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ALVARO MUTIS

 

   Amén

primeros versos

Que te acoja la muerte con todos tus sueños intactos. Al retorno de una furiosa adolescencia, al comienzo de las vacaciones que nunca te dieron, te distinguirá la muerte con su primer aviso. Te abrirá los ojos a sus grandes aguas, te iniciará en su constante brisa de otro mundo. ...

 

   Batallas hubo

primeros versos

I Casi al amanecer, el mar morado, llanto de las adormideras, roca viva, pasto a las luces del alba, triste sábana que recoge entre asombros la mugre del mundo. Casi al amanecer, en playas pizarra y agudos caracoles y cortantes corolas, batallas hubo, grandes guerras mudas dejaron sus huellas. ...

 

   Cada poema

primeros versos

Cada poema un pájaro que huye del sitio señalado por la plaga. Cada poema un traje de la muerte por las calles y plazas inundadas en la cera letal de los vencidos. Cada poema un paso hacia la muerte, una falsa moneda de rescate, un tiro al blanco en medio de la noche ...

 

   Canción del este

primeros versos

A la vuelta de la esquina un ángel invisible espera; una vaga niebla, un espectro desvaído te dirá algunas palabras del pasado. Como agua de acequia, el tiempo cava en ti su arduo trabajo de días y semanas, de años sin nombre ni recuerdo. A la vuelta de la esquina te seguirá esprando ...

 

   Cinco imágenes

primeros versos

1 El otoño es la estación preferida de los conversos. Detrás del cobrizo manto de las hojas, bajo el oro que comienzan a taladrar invisibles gusanos, mensajeros del invierno y el olvido, es más fácil sobrevivir a las nuevas obligaciones que agobian a los recién llegados a una fresca teología. ...

 

   Cita

primeros versos

Bien sea en la orilla del río que baja de la cordillera golpeando sus aguas contra troncos y metales dormidos, en el primer puente que lo cruza y que atraviesa el tren en un estruendo que se confunde con el de las aguas; allí, bajo la plancha de cemento, con sus telarañas y sus grietas ...

 

   Cita

primeros versos

Y ahora que sé que nunca visitaré Estambul, me entero que me esperan en la calle de Shidah Kardessi, en el cuarto que está encima de la tienda del oculista. Un golpe de aguas contra las piedras de la fortaleza, me llamará cada día y cada noche hasta cuando todo haya terminado. ...

 

   Ciudad

primeros versos

Un llanto, un llanto de mujer interminable, sosegado, casi tranquilo. En la noche, un llanto de mujer me ha despertado. Primero un ruido de cerradura, después unos pies que vacilan y luego, de pronto, el llanto. Suspiros intermitentes como caídas de un agua interior, densa, imperiosa, ...

 

   Ciudad

primeros versos

 

   Como espadas en desorden

primeros versos

Mínimo homenaje a Stéphane Mallarmé Como espadas en desorden la luz recorre los campos. Islas de sombra se desvanecen e intentan, en vano, sobrevivir más lejos. Allí, de nuevo, las alcanza el fulgor del mediodía que ordena sus huestes y establece sus dominios. El hombre nada sabe ...

 

   Doscientos cuatro (204)

primeros versos

I Escucha Escucha Escucha la voz de los hoteles, de los cuartos aún sin arreglar, los diálogos en los oscuros pasillos que adornan una raída alfombra escarlata, por donde se apresuran los sirvientes que salen al amanecer como espantados murciélagos. Escucha Escucha Escucha los murmullos ...

 

   Doscientos cuatro (204)

primeros versos

 

   El festín de Baltazar

primeros versos

En la sombra de las altas salas de casta piedra, murmura aún la bestia del banquete su rezo interminable. Un quieto polvo reunido por los años, apaga la música de los amargos cobres que anunciaron las últimas palabras. Descansa su débil materia en el perfil de las bestias detenidas ...

