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DOLORS ALBEROLA


listado de poemas

 
Asesinato en do mayor

Si te arranco de pronto el corazón y lo aprieto con saña y lo reviento y con su sangre elevo lo que fuera un lento sacrificio hacia tu nombre. Y si tú me posees mientras gritas mi nombre en las estancias de la muerte y yo repito, sí, te amo y tú ya nunca puedes hacer de mí sino una asesina...

Cementerio de nadas

I Ya hemos vuelto de nuevo al invierno de la lluvia. Tocamos la gran piedra y su alquimia nos redujo a cenizas. De nada sirve, pues, la espesa tundra de pensamientos firmes que tuvimos. Hemos bajado al cálculo, nosotros, los que erigimos torres y fingimos ...

Como una ensoñación de islas y pañuelos

No amanece siquiera. Las musas me rondaron la almohada haciéndome llegar como señuelo el terrible calor de estos veranos. Los ágiles mosquitos volaban sobre mí, levantando su grito más allá de la carne. Es el momento ahora de pensar, de arriesgarse a traer, ...

Descendimiento

También tú estabas muerto. No fuera yo la virgen, la hembra que tuviera recostada tu cabeza en mi pecho, ni fuera el solo brazo esas colinas puntiagudas irguiéndose. No fuera a tu derecha esa túnica rota y desbordada, sino tu paño blanco de pureza sombría. No fuera el sol la lámpara, ...

El beso

Piedra fuera en los labios, pulimentada, sobria, como un panal de abejas siempre al aire. La torsión de los cuerpos, enredadera frágil de rosas en hilera. Apenas leve roce de tu carnalidad herida; apenas mis caderas como un telar de viento que, abatiéndose, hicieran huracán de tus manos...

El mito de Bronwyn

Eran las eras grises mensajeras, eran las mensajeras de las eras, eran las mensajeras de las horas, eran ya sin mensaje las auroras.J.E. Cirlot ¿No veis esa mujer que vuelve de las aguas, que rebrota del mar y nada tiene sino un verso de luz, posado en las dos manos? ...

El poema

cuando no sabía que yo era poeta(Marina Zvetaieva) Primero fue el agua. Mi madre me lavó entre esas cosas, esos perfiles dulces de las cosas: la margarita triste, el perro adormecido que quería lamer, el pensamiento de algo, ignoto todavía. No sabía qué hacer con esas notas. ...

El último tren

Escucho cada noche cómo una voz purísima, el muchacho tristísimo que cada tarde muere, me invita a huir, señalando con la mirada el mar, el mar, el mar.Domingo F. Faílde Cojo el tren. Cojo el tren de la tarde con la mano, con la mirada sola. Sola, yo, cojo ese tren vacío que me acerca. ...

En el principio fue el número

Creárase la soledad, el doble de ella misma, e incluso el triple y llegárase al siete de la nota, al lugar del descanso, al punto geométrico, al triángulo exacto de la transmigración perenne -el alma que se escapa entre los brazos quietos y el triángulo -viejo- con sus catetos rotos-. ...

Genealogía de la hembra

Yo, que fuera tu Agar, la esclava, y fuera Jezabel, arrojada a los perros de la noche y, así, fuera María -tan delicada y pura ante tus ojos- y Ruth, con una espiga de fuego entre sus manos y, aún, fuera Judith, rozando esos cabellos de Holofernes, y Salomé, bailando sin descanso; ...

Mar de nadas

Será difícil arrancar del ciego enredado una flor: ni una flor sólo, porque son siglos maraña y pánico. (Leopoldo de Luis)1 El mar. ¿Pero es que el mar existe? Encima me diréis que en su zona abisal almacena reveses de las cosas. Puede tener un perro ahogado en la sombra, ...

Memoria de Quevedo

Ahora (que, renacida, miro todo y espero de tu cuerpo la esperanza -la mano que se abisma en la labranza de renacer del agua tanto lodo-. Y ahora que el labio, en luz, yo desenlodo y en furor y revierto la templanza aferrada a tu sino, que es mi lanza -ese morir en muerte que acomodo ...

Mujer de luz y fuego

Llena de luz y flores he vuelto. Ya no estás. Una humareda gris se extiende ante mis ojos. Las siluetas se alejan, extraños transeúntes que no dicen adiós. Mírame, llevo el blanco vestido para ti, con mis manos sujeto lo que fuera mi sueño, sé que me pesa mucho esa carga...

No hubiera amor más grande

He visto los mejores cerebros de mi generación destruidospor la locura, famélicos, histéricos, desnudos,(Allen Ginsberg) Ese de cuya sangre emerge la condena, el que veis, ahí, muriendo, casi deshecho y frágil, es mi padre. Me niego a confesaros que lo fue porque su carne vieja, ...

No hubiera amor más grande

He visto los mejores cerebros de mi generación destruidos porla locura, famélicos, histéricos, desnudos.Allen Ginsberg Ese de cuya sangre emerge la condena, el que veis, ahí, muriendo, casi deshecho y frágil, es mi padre. Me niego a confesaros que lo fue porque su carne vieja, ...

Oda de despedida temporal a Manuel Francisco Reina

Tus nobles piernas, bajo los volantes que cazan,tormentan los deseos oscuros y los excitan, como dos brujas que hacen girar un filtro negro en un vaso profundo. Charles Baudelaire El gato era el señor en la rueda del osmio. Era el viento que hacía jadear a la pluma. ...

Ofertorio

Rota y muerta, Señor, tan astillada y pertrecha y fugaz y arrepentida y segura y dudosa oscurecida, triunfadora y vivaz, muy humillada, blanca y limpia, Señor, y arrodillada, pendenciera, Señor, y consentida, quejumbrosa, Señor, y enmudecida, retadora, Señor, y enamorada, ...

Temporal

(Ray, llévanos con tu vara ciega por la Zona Peligrosa de la Mente y sorpréndenos otra vez) (Armando Romero) En este espejo tétrico se desvanece el día. En este vidrio solo en cuyo azogue roto veo tristes secuencias. En este infierno húmedo donde se despedazan las antiguas ...