JESÚS MUNÁRRIZ | |
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Vendía tipos de madera, viejas letras de boj de cartelera historia roja y negra. (En Portobello Road se encuentran los despojos del imperio y otras mil baratijas a precios asequibles.) Podía ser cajista jubilado liquidando los restos de su vida o, sin más, un chamarilero cockney. ... | |
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Sabes -y sueles- hacer el amor como el poeta construye sus versos: con acordada mezcla de pasión y sistema (y no digo artificio), de música, entusiasmo, intuición y saber. Precisas emociones las transformas en ri tmo y melodiosa fantasía enriquece tus gestos; sabrosa perversión ... | |
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En casa ajena siempre, camino del destierro, al filo de terribles madrugadas, huyendo de lugares y gentes conocidas, rumbo a la incomprensión, de cara a lo imposible, roturar los calveros del silencio y el luto amenazantes, abrir los brazos a lo imprevisible y en vértices y aristas del poliedro ... | |
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en un arranque de moral, se suprimieron por decreto los prostíbulos del país. y desde entonces no tenemos putas. De: Cuarentena | |
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Volver a la ciudad lejana de la infancia, par entre pares otra vez, recobrar aquel puesto hace tiempo perdido, ámbito acogedor en días fríos, tejido de costumbres y de complicidades. Rememorar rincones olvidados, rostros desdibujados, calles, nombres, maneras y expresiones. ... | |
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Haz lo que quieras, pinta como quieras, el impoluto lienzo pasivamente aceptará tus huellas. Hiéndelo libremente, sin prejuicios. Pero no te abandones a las facilidades, no desmayes la guardia, sé siempre muy exacto. Que lo que digas surja desde dentro, que las cosas se nombren ... | |
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A Emilio Sola -Navarro de nación, turco de oficio, sirvo al sultán y del sultán me sirvo. Nací noble en un valle en que todos lo son. A los catorce años un clérigo, mi ayo, me azotó ante testigos. Lo atravesé con la ballesta. Huí. Me apresaron los turcos rumbo a Italia. Barbarroja me amó. Fui su bardax. ... | |
A Susana y Ángel González TANTOS coches pudieron arrollarme, pude haberme estrellado tantas veces contra un pretil, un poste, un muro, un árbol, pude haberme ahogado en tantas aguas, Arga, Néckar, Cantábrico, Caribe, pude haberme quedado en el quirófano, pudo volarme la granada aquélla, ... | |
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A Hilda y Gonzalo Rojas -¿Qúé andan diciendo por ahí? ¿Qué oyes? ¿De algún viejo bohemio la voz bronca? ¿La dulce de su dulce compañera? ¿La del demente, lógica? ¿La voz del solitario entre la muchedumbre mansa, terca, sorda? ¿La parca del prudente? ¿La cansina del descorazonado? ... | |
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Será mejor así. Tu rostro eternamente trenzará entre mi pecho inéditos cordajes, se mantendrán tus manos taumaturgas, y en tu ritmo no habrá jamás monotonía. El color de tus ojos siempre será distinto, y el sabor de tu piel, y el de tu boca. Jamás será rutina desnudarte ni ver cómo te ocultas. ... | |
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