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FELIPE BENÍTEZ REYES

 

   Casa de Veracruz

primeros versos

Entré en la casa blanca con mi incierta llave de cristal frío, la memoria. Se mecía el toldo sobre el patio como un jirón de niebla. Se mecía el caballo qué roto- de cartón en el cuarto de juego. Y nada era nítido allí ni vago, pues los ojos miran con lente propia los dominios del cadáver del tiempo, ...

 

   Dibujo en el agua

primeros versos

Bien sabes que estos años pasarán, que todo acabará en literatura: la imagen de las noches, la leyenda de la triunfante juventud y las ciudades vividas como cuerpos. Que estos años pasarán ya lo sabes, pues son tuyos como una posesión de nieve y niebla, como es del mar la bruma o es del aire ...

 

   El equipaje abierto

primeros versos

De todo comienza a hacer bastante tiempo. Y en una habitación cerrada hay un niño que aún juega con cristales y agujas bajo la mortandad hipnótica de la tarde. Comienza a hacer de todo muchos años. Y la noche, sobrecogida de sí misma, abre ya su navaja de alta estrella ante la densa rosa ...

 

   En contra del olvido

primeros versos

Si el tiempo en la memoria no muriese tan lento y torturado, disponiendo por tanto una manera melancólica de volver al pasado y sentirlo no como un algo muerto, sino siemre a punto de morir y siempre herido --y renacido siempre, y de tiniebla. Si el tiempo, en fin, tuviese potestad para borrar ...

 

   Infancia

primeros versos

El viento golpea la puerta del cuarto siempre cerrado. El viento llama a la puerta. El viento quiere abrir la puerta en que detiene su camino ese caballo blanco con ojos de cristal. El viento araña la puerta con su garra de dragón errabundo. Los sioux y comanches van tensando sus arcos. ...

 

   La condena

primeros versos

El que posee el oro añora el barro. El dueño de la luz forja tinieblas. El que adora a su dios teme a su dios. El que no tiene dios tiembla en la noche. Quien encontró el amor no lo buscaba. Quien lo busca se encuentra con su sombra. Quien trazó laberintos pide una rosa blanca. El dueño de la rosa ...

 

   La diferencia

primeros versos

Tú dando a una metáfora su sigiloso espectro de sentido. Tú cuidando ese ritmo, la cadencia de sombra de tu verso, y a su música dejando confiada la memoria. Tú afanado en un verso que te exprese, tú entre la oscura luz. Mientras afuera la vida se destroza en su esplendor, inocente y rotunda, ...

 

   La edad de oro

primeros versos

Lo que el tiempo se lleve que sea tanto como aquello que el tiempo nos dio, regalo inmerecido, dejando la memoria en la inocencia de la vida cumplida, porque nada hiere más y más hondo que el recuerdo: mientras dure una noche en la memoria, esa noche es la Noche y esa intensa ...

 

   La palabra

primeros versos

La mano que reposa en la mano de amante, jugando con la joya de algún aniversario. Los tacones rojos de una puta vestida de rojo por el pasillo de un hotel de alfombras rojas. La adolescente que se pone los calcetines escoceses en un almacén de bebidas, sentada sobre un fardo de cartones, ...

 

   Las niñas

primeros versos

Llegan con los tacones sucios del barro de los parques, con un perfume espeso de flores venenosas. Llegan con gafas negras, radiantes, despeinadas; la noche las recubre con un palio morado. Toman licores densos con aires de tragedia. Tienen nombres de diosa, de colonia ...

 

   Los malos despertares

primeros versos

Defiéndete de ellas. De esas noches que merecen los turbios homenajes de la literatura, y que tú ves brillar en esa joya oscura --y banal que es siempre una metáfora. --Vosotras, noches furtivas, malas perras de arrabal. Las que perduran como emblema de juventud en la memoria ...

 

   Miseria de la poesía

primeros versos

La lenta concepción de una metáfora o bien ese temblor que a veces queda después de haber escrito algunos versos, ¿justifica una vida? Sé que no. Pero tampoco ignoro que, aun no siendo cifra de una existencia, esas palabras dirán que quien dispuso su armonía supo ordenar un mundo. ...

 

   Palabras privadas (I)

primeros versos

Nos hemos hecho daño y el tiempo ya no pasa indiferente. Por qué es tan alto el precio del olvido no sabemos, y herimos con una relajada displicencia aun teniendo muy claro que algún día alguien recordará el dolor que le causamos, porque el dolor persiste en la memoria con una obstinación ...

 

   Palabras privadas (II)

primeros versos

Para el amor altivo la condena de un alto dolor. Para el amor que se enfrenta a la muerte, iluminando la tiniebla con fuegos de artificio, para ese amor la herida de las crepusculares sombras. Para el amor que ignora la sustancia funeral de la rosa , turbio aroma de un día; que desconoce ...

 

   Palabras privadas (III)

primeros versos

Hay siempre mar de fondo en el amor. Hay siempre lunas muertas, estrellas despuntadas, sombras de muertos ángeles. Hay siempre nubes negras y el cadáver de un cisne. Hay un viento que arrastra los jirones de niebla y una mano enemiga que desgarra la niebla. Hay siempre mar de fondo, ...

 

   Persistencia del olvido

primeros versos

Recuerdo una ciudad como recuerdo un cuerpo. Caía ya la luz sobre las calles ya caía en tu cuerpo -- en un hotel oscuro, o en no sé qué habitación sin muebles de no sé qué ciudadla luz agonizante de velas encendidas. Un temblor de velas, o un temblor de árboles, en el otoño. ...

 

   Valor del pasado

primeros versos

Hay algo de inexacto en los recuerdos: una línea difusa que es de sombra, de error favorecido. Y si la vida en algo está cifrada es en esos recuerdos precisamente desvaídos, quizás remodelados por el tiempo con un arte que implica ficcíon, pues verdadera no puede ser la vida recordada. ...