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ROGELIO SINÁN


listado de poemas

 
Agnus dei

Voz húmeda clamando del mar o del lucero despierta contorsiones en olas y anfibios. El verbo humanizado florece en arcangélica Verdad para la niebla de antiguos, egoísmos. Cordero sumergido, burbuja inmaculada, su forma tornasola cristales de prodigio. Y, mientras la dorada paloma ...

Arrullo

Como un niño que —dormido— se ha quedado en el camino yo arrullo a tu pensamiento. Lo arrullo... No lo despierto. Pero presiento que sigo mi camino —como un loco— arrullando...

Balada del seno desnudo

¡Mangos!... ¡Mira!... ¡Tantos!... ¡Oh!... ¡Uno maduro!... (¡Dio un salto... y salióse su seno, desnudo!) ¡Yo salté del árbol! ¡Upa!... ¡Tan!... (¡Qué rudo!) ¡Por mirar de cerca su seno desnudo! ¡Me miró asustada! ¡Cubrió... lo que pudo y... huyó...! ¿Qué robaba? ¡Su seno desnudo! ...

Balada del seno desnudo

Mangos!... ¡Mira!... ¡Tantos!... ¡Oh!... ¡Uno maduro!... (¡Dio un salto... y salióse su seno, desnudo!) ¡Yo salté del árbol! ¡Upa!... ¡Tan!... (¡Qué rudo!) ¡Por mirar de cerca su seno desnudo! ¡Me miró asustada! ¡Cubrió... lo que pudo...

Barcos hacia Judea

Mastín amilanado por espadas y cruces, helada sed de estrellas hace morder arenas al caserío marino nutrido de ola y nube. Su iglesia hecha de cera con peces y cadáveres define un viejo mástil que en travesía macabra proyecta sus faroles sobre la noche obscura. ¡Barquichuelos de nácar, ...

Calvario

Desnuda luz, pupila con celajes de cirio, va tiñendo de sangre la garganta del mar. Deshabitadas sombras asesinan anfibios y un coro de difuntos tritura ojos de sal. Coronado de dientes y clavado de lirios trisca en valle de espumas el cordero solar. Y un derrumbe encendido rectifica el camino ...

Candombe

Zamba, zambé, zarabanda! ¡Mi perro, la luna y tú! ¿Por qué te pones tan brava cuando te llaman Chombita del Curundú? (A la luna se le puso la cara toda de grana, porque no quería llamarte jamaicana.) ¡Bríndame espumas de mar...

Cuaresma de terrores

Marítima cuaresma de las metamorfosis -¡oh suicidio asombrado de peces y de frutas!- cuando crecen escamas al vientre de la noche mutilado de estrellas y preñado de brujas. ¡Pueril forma dolida del sueño cancelado braceando a la deriva de la inútil sirena! ¡Cuánta cera desnuda ...

Demonios y arcángeles

Su cálido ocio antiguo despereza la plaza nostálgica de bosques. Atónita se inclina cuando bajo las palmas que la inocencia enarca trotan siglos de sombra vestidos de oro y lila. Por la florida senda la cándida alharaca desgaja hondos reflejos de sana paganía. La marejada mística revolcará ...

Dolorosa

Dolida Electra, enluta la Noche campanarios bajo erizado manto de lunas y ortigas. Siete puñales, siete, de luz lleva clavados eternizando-máscaras, espermas y cenizas. Dolorosa, amargada de cirios, titilando, pulveriza oraciones de calcárea neblina; mas, su apagado llanto, ...

Ecce homo

Prisionero entre nubes y barrotes de minio derrumba su proceso crepuscular el Sol.. Su nebulosa cárcel es alfa de martirio que estallará en seráficos éxtasis de color. La florecida arteria despejará concilios Apartando tinieblas llagadas de arrebol; brillarán tristemente sus últimos delirios, ...

Ecce homo

Prisionero entre nubes y barrotes de minio derrumba su proceso crepuscular el Sol. Su nebulosa cárcel es alfa de martirio que estallará en seráficos éxtasis de color. La florecida arteria despejará concilios. Apartando tinieblas llagadas de arrebol; brillarán tristemente sus últimos delirios, ...

Ego sum lux

Te conoce la savia cuya lágrima evoca tu desnuda pupila de neón canicular. Igualmente la ola, la semilla, la rosa reconocen tu anuncio: VIDA, LUZ y VERDAD. Pero, nada de mitos empolvados de sombra con espectros azules y leproso rubor. Milagros y auroras publicitarias sobran cuando, ...

El hijo pródigo

Lamiendo tierra, arena, raíces y bazofias, tumbo a tumbo al origen precipