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LUIS G. URBINA

 

   A Erigone

primeros versos

Deja que llegue a ti, deja que ahonde como el minero en busca del tesoro, que en tu alma negra la virtud se esconde como en el seno de la tierra el oro. ¡Alma sombría, ayer inmaculada! Tu caída me asombra y me entristece. ¿Qué culpa ha de tener la nieve hollada si el paso del viajero la ennegrece? ...

 

   A solas

primeros versos

Yo soy muy pobre, pero un tesoro guardo en el fondo de mi baúl: una cajita color oro que ata un brillante listón azul. La abro ¿qué tiene?.... Hojas de rosas, secas reliquias de un viejo amor, alas sin polvo, de mariposas, mirtos, gardenias y tuberosas..... ¡Muchos recuerdos en cada flor! El amuleto ...

 

   A Thais

primeros versos

Beso tus ojos tristes como suele sus reliquias besar, en tanto reza, una anciana piadosa. Y tu cabeza que a perfumadas liviandades huele, beso, porque mi beso te consuele, mi beso que es unción y que es tristeza, mi beso que está limpio de impureza, mi beso que no mancha y no duele. ...

 

   Antífora

primeros versos

En mi angustia, callada y escondida, sé tú como enfermera bondadosa, cuya mano ideal viene y se posa, llena de suave bálsamo, en la herida. Ríe en mi tedio sepulcral guarida como un rayo de sol en una fosa; perfuma, como un pétalo de rosa, el fango y la impureza de mi vida. Del corazón en el silencio, ...

 

   Así fue

primeros versos

Lo sentí; no fue una separación, sino un desgarramiento; quedó atónita el alma, y sin ninguna luz, se durmió en la sombra el pensamiento. Así fue; como un gran golpe de viento en la serenidad del aire. Ufano, en la noche tremenda, llevaba yo en la mano una antorcha con que alumbraba la senda, ...

 

   Ave Cesar

primeros versos

¡Ave Cesar! Herido voy, herido; no me alienta la muchedumbre que en el circo clama, y entona canto a la verde rama que allí en a sien del vencedor se ostenta. La misma multitud es la que afrenta al que en la lucha desigual, se inflama, y al fin sucumbe, sin honor ni fama, la espada rota y la cerviz ...

 

   Dones

primeros versos

Mi padre fue muy bueno: me donó su alegría ingenua; su ironía amable: su risueño y apacible candor. ¡Gran ofrenda la suya! Pero tú, madre mía, tú me hiciste el regalo de tu suave dolor. Tú pusiste en mi alma la enfermiza ternura, el anhelo nervioso e incansable de amar; las recónditas ansias ...

 

   El poema del lago

primeros versos

A Jesús E. Valenzuela I A UN ÁRBOL DEL CAMINO ¿Qué dice tu nervioso gesto de selva oscura árbol vetusto y seco sin una verde rama? Con cicatriz de hachazos y quemazón de llama, como un espectro tiendes tu sombra en la llanura. ¿Qué dice, viejo inmóvil, tu fiera crispatura? ...

 

   En el cielo

primeros versos

El cielo y yo quedamos frente a frente. Y era como un tropel de informes canes persiguiendo una fuga de titanes las nuebes milagrosas del Poniente. En el fondo de púrpura candente, los forzados y altivos ademanes erguíase en coléricos afanes y vaguedad de sueño... De repente se iluminó ...

 

   En memoria de mi perro

primeros versos

Del raído jergón en que yacía mi perro moribundo, alzó la testa, la gran testa escultórica, orgulloso y altivo, como un dios agonizante. En sus ojos, profundos y febriles, súbitamente se encendió un relámpago de amor inmenso. Mi tristeza entonces quiso asomarse a mis pupilas para dar ...

 

   Hechicera

primeros versos

No sentí cuando entraste; estaba oscuro, en la penumbra de un ocaso lento, el parque antiguo de mi pensamiento que ciñe la tristeza, cual un muro. Te vi llegar a mí como un conjuro, como el prodigio de un encantamiento, como la dulce aparición de un cuento: blanca de nieve y blonda de oro puro. ...

 

   Humorismo triste

primeros versos

¿Qué si me duele? un poco, te confieso que me heriste a traición, mas por fortuna tras el rapto de ira vino una dulce resignación... pasó el acceso. ¿Sufrir? ¿Llorar? ¿Morir? ¿Quién piensa en eso? El amor es un huésped que importuna, mírame cómo estoy, ya sin ninguna tristeza que decirte, ...

