hace libreEdgar Bayley) Con la mitad de mi cerebro hice un ala de sol para la noche. Guardo la otra mitad celosamente: así podré creer que ya no existo. Desde el adiós un ciervo echa a correr llevándose el ...

 

   Jirones (1-11)

primeros versos

1 VIVIRÁS / tantas veces / como haya consentido tu sombra / ser vaciada. 2 SUAVE es la zarza / a pesar del miedo / y aunque el expolio es grave / resplandece. 3 SUELO ignorarme / con la naturalidad / conque los pájaros / desconocen el riesgo de sus alas. ...

 

   Jirones (12-22)

primeros versos

12 NOS han habilitado para el hurto / de una escenografía temeraria / donde fingimos ser / hasta creérnoslo. 13 ¿LLORAN las lágrimas / o nos utilizan para deshabitarse/ del dolor? 14 NOS laceran / palabras soñadas por los muertos. / Y no las escuchamos. / Silenciamos silencios. ...

 

   Jirones (23-33)

primeros versos

23 BASTA / para enjoyarnos / este lujo ancestral / del desamparo. 24 DEBIERA / alcanzarle a Dios /la soledad de nuestro pulso / para absolvernos de lo humano. 25 VIVIMOS / sin morir del todo / cada noche / para inaugurar la próxima / agonía. ...

 

   Jirones (34-44)

primeros versos

34 EL cautiverio del nacer / custodia / lo eterno del instante / que seremos. 35 SOMOS / lo indeleble / de cada ser pensante / tatuado por el caos. 36 Y somos lo que amamos / las vísceras del viento /las vértebras del humo. ...

 

   La inadvertencia

primeros versos

(a María Rosa Lojo) Hemos hablado de los hombres y de cuanto les ocurre a los hombres, como si la humanidad fuese un planeta inmerso en nuestra sombra. Hemos creído despoblar el silencio nombrando cada cosa, encadenándola y encadenándonos a su significado. ...

 

   La jaula

primeros versos

Quién soy, sola de mí, para violarme con verdades ajenas si aún las propias no han sido deslindadas. Quién se interna en la palma de mis manos luego de cercenarlas. Quién me vacía, huye y no regresa sin despojarme de la amarra. Quién seduce mi cólera, penitencia incendiada. ...

 

   La niña extraña

primeros versos

Tenía un grillo entre las sienes y sabía decir mariposa. Lo demás lo ignoraba. Un día descubrió que Dios no era una alondra. Otro día les dijo a las simientes que sería más lindo brotar alas. Al fin se convenció de que en el mundo hay demasiadas cosas sabias. Y se fue despacito, ...

 

   Oficios de la muerte

primeros versos

La veo trabajar en cal pensante como si su lujuria de tinieblas le permitiese inscribir en tierra todos los nombres de la soledad. Pero aún no pudo enterrar mi sombra. Tampoco la ración de sangre sola que cada muerto cava en humildad.

 

   Posdata

primeros versos

La toma de conciencia de haber sido burlados a destiempo llega después cuando el morir se ha vuelto un latido obsesivo. y acompaña los pasos.

 

   Señales

primeros versos

Aquellos padres hondos de que habla Valery siguen interrogándonos. Nuestra orfandad responde desde su alta mudez. Eterno diálogo. Quizá el más cercano de nuestros habitantes sin rostro el más cauto sabe que traficamos con la idoneidad de un Judas que sonríe ...