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PORFIRIO BARBA JACOB


listado de poemas

 
Canción de la vida profunda

Hay días en que somos tan móviles, tan móviles, como las leves briznas al viento y al azar... Tal vez bajo otro cielo la gloria nos sonría... La vida es clara, undívaga y abierta como un mar. Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles, como en Abril el campo, que tiembla de pasión: ...

Canción del tiempo y el espacio

El dulce niño pone el sentimiento entre la pompa de jabón que fía el lirio de su mano a la extensión. El dulce niño pone el sentimiento y el contento en la pompa de jabón. Yo pongo el corazón -¡pongo el lamento! entre la pompa de ilusión del día, en la mentira azul de la extensión. ...

Cintia deleitosa

Como una flor arcana, llameando bajo el turquí del cielo apareció. Fue su amor mi almohada matutina; su seno azul, de gota coralina en el pezón, de noche mi almohada. Y era esencia tan dulce y regalada la de su carne en flor, la de su boca por enjambres de besos habitada, la de su axila, ...

En las noches oceánicas...

En las noches oceánicas de los campos de Cuba, muchachuela rural ha llamado a mi hombría; tiene las carnes fúlgidas, tiene los ojos bellos, desnuda muestra corales vivos ardiendo en sus mamelias... Colaboración: Hugo Vélez R.

Futuro

Decid cuando yo muera... (¡y el día esté lejano!): soberbio y desdeñoso, pródigo y turbulento, en el vital deliquio por siempre insaciado, era una llama al viento... Vagó, sensual y triste, por islas de su América; en un pinar de Honduras vigorizó el aliento; la tierra mexicana le dio su rebeldía, ...

La carne ardiente

En un jardín de aquel país horrendo hallé a Fantina, de ojos maternales y desnudeces mórbidas, tejiendo guirnalda con las rosas vesperales. Y cual las agujas túrbidas de un río que rompe un viento en procelosa huella, gimió de amor mi corazón sombrío y suspiró mi mocedad por Ella. Fantina dije ...

La estrella de la tarde

Un monte azul, un pájaro viajero, un roble, una llanura, un niño, una canción... Y, sin embargo, nada sabemos hoy, hermano mío. Bórranse los senderos en la sombra; el corazón del monte está cerrado; el perro del pastor trágicamente aúlla entre las hierbas del vallado. Apoya tu fatiga en mi fatiga, ...

No tardaré, no llores...

No tardaré. No llores. Yo para ti he cogido del áspero romero azules flores; las aves en su nido; cristales en las grutas; las mariposas en su vuelo incierto; y de los viejos árboles del huerto las sazonadas frutas. Y he aprendido las lánguidas querellas que cantan al bajar de la montaña los grupos ...

Soberbia

Le pedí un sublime canto que endulzara mi rudo, monótono y áspero vivir. El me dio una alondra de rima encantada... ¡Yo quería mil! Le pedí un ejemplo del ritmo seguro con que yo pudiera gobernar mi afán. Me dio un arroyuelo, murmullo nocturno... ¡Yo quería un mar! Le pedí una hoguera de ardor ...

Teresita

Eres tierna y lozana como un capullo abierto que guardase el aroma de mis campos nativos, eres la galanura del jardín de mi huerto donde juegan las auras en los verdes olivos. Y la música suave de tu labio entreabierto que atesora los himnos breves y dejativos, de la sorda tiniebla ...