| Antonio |
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QUIJOTE I Capítulo XIV -Yo sé, Olalla, que me adoras, puesto que no me lo has dicho ni aun con los ojos siquiera, mudas lenguas de amoríos. Porque sé que eres sabida, en que me quieres me afirmo; que nunca fue desdichado amor que fue conocido. Bien es verdad que tal vez, Olalla, me has dado ... |
| Canción de Grisóstomo |
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QUIJOTE I Capítulo XIV Ya que quieres, cruel, que se publique, de lengua en lengua y de una en otra gente, del áspero rigor tuyo la fuerza, haré que el mismo infierno comunique al triste pecho mío un son doliente, con que el uso común de mi voz tuerza. Y al par de mi deseo, que se esfuerza a decir ... |
| Diálogo entre Babieca y Rocinante |
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Cómo estáis, Rocinante, tan delgado? R. Porque nunca se come, y se trabaja. B. Pues ¿qué es de la cebada y de la paja? R. No me deja mi amo ni un bocado. B. Andá, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja. R. Asno se es de la cuna... |
| Estancias a la Virgen |
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Antes que de la mente eterna fuera saliesen los espíritus alados, y antes que la veloz o tarda esfera tuviese movimientos señalados, y antes que aquella oscuridad primera los cabellos del sol viese dorados, fabricó para sí Dios una casa de santísima, y limpia y pura masa. ... |
| Poesías sueltas |
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De Miguel de Cervantes, a los éxtasis de nuestra beata madre Teresa de Jesús Virgen fecunda, madre venturosa, cuyos hijos, criados a tus pechos, sobre sus fuerzas la virtud alzando, pisan ahora los dorados techos de la dulce región maravillosa que está la gloria de su Dios mostrando: ... |
| Redondillas |
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Redondillas al hábito de Fray Pedro de Padilla Hoy el famoso Padilla con las muestras de su celo causa contento en el cielo y en la tierra maravilla, porque, llevado del cebo de amor, temor y consejo, se despoja el hombre viejo para vestirse de nuevo. Cual prudente sierpe ha sido, pues, ... |
| Soneto |
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De la Virgen sin par, santa y bendita (digo, de sus loores), justamente haces el rico, sin igual presente a la sin par cristiana Margarita. Dándole, quedas rico, y queda escrita tu fama en hojas de metal luciente, que, a despecho y pesar del diligente tiempo, será en sus fines infinita: ¡felice ... |
| Sonetos |
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Del libro de DON QUIJOTE DE LA MANCHA El Monicongo, académico de la Argamasilla, a la sepultura de don Quijote Epitafio El calvatrueno que adornó a la Mancha de más despojos que Jasón decreta; el jüicio que tuvo la veleta aguda donde fuera mejor ancha, el brazo que su fuerza tanto ... |
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