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FRANCISCO VILLAESPESA


listado de poemas

 
Celos

Al saber la verdad de tu perjurio loco de celos, penetré en tu cuarto... Dormías inocente como un ángel, con los rubios cabellos destrenzados enlazadas las manos sobre el pecho y entreabiertos los labios... Me aproximé a tu lecho, y de repente oprimí tu garganta entre mis manos... ...

En la penumbra

¡La hora confidencial!... Entre banales palabras, toda entera, te respiro como un perfume, y en tus ojos miro desnudarse tu espíritu. ..Hay fatales silencios... Se oscurecen los cristales; y se esfuma la luz en un suspiro, temblando sobre el pálido zafiro que azula entre tus manos imperiales. ...

Las fuentes de Granada

Las fuentes de Granada... ¿Habéis sentido en la noche de estrellas perfumada algo más doloroso que su triste gemido? Todo reposa en vago encantamiento en la plata fluida de la luna. Entre el olor a nardos que se aspira en el viento la frescura del agua es como una mano...

Los jardines de Afrodita (I)

El ritmo, el gran rebelde, me rinde vasallaje, y cuando quiero ríe, y cuando quiero vuela, y he domado a mi estilo como a un potro salvaje, a veces con el látigo y a veces con la espuela. Conozco los secretos del alma del paisaje, y sé lo que entristece, y sé lo que consuela, ...

Los jardines de Afrodita (II)

Te vi muerta en la luna de un espejo encantado. Has sido en todos tiempos Elena y Margarita. En tu rostro florecen las rosas de Afrodita y en tu seno las blancas magnolias del pecado. Por ti mares de sangre los hombres han llorado. El fuego de tus ojos al sacrilegio incita, ...

Los jardines de Afrodita (III)

Hay rosas que se abren en selvas misteriosas y mustias languidecen, nostálgicas de amores, sin que haya quien aspire sus púdicos olores... ¡Hay almas que agonizan lo mismo que esas rosas! Las mariposas tienden sus alas temblorosas y en alegría loca de luces y colores, ebrias de amor ...

Los jardines de Afrodita (IV)

Soy un alma pagana. Adoro al dios bifronte y persigo a las ninfas por las verdes florestas, y me gusta embriagarme en mis líricas fiestas con vino de las viñas del viejo Anacreonte. ¡Que incendie un sol de púrpura de nuevo el horizonte; que canten las cigarras en las cálidas siestas, ...

Los jardines de Afrodita (IX)

Con el fervor de un lapidario antiguo, quiero miniar a solas y en secreto, la tentación de tu perfil ambiguo en las catorce gemas de un soneto. Para nimbar tu tez blanca y severa, a modo griego, cual real tesoro, recogerá tu negra cabellera sobre la nuca un alfiler de oro. En líneas escultóricas ...

Los jardines de Afrodita (V)

El cisne se acercó. Trémula Leda la mano hunde en la nieve del plumaje, y se adormece el alma del paisaje de un rojo crepúsculo de seda. La onda azul, al morir, suspira queda; gorjea un ruiseñor entre el ramaje, y un toro, ebrio de amor, muge salvaje en la sombra nupcial de la arboleda. ...

Los jardines de Afrodita (VI)

De la Grecia y de Italia bajo los claros cielos en tu honor se entonaron los más dulces cantares, y ofrecieron las vírgenes al pie de tus altares las tórtolas más blancas y sus más ricos velos. Hoy triste y solitaria, en el parque sombrío, carcomida y musgosa, los brazos mutilados, ...

Los jardines de Afrodita (VII)

Enferma de nostalgias, la ardiente cortesana, al rojizo crepúsculo que incendia el aposento, su anhelo lanza al aire, como un halcón hambriento, tras la ideal paloma de una Thule lejana. Sueña con las ergástulas de la Roma pagana; cruzar desnuda el Coso, la cabellera al viento, ...

Los jardines de Afrodita (VIII)

Para escanciar el vino de mi viña temprana, Fidias, divino artífice, en marfil y oro puro modeló fina copa, sobre el más blanco y duro seno que sorprendiera jamás pupila humana. Son dos ninfas en arco las asas de esa copa, y en ella están grabados, entre vides y flores y sátiros que acechan, ...

Los jardines de Afrodita (X)

Para cantar mi mente quiero un verso pagano; un verso que refleje la cándida tristeza del azahar, que, trémulo, deshoja su pureza a las blancas caricias de una tímida mano. No amortajad mi cuerpo con el sayal cristiano; ceñid de rosas blancas mi juvenil cabeza, y prestadme un sudario ...

Los jardines de Afrodita (XI)

Llueve... En el viejo bosque de ramaje amarillo y grises troncos húmedos, que apenas mueve el viento, bajo una encina, un sátiro de rostro macilento, canciones otoñales silba en su caramillo. De vejez muere... Cruzan por sus ojos sin brillo las sombras fugitivas de algún presentimiento, ...

Los jardines de Afrodita (XII)

¡Alma mía! Soñemos con la estación florida. Abril, lleno de rosas, a nuestro encuentro avanza... El Arte será el último refugio de la Vida cuando ya no tengamos ni en la Vida esperanza. No aceptes de otras manos lo que yo pueda darte. Siembra en tu propia tierra tus futuros laureles... ...

Mi vida es el silencio de una espera...

Mi vida es el silencio de una espera... Se escapa de mis ojos la mirada, ansiando contemplar la sombra amada que en otros tiempos a mi lado viera. La mano palpa, cual si presintiera negrear en la atmósfera callada la seda tibia de su destrenzada, profusa y olorosa cabellera. ...