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PEDRO SALINAS


listado de poemas

 
Afán para no separarme de ti

Afán para no separarme de ti, por tu belleza, lucha por no quedar en dónde quieres tú, aquí en los alfabetos, en las auroras, en los labios. Ansia de irse dejando atrás anécdotas, vestidos, caricias, de llegar atravesando todo lo que en ti cambia, a lo desnudo y a lo perdurable. ...

Amiga

Para cristal te quiero, nítida y clara eres. Para mirar al mundo, a través de ti, puro, de hollín o de belleza, como lo invente el día. Tu presencia aquí, sí, delante de mí, siempre, pero invisible siempre, sin verte y verdadera. Cristal ¡Espejo, nunca!

Aquí

Me quedaría en todo lo que estoy, donde estoy. Quieto en el agua quieta; de plomo, hundido, sordo en el amor sin sol. ¡Qué ansia de repetirse en esto que está siendo! ¡Qué afán de que mañana sea nada más que llenar otra vez al tenderte ese hueco que deja hoy exacto en la arena tu cuerpo! ...

Aquí en esta orilla blanca...

Aquí en esta orilla blanca del lecho donde duermes estoy al borde mismo de tu sueño. Si diera un paso mas, caerla en sus ondas, rompiéndolo como un cristal. Me sube el calor de tu sueño hasta el rostro. Tu hálito te mide la andadura del soñar: va despacio. Un soplo alterno, ...

Busca, encuentro

Llevo los ojos abiertos. No te veo, estás dentro de la niebla. Niebla: con el mirar no la aclaro, con la mano no la empujo, con el querer no la mato. Niebla. La mirada ¿para qué? y la voluntad, inútil. Llevo los ojos cerrados. No te veo, ya te siento, ya te tengo. Mía. Estás, estoy, a tu lado: ...

Confianza

Mientras haya alguna ventana abierta, ojos que vuelven del sueño, otra mañana que empieza. Mar con olas trajineras mientras haya trajinantes de alegrías, llevándolas y trayéndolas. Lino para la hilandera, árboles que se aventuren, mientras haya y viento para la vela. Jazmín, clavel, ...

Cuando cierras los ojos...

Cuando cierras los ojos tus párpados son aire. Me arrebatan: me voy contigo, adentro. No se ve nada, no se oye nada. Me sobran los ojos y los labios, en este mundo tuyo. Para sentirte a ti no sirven los sentidos de siempre, usados con los otros. Hay que esperar los nuevos. ...

El alma tenías

El alma tenías tan clara y abierta, que yo nunca pude entrarme en tu alma. Busqué los atajos angostos, los pasos altos y difíciles... A tu alma se iba por caminos anchos. Preparé alta escala soñaba altos muros guardándote el alma pero el alma tuya estaba sin guarda de tapial ni cerca. ...

El contemplado

TEMA CON VARIACIONES Tema De mirarte tanto y tanto, del horizonte a la arena, despacio, del caracol al celaje, brillo a brillo, pasmo a pasmo, te he dado nombre; los ojos te lo encontraron, mirándote. Por las noches, soñando que te...

Esta noche

Amsterdam Esta noche te cruzan verdes, rojas, azules, rapidísimas luces extrañas por los ojos. ¿Será tu alma? ¿Son luces de tu alma, si te miro? Letras son, nombres claros al revés, en tus ojos. Son nombres: Universum, se iluminan, se apagan, con latidos de luz de corazón. ...

Fe mía

No me fío de la rosa de papel, tantas veces que la hice yo con mis manos. Ni me fío de la otra rosa verdadera, hija del sol y sazón, la prometida del viento. De ti que nunca te hice, de ti que nunca...

Figuraciones

Parecen nubes. Veleras, voladoras, lino, pluma, al viento, al mar, a las ondas —parecen el mar— del viento, al nido, al puerto, horizontes, certeras van como nubes. Parecen rumbos. Taimados los aires soplan al sesgo, el sur equivoca...

La memoria en las manos

Hoy son las manos la memoria. El alma no se acuerda, está dolida de tanto recordar. Pero en las manos queda el recuerdo de lo que han tenido. Recuerdo de una piedra que hubo junto a un arroyo y que cogimos distraídamente sin darnos cuenta de nuestra ventura. Pero su peso áspero, ...

La tarde me está ofreciendo

Mirar lo invisible La tarde me está ofreciendo en la palma de su mano, hecha de enero y de niebla, vagos mundos desmedidos de esos que yo antes soñaba, que hoy ya no quiero. Y cerraría los ojos para no verlo. Si no los cierro no es por lo que veo. Por un mundo sospechado ...

La voz a ti debida (I)

Tú vives siempre en tus actos. Con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo que tú tocas. De tus ojos, sólo de ellos, sale la luz que te guía los pasos. Andas por lo que ves. Nada más. Y si una duda te hace señas ...

La voz a ti debida (II)

No, no dejéis cerradas las puertas de la noche, del viento, del relámpago, la de lo nunca visto. Que estén abiertas siempre ellas, las conocidas. Y todas, las incógnitas, las que dan a los largos caminos por trazar, en el aire, a las rutas que están buscándose su paso con voluntad oscura ...

La voz a ti debida (III)

Sí, por detrás de las gentes te busco. No en tu nombre, si lo dicen, no en tu imagen, si la pintan. Detrás, detrás, más allá. Por detrás de ti te busco. No en tu espejo, no en tu letra, ni en tu alma. Detrás, más allá. También detrás, más atrás de mí te busco. No eres lo que yo siento de ti. ...

Las oyes cómo piden realidades...

Las oyes cómo piden realidades, ellas, desmelenadas, fieras, ellas, las sombras que los dos forjamos en este inmenso echo de distancias? Cansadas ya de infinitud, de tiempo sin medida, de anónimo, heridas por una gran nostalgia de materia, piden límites, días, nombres. No pueden...

Los dos solos

Navacerrada, abril Los dos solos. ¡Qué bien aquí, en el puerto, altos! Vencido verde, triunfo de los dos, al venir queda un paisaje atrás: otro enfrente, esperándonos. Parar aquí un minuto. Sus tres banderas blancas -soledad, nieve, altura- agita la mañana. Se rinde, se me rinde. ...

Luz de la noche

Estoy pensando, es de noche, en el día que hará allí donde esta noche es de día. En las sombrillas alegres, abiertas todas las flores, contra ese sol, que es la luna tenue que me alumbra a mí. Aunque todo está tan quieto, tan en silencio en lo oscuro, aquí alrededor, ...

Mar distante

Si no es el mar, sí es su imagen, su estampa, vuelta, en el cielo. Si no es el mar, sí es su voz delgada, a través del ancho mundo, en altavoz, por los aires. Si no es el mar, sí es su nombre en un idioma sin labios, sin pueblo, sin más palabra que ésta: mar. Si no es el mar, sí es su idea de fuego, ...

Nadadora de noche

Nadadora de noche, nadadora entre olas y tinieblas. Brazos blancos hundiéndose, naciendo, con un ritmo regido por designios ignorados, avanzas contra la doble resistencia sorda de oscuridad y mar, de mundo oscuro. Al naufragar el día, tú, pasajera de travesías por abril y mayo, ...

No preguntarte me salva...

No preguntarte me salva. Si llegase a preguntar antes de decir tú nada, ¡qué claro estaría todo, todo qué acabado ya! Sería cambiar tus brazos, tus auroras, indecisas de hacia quién, sería cambiar la duda donde vives, donde vivo como en un gran mundo a oscuras, por una moneda fría y clara: ...

Para vivir no quiero

Para vivir no quiero Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú. Sé que cuando te llame entre todas...

Para vivir no quiero...

Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú. Sé que cuando te llame entre todas las gentes ...

Pensar en ti esta noche

Pensar en ti esta noche no era pensarte con mi pensamiento, yo solo, desde mí. Te iba pensando conmigo, extensamente, el ancho mundo. El gran sueño del campo, las estrellas, callado el mar, las hierbas invisibles, sólo presentes en perfumes secos, todo, de Aldebarán al grillo te pensaba. ...

Por qué tienes nombre tú...

¿Por qué tienes nombre tú, día, miércoles? ¿Por qué tienes nombre tú, tiempo, otoño? Alegría, pena, siempre ¿por qué tenéis nombre: amor? Si tú no tuvieras nombre, yo no sabría qué era ni cómo, ni cuándo. Nada. ¿Sabe el mar cómo se llama, que es el mar? ...

Posesión de tu nombre

Posesión de tu nombre, sola que tú permites, felicidad, alma sin cuerpo. Dentro de mí te llevo porque digo tu nombre, felicidad, dentro del pecho. Ven : y tú llegas quedo; :Vete : y rápida huyes. Tu presencia y tu ausencia sombra son una de otra, sombras me dan y quitan. ...

Qué alegría vivir...

Qué alegría, vivir sintiéndose vivido. Rendirse a la gran certidumbre, oscuramente, de que otro ser, fuera de mí, muy lejos, me está viviendo. Que cuando los espejos, los espías, azogues, almas cortas, aseguran que estoy aquí, yo, inmóvil, con los ojos cerrados y los labios, ...

Qué cuerpos leves, sutiles...

Qué cuerpos leves, sutiles, hay, sin color, tan vagos como sombras, que no se pueden besar si no es poniendo los labios en el aire contra algo que pasa y que se parece! ¡Y qué sombras tan morenas hay, tan duras que su oscuro mármol frío jamás se nos rendirá de pasión entre...

Razón de amor (I)

Ya está la ventana abierta. Tenía que ser así el día. Azul el cielo, si, azul indudable, como anoche le iban queriendo tus besos. Henchicha la luz de viento y tensa igual que una vela que lleva el día, velero, por los mundos a su fin: porque anoche tú quisiste que tú y yo nos embarcáramos ...

Razón de amor (II)

¿Serás, amor, un largo adiós que no se acaba? Vivir, desde el principio, es separarse. En el primer encuentro con la luz, con los labios, el corazón percibe la congoja de tener que estar ciego y sólo un día. Amor es el retraso milagroso de su término mismo: el prolongar el hecho mágico, ...

Se te está viendo la otra...

Se te está viendo la otra. Se parece a ti: los pasos, el mismo ceño, los mismos tacones altos todos manchados de estrellas. Cuando vayáis por la calle juntas, las dos, ¡qué difícil el saber quién eres, quién no eres tú! Tan iguales ya, que sea imposible vivir más así, ...

Sin voz, desnuda

Sin armas. Ni las dulces sonrisas, ni las llamas rápidas de la ira. Sin armas. Ni las dulces sonrisas, ni las llamas rápidas de la ira. Sin armas. Ni las aguas de la bondad sin fondo, ni la perfidia, corvo pico. Nada. Sin armas. Sola. Ceñida en tu silencio. Sí y no , ...

Y ahora

Y ahora, aquí está frente a mí. Tantas luchas que ha costado, tantos afanes en vela, tantos bordes de fracaso junto a este esplendor sereno ya son nada, se olvidaron. Él queda, y en él, el mundo, la rosa, la piedra, el pájaro, aquéllos, los del principio, de este final asombrados. ...