☰ menú
 


ANDRÉS TRAPIELLO


listado de poemas

 
Adoro las ciudades...

Adoro las ciudades que son viejas ciudades de provincia y los puentes de piedra y los de hierro y los puentes en ruinas, viejos puentes de piedras solitarios invadidos de ortigas.Pero también me cansan esas viejas ciudades de provincia y todo lo que un puente sobre un río oscuro ...

E.D.

Mírame aún. Creció musgo en mis labios y en los inviernos crudos me visita la nieve. Siéntate, viajero, a mi lado. Cuando la lluvia arranca plateadas coronas de la piedra y silenciosa en el ciprés muere la tarde, sólo de ti me acuerdo. Pero tú estás lejos. Pasa tu mano por mi nombre y quita ...

Es esto

Es esto la temible muerte. Ha llegado el final y no tienes la respuesta. El vaso de cristal, la flor sobre la mesa el dolor de partir sin que tu corazón conozca una sola razón de estas tres cosas sencillas. De: Las tradiciones

Estudio de piano en ronda

Un mundo empieza a retornar por la reja abierta. Aplazados sonidos, yunques de platero por el claro callejón de luna. Aún imperfectos, la noche de vosotros se llena, haciéndose más honda. Poco a poco, el tableteo de un lejano simón va alcanzando notas. ...

La carta

He encontrado la casa donde te llevaré a vivir. Es grande, como las casas viejas. Tiene altos los techos y en el suelo, de tarima de enebro, duerme siempre un rumor de hojas secas que los pasos avivan. A los ocres de las paredes nada ya parece retenerles aquí. Igual que frágiles pétalos, ...

La casa de la vida

Mi corazón es una vieja casa. Tiene un jardín y en el jardín un pozo y túneles de yedra y hojarasca. En esa casa a la que tiran piedras los niños cuando pasan al volver de la escuela, después de haber robado de su huerta magro botín de unas manzanas agrias. ...

La vida fácil

Qué fácil es vagar los días grises, creer que nuestra vida rebosa de la vida de otros. Incluso suponer que nosotros seremos el alto mundo lleno que vivirán mañana los que vengan. A tal extremo incita un buque, un árbol, Alguien que oigamos al piano a esas perspectivas de un paseo ...

Mil novecientos cincuenta y nueve

1959 Enfrente de la plaza de frondosos castaños hubo un día un hospicio. El caserón tenía el muro de las cárceles y la melancolía de los buques fantasmas, misteriosos y extraños. Yo era muy niño entonces. ...

Nada

Te imagino, lector, dentro de muchos años leyendo estas palabras. En tu mesa una luz de bujía y una rosa anunciarán el sueño, un cuerpo, nada. Es inútil que busques. En la ceniza hay brasas que podrías tener entre las manos sin quemarte. En tu pulso, avisos, aprensiones, también nada. ...

Para un combatiente del Ebro

A Soledad quotUn instante de azul es más que un alma ¿Qué sabemos nosotros de los viejos caminos llenos de barro y lodo? ¿Qué podemos nosotros recordar de la pasada guerra, de esos pueblos pequeños rodeados de viñas? ¿De esos bailes de pueblo sobre las verdes ...

Preferencias

Ni las cumbres sublimes ni los ríos que no han sido ensuciados por los hombres; ni los palacios ni las blancas ruinas de los templos antiguos, ni los dioses de mármol o bronce, iguales todos, ni la alada victoria ni un bugatti, y menos aún la música y el baile, con sus amanerados sacerdotes: ...

Reencuentro con el otoño

En esta vieja casa; en los olivos viejos; en la noche templada con la hierba que baja pisando el blando musgo con un olor a paja mojada; en el silencio que se oye a lo lejos, tan terco su latido como pulso de vena, de ansiedad y de sueño; en el sordo zumbido de la mosca postrera; ...

Retrato de mi padre

La foto fue tomada en un estudio pueblerino y de feria. El decorado es de escayola y él está de lado, arrogante y feliz. Fue su preludio. Luego herido en Teruel. Duras batallas si dura fue la guerra. Aún en los ojos lleva un botín de miedo y de despojos que guarda en una caja de medallas. ...

Ripios para un amigo y tres viejos maestros

Es de noche hace rato y ha llovido en un Madrid dormido y otoñal. En cada gota del cristal se refleja mi lámpara y me reflejo yo, y un rincón de este cuarto y del buró que fue de Valentín, y este muerto papel en el que escribo se refleja también como un recibo donde llevo las cuentas ...

Soneto

Ahora es Noviembre. Un mes tranquilo. Llueve. Acaso sea para mí la vida este solo llover y esta dormida parte del mundo eternamente leve. Las sombras del camino que se aleja, la iglesia y el zarzal, las telarañas y este pensar en ínsulas extrañas tan sólo para libar, como la...

Una ventana al mundo

Para mi hotel de noche un cielo sube del estuario lentamente. Arde un tremedal de estrellas y esta plaza solitaria se queda y en silencio. Sin las luces insomnes del tranvía, sin su fruto amarillo y sin su estruendo se adormecen las empinadas calles, se vacían de niños, y las tiendas ...

Virgen del camino

Estas noches de invierno hace frío en la casa, los techos son muy altos y las paredes viejas, cierran mal los balcones y la ventisca entra hasta la misma cama donde espero a que me venza el sueño y a que el sueño me arrebate de golpe el libro de las manos, y así, sobresaltado, ...