 

   Exilio

primeros versos

Voz del exilio, voz de pozo cegado, voz huérfana, gran voz que se levanta como hierba furiosa o pezuña de bestia, voz sorda del exilio, hoy ha brotado como una espesa sangre reclamando mansamente su lugar en algún sitio del mundo. Hoy ha llamado en mí el griterío de las aves que pasan ...

 

   Grieta matinal

primeros versos

Cala tu miseria, sondéala, conoce sus más escondidas cavernas. Aceita los engranajes de tu miseria, ponla en tu camino, ábrete paso con ella y en cada puerta golpea con los blancos cartílagos de tu miseria. Compárala con la de otras gentes y mide bien el asombro de sus diferencias, ...

 

   La muerte del capitán Cook

primeros versos

Cuando le preguntaron cómo era Grecia, habló de una larga fila de casas de salud levantadas a orillas de un mar cuyas aguas emponzoñadas llegaban hasta las angostas playas de agudos guijarros, en olas lentas como el aceite. Cuando le preguntaron cómo era Francia, ...

 

   Lied marino

primeros versos

Vine a llamarte a los acantilados. Lancé tu nombre y sólo el mar me respondió desde la leche instantánea y voraz de sus espumas. Por el desorden recurrente de las aguas cruza tu nombre como un pez que se debate y huye hacia la vasta lejanía. Hacia un horizonte de menta ...

 

   Moirologhia

primeros versos

Un cardo amargo se demora para siempre en tu garganta ¡oh Detenido! Pesado cada uno de tus asuntos no perteneces ya a lo que tu interés y vigilia reclamaban. Ahora inauguras la fresca cal de tus nuevas vestiduras, ahora estorbas, ¡oh Detenido! Voy a enumerarte algunas de las especies ...

 

   Nocturno

primeros versos

Respira la noche, bate sus claros espacios, sus criaturas en menudos ruidos, en el crujido leve de las maderas, se traicionan. Renueva la noche cierta semilla oculta en la mina feroz que nos sostiene. Con su leche letal nos alimenta una vida que se prolonga más allá ...

 

   Nocturno

primeros versos

La fiebre atrae el canto de un pájaro andrógino y abre caminos a un placer insaciable que se ramifica y cruza el cuerpo de la tierra. ¡Oh el infructuoso navegar alrededor de las islas donde las mujeres ofrecen al viajero la fresca balanza de sus senos y una extensión de terror en las caderas! ...

 

   Nocturno

primeros versos

 

   Nocturno en Al-Mansurâh

primeros versos

Tendido en un jergón de la humilde moradadel escriba Fakhr-el-Din, Luis de Francia, noveno de su nombre,ausculta la noche del delta.Los pies descalzos de los centinelaspisan el polvo del desierto que llega con el viento.Insomne, el prisionero ha vigilado paso a paso la invasiónde las sombras. ...

 

   Razón del extraviado

primeros versos

Para Alastair Reid Vengo del norte, donde forjan el hierro, trabajan las rejas, hacen las cerraduras, los arados, las armas incansables, donde las grandes pieles de oso cubren paredes y lechos, donde la leche espera la señal de los astros, del norte donde toda voz es una orden, ...

 

   Señal

primeros versos

Van a cerrar el parque. En los estanques nacen de pronto amplias cavernas en donde un tenue palpitar de hojas denuncia los árboles en sombra. Una sangre débil de consistencia, una savia rosácea, se ha vertido sin descanso en ciertos rincones del bosque, sobre ciertos bancos. ...

 

   Sonata

primeros versos

Otra vez el tiempo te ha traído al cerco de mis sueños funerales. Tu piel, cierta humedad salina, tus ojos asombrados de otros días, con tu voz han venido, con tu pelo. El tiempo, muchacha, que trabaja como loba que entierra a sus cachorros como óxido en las armas de caza, como alga ...

 

   Sonata

primeros versos

¿Sabes qué te esperaba tras esos pasos del arpa llamándote de otro tiempo, de otros días? ¿Sabes por qué un rostro, un gesto, visto desde el tren que se detiene al final del viaje, antes de perderte en la ciudad que resbala entre la niebla y la lluvia, vuelven un día a visitarte, a decirte con unos labios ...

 

   Tres imágenes

primeros versos

I La noche del cuartel fría y señera vigila a sus hijos prodigiosos. La arena de los patios se arremolina y desaparece en el fondo del cielo. En su pieza el Capitán reza las oraciones y olvida sus antiguas culpas, mientras su perro orina contra la tensa piel de los tambores. En la sala de armas ...

 

   Trilogía

primeros versos

DE LA CIUDAD ¿Quién ve a la entrada de la ciudad la sangre vertida por antiguos guerreros? ¿Quién oye el golpe de las armas y el chapoteo nocturno de las bestias? ¿Quién guía la columna de humo y dolor que dejan las batallas al caer la tarde? Ni el más miserable, ...

 

   Tríptico del Alhambra

primeros versos

I EN EL PARTAL Hace tanto la música ha callado. Sólo el tiempo en las paredes, en las leves columnas, en las inscripciones de los versos de Ibn Zamrak que celebran la hermosura del lugar, sólo el tiempo cumple su tarea con leve, sordo roce sin pausa ni destino. Al fondo, ajenos a toda mudanza, ...

 

   Un bel morir...

primeros versos

De pie en una barca detenida en medio del río cuyas aguas pasan en lento remolino de lodos y raíces, el misionero bendice la familia del cacique. Los frutos, las joyas de cristal, los animales, la selva, reciben los breves signos de la bienaventuraza. Cuando descienda la mano habré muerto ...




OTROS POETAS EN LA VOZ DE ALVARO MUTIS



   Día de difuntos Día de difuntos de José Asunción Silva   

De José Asunción Silva
    

primeros versos

La luz vaga... opaco el día, la llovizna cae y moja con sus hilos penetrantes la ciudad desierta y fría; por el aire tenebroso ignorada mano arroja un oscuro velo opaco de letal melancolía, y no hay nadie que, en lo íntimo, no se aquiete y se recoja al mirar las nieblas grises de la...

   Interrogación (?...) Interrogación (?...) de José Asunción Silva   

De José Asunción Silva
    

primeros versos

Estrellas que entre lo sombrío, de lo ignorado y de lo inmenso, asemejáis en el vacío, jirones pálidos de incienso, nebulosas que ardéis tan lejos en el infinito que aterra que sólo alcanzan los reflejos de vuestra luz hasta la tierra, astros que en abismos ignotos derramáis...

   Juntos los dos Juntos los dos de José Asunción Silva   

De José Asunción Silva
    

primeros versos

Juntos los dos reímos cierto día... ¡Ay, y reímos tanto que toda aquella risa bulliciosa se tornó pronto en llanto! Después juntos los dos alguna noche, lloramos mucho, tanto, que quedó como huella de las lágrimas... un misterioso encanto! Nacen hondos suspiros de la orgía entre las...

   Las voces silenciosas Las voces silenciosas de José Asunción Silva   

De José Asunción Silva
    

primeros versos

Oh voces silenciosas de los muertos! Cuando la hora muda y vestida de fúnebres crespones, desfilar haga ante mis turbios ojos sus fantasmas inciertos, sus pálidas visiones... ¡Oh voces silenciosas de los muertos! ...

   Vejeces Vejeces de José Asunción Silva   

De José Asunción Silva
    

primeros versos

Las cosas viejas, tristes, desteñidas, sin voz y sin color, saben secretos de las épocas muertas, de las vidas que ya nadie conserva en la memoria, y a veces a los hombres, cuando inquietos las miran y las palpan, con extrañas voces de agonizante dicen, paso, casi al oído, alguna...