☰ menú
 



Insinúa con donaire que las miserias de esta vida dignamente pueden ser motivo de llanto y de risa también

          ¿Qué te ríes, filósofo cornudo?
¿Qué sollozas, filósofo anegado?
Solo cumples, con ser recién casado,
como el otro cabrón, recién viudo.

          ¿Una propria miseria haceros pudo
cosquillas y pucheros? ¿Un pecado
es llanto y carcajada? He sospechado
que es la taberna más que lo sesudo.

          ¡Que no te agotes tú; que no te corras,
bufonazo de fábulas y chistes,
tal, que ni con los pésames te ahorras!

          Diréis, por disculpar lo que bebistes,
que son las opiniones como zorras,
que uno las toma alegres y otro tristes.


FRANCISCO DE QUEVEDO




regresar