 

   La agonía blanca

primeros versos

Blanca como esta noche no he visto cosa alguna: ni el mármol, ni la nieve, ni el armiño. Semeja el cielo, un gran abismo de plata, que refleja su luz, en otro abismo de cristal: la laguna. Sólo, de tarde, en tarde, pasa, pequeña y bruna, la góndola, que efímero surco ondulante deja; y cuando, ...

 

   La balada de la vuelta del juglar

primeros versos

Dolor: ¡qué callado vienes! ¿Serás el mismo que un día se fue y me dejó en rehenes un joyel de poesía? ¿Por qué la queja retienes? ¿Por qué tu melancolía no trae ornadas las sienes de rosas de Alejandría? ¿Qué te pasa? ¿Ya no tienes romances de yoglería. Trovas de amor y desdenes, ...

 

   La confidencia

primeros versos

¡Pobre galleguito, rubio y candoroso, que a América vino sin ir a la escuela! Tiene torpes andares de oso y apacible mirar de gacela. Su ademán es brusco, pero ¡qué sincero! Su palabra es ruda, pero ¡qué leal! Tiene el galleguito corpachón de acero y alma de cristal. ¡Madera de santo, ...

 

   La visita

primeros versos

Ha de venir. Vendrá. ¿Cuándo?... No sé. Muy pronto. Escucho ya su voz remota y sus pisadas oigo. Abre la puerta, alma; que no te tenga que llamar. Y que esté dispuesto todo: apagado el fogón, limpia la casa, y el blanco cirio de la fe, en el fondo. Ha de venir. Vendrá. Calladamente me tomará ...

 

   Madrigal efusivo

primeros versos

Déjame amar tus claros ojos. Tienen lejanías sin fin, de mar y cielo, y sus fulgores apacibles vienen hasta mi corazón como un consuelo. Deja que con tus ojos, se iluminen mis viejas sombras y se vuelvan flores; deja que con tus ojos se fascinen, como aves de leyenda, mis dolores. ...

 

   Mañana de sol

primeros versos

Palpitan como alas de pájaros en fuga las velas que sacude la brisa matinal, y el aire, a flor de onda, menudamente arruga la seda azul, tramada de estambres de cristal. De la dorada costa la palidez subyuga, y tiene el viento puro delicadeza tal, que al refrescarme el rosotro parece que me enjuga ...

 

   Mariposa de enero

primeros versos

Un día de invierno gris y opaco. Tienen, el jardín pereza, modorra las flores, cansancio las aguas, que apenas sostienen erguidos los chorros de los surtidores. No hay aves que trinen; no hay voces que suenen; y en la anemia de la luz y los verdores, dos mariposillas que van y que vienen ...

 

   Metamorfosis

primeros versos

Era un cautivo beso enamorado de una mano de nieve que tenía la apariencia de un lirio desmayado y el palpitar de una ave en agonía. Y sucedió que un día, aquella mano suave de palidez de cirio, de languidez de lirio, de palpitar de ave, se acercó tanto a la prisión del beso, que ya no pudo más ...

 

   Nuestras vidas son los ríos

primeros versos

Yo tenía una sola ilusión: era un manso pensamiento; el del río que ve próximo el mar y quisiera un instante convertirse en remanso y dormir a la sombra de algún viejo palmar. Y decía mi alma: turbia voy y me canso de correr las llanuras y los diques saltar; ya pasó la tormenta; necesito ...

 

   Perlas

primeros versos

Como al fondo del mar baja el buzo en busca de perlas, la inspiración baja a veces al fondo de mis tristezas para recoger estrofas empapadas con mis penas. Y en cada uno de mis versos viven, con vida siniestra, mis deseos, mis temores, mis dudas y mis creencias ¡Qué mucho que yo los ame! ...

 

   Puesta de sol

primeros versos

Por la calle solitaria cuyo término confuso vagamente se deslíe en el oro del crepúsculo, silencioso y pensativo como siempre, voy sin rumbo enhebrando fantasías en el aire azul y puro. Tranquila está la barriada, los talleres están mudos, no se ven las chimeneas empenachadas de humo, ...

 

   Rendición

primeros versos

Te quiero porque en tu alma vive el germen de ternura infinita, como diáfana gota de rocío sobre una flor marchita; te quiero porque he visto doblegarse tu espléndida cabeza; porque sé bien que en medio de la orgía te invade la tristeza; porque has pasado por la senda estrecha en los grandes ...

 

   Vieja lágrima

primeros versos

(VOCES DE LA SOMBRA INTERIOR) Como en el fondo de la vieja gruta, perdida en el riñón de la montaña, desde hace siglos, silenciosamente,cae una gota de agua, aquí, en mi corazón oscuro y solo, en lo más escondido de la entraña, oigo caer, desde hace mucho tiempo, ...