| Alameda |
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Alameda: guarda bien mis siete años primeros. Y los siete posteriores. Y el carrusel luminoso de mis primeros amores. Alameda; que yo volveré algún día a recoger los mejores ¿sueños? de la infancia mía. (Fuente: Jill Robbins) |
| Automóvil |
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Automóvil Una cantata de bocina. Gusano de luz por la calle sombría. Los ojos relucientes bajo la noche fría. Reptil de la ciudad que raudo se desliza. (Fuente: Jill Robbins) |
| Balada |
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Agua pura corría por el piano. Dulcemente salía del cauce de sus manos. La nostalgia dormía. Y dormía el Ocaso. La Música bebía el agua de su vaso. |
| Cómo galopa la sangre... |
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¡Cómo galopa la sangre! ¡Qué difícil detenerla para que nos vaya al paso cuando vive con tal fuerza! Le he puesto duros bocados; la he sujetado las riendas; hay un viento que me puede y la clava mil espuelas. ¡Yo no sé con este empuje, yo no sé a dónde me lleva! |
| Fantasmas de hielo y sombra... |
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Fantasmas de hielo y sombra animados y sin alma me cercan por todas partes adondequiera que vaya. Me cercan y me persiguen, pero nunca me acobardan, porque al hielo que me oponen, les opongo fuego o llama. ... |
| La isla |
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Deslizándome en el agua hasta la Isla he venido. He vagado entre sus brisas. Y por su costa he corrido. Del mar salí llena de algas, con el bañador ceñido. Y tras andar por la Isla, bajo un árbol he dormido. ¡Qué soledad suntuosa! ¡Qué espléndida soledad! ¡Y qué fatigosa ... |
| La pescadora |
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No quiero la pipa curva, ni tu pañuelo bordado, ni las rosas los domingos- ni el cestillo con pescado. Y, marcharé de este puerto hacia otro puerto distante para que decir no puedas: -¡La pescadora es mi amante! (Fuente: Jill Robbins) |
| Madrigal |
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Ven a mí que vas herido que en este lecho de sueños podrás descansar conmigo. Ven, que ya es la media noche y no hay reloj del olvido que sus campanadas vierta en mi pecho dolorido. Tu retorno lo esperaba. De un ángulo de mi vida voz sin voz me lo anunciaba. ... |
| Malva y rosa |
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A Guillermo de Torre De este sueño malva y rosa que sueña el agua del río, se van rosando en la tarde las velas de mi navío. De las lejanías vengo. Cruzo fente al espigón. Una canción marinera se rosa en mi corazón... Atardecer. En el Plata. Sueño, frente a la ciudad. ... |
| Me gusta andar de noche... |
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Me gusta andar de noche las ciudades desiertas, cuando los propios pasos se oyen en el silencio. Sentirse andar, a solas, por entre lo dormido, es sentir que se pasa por entre un mundo inmenso. Todo cobra relieve: una ventana abierta, una luz, una pausa, un suspiro, una sombra... ... |
| Medianoche |
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Medianoche. Canción negra. ¡Y canta mi única estrella!... ¡Que rompan ese reloj y quede a solas con ella! (Fuente: Jill Robbins-Estados Unidos) |
| Mi ventana |
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El viento bate espadas de hielo. -No abriré la ventana- El viento decapita luceros. -No abriré la ventana- El viento lleva lenguas de fuego. -No abriré la ventana- En telegramas de sombra que van llevando los vientos se lee ya la Gran Noticia que conmueve al Universo... ... |
| No es aire lo que respiro... |
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No es aire lo que respiro, que es hielo que me está helando la sangre de mis sentidos. Tierra que piso se me abre. Cuanto miro se oscurece. Mis ojos se abren al llanto ya cuando el día amanece. Y antes del amanecer, abiertos miran al mundo y no lo quieren creer... |
| Recuerdo de sombras |
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Sobre la blanca almohada, más allá del deseo, sobre la blanca noche, sobre el blanco silencio, sobre nosotros mismos, las almas en su encuentro. Sobre mi frente erguido el exacto momento, dices que en una sombra vives en mi recuerdo. Síntesis de las horas. Tú y yo en movimiento... |
| Recuerdo de sombras |
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Sobre la blanca almohada, más allá del deseo, sobre la blanca noche, sobre el blanco silencio, sobre nosotros mismos, las almas en su encuentro. Sobre mi frente erguido el exacto momento, dices que en una sombra vives en mi recuerdo. Sínteis de las horas. Tú y yo en movimiento ... |
| Se desprendió mi sangre... |
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Se desprendió mi sangre para formar tu cuerpo. Se repartió mi alma para formar tu alma. Y fueron nueve lunas y fue toda una angustia de días sin reposo y noches desveladas. Y fue en la hora de verte que te perdí sin verte. ¿De qué color tus ojos, tu cabello, tu sombra? ... |
| Se mire donde se mire... |
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Se mire donde se mire, nada se ve por la tierra, que la luz ya no es la luz, que es sombra negra y sin tregua y por todos los caminos la sangre hasta el pecho llega. ¿Por qué esta mezcla de sangres, unas viejas y otras nuevas? ¿Qué necesitan los dioses del Porvenir, que las mezclan? ... |
| Si turbia la razón... |
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Si turbia la razón y roto el sueño paso a ser una sombra entre mortales, quede de mí la luz que ahora me guía antes de ser mi sombra larga noche. Quede de mí la angustia y el anhelo y la risa y el llanto en esa espera. Que algunos ojos para verme un día se asomarán al mar donde me muevo. ... |
| Todo, menos venir para acabarse... |
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Todo, menos venir para acabarse. Mejor rayo de luz que nunca cesa; o gota de agua que se sube al cielo y se devuelve al mar en las tormentas. 0 ser aire que corra los espacios en forma de huracán, o brisa fresca. ... |
| Uno de esos instantes... |
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Uno de esos instantes que se vive no se sabe en qué mundo, ni en qué tiempo, que no se siente el alma y que apenas se siente el existir de nuestro cuerpo, mi corazón oyó que lo llamaban desde el umbral en niebla de algún sueño. Para decirme su mensaje extraño, aquella voz... |
| Vine |
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Vine con el deseo de querer a las gentes y me han ido secando mi raíz generosa. Entre turbias lagunas bogar veo a la Vida. Deja estelas de fango, al pasar, cada cosa... Y hablo así, yo que he sido vencedora en mi mundo, porque pude vencerme y vencer a deseo. Pero no me he querido ... |
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