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DIEGO DUBLÉ URRUTIA


listado de poemas

 
Alero

A quién, Mercedes, sino a ti, lucero de este mi dulce atardecer, pudiera pedir, para mi añosa Primavera de lágrima y canción, benigno alero?... ¡Si todo es tuyo en mi ensoñar primero y en mi queja viril, si estás entera en las tribulaciones de mi espera, y en mis ansias de nauta...

El caracol

Cuando la brisa barría apenas las nieblas grises de la mañana y al arrastrarse por las arenas, con sus espumas como azucenas jugaba, en sueños, la mar cercana, junto a la choza de sus mayores, se despidieron los pescadores. La bruma triste los envolvía: ella gemía ¿qué haré yo ahora? ...

El lanzamiento

De pronto, en pleno día, cual si hubiera caído ya la tarde, la montaña paró de resonar... Bajó la fiera del monte. Despertóse la alimaña rondadora y el último gemido del viejo roble herido por las rústicas hachas, rebotando, naufragó en el silencio... Se diría una inmensa embriaguez, ...

En el fondo del lago

Soñé que era muy niño, que estaba en la cocina escuchando los cuentos de la vieja Paulina. Nada había cambiado: el candil en el muro, el brasero en el suelo y en un rincón oscuro el gato, dormitando. La noche estaba fría y el tiempo tan revuelto, que la casa crujía... ...

Fontana cándida

Para mí, nada pido, dadme una rama de árbol, una roca, y las tendré por nido. Mi nombre, pronunciado con ánimo gentil por vuestra boca, me hará creerme amado. Evocad mi memoria al ver una luciérnaga, una estrella, y me daréis la Gloria. Pobre es mi celda, pero a veces canta ...

Piedad

¿Qué es ingrata la tierra? ¿Qué es ingrata y es cruel la humanidad en que te agitas? ¿qué no acoge tus ansias infinitas ni se angustia el duelo que te mata? ¿Qué no hay vuelo de tu alma que no abata su maldad?...¡di, más bien, que son malditas tus ansias infecundas y tus cuitas y esa loca ...

Tienen las capuchinas...

Tienen las capuchinas una campana, colgada de una viga desvencijada; laúd de mal agüero, que sólo tañe cuando las capuchinas se mueren de hambre. Cuando a la media noche su voz resuena, la misteriosa esquila no pide, ruega... Ruega, y con tanto acierto, que al otro día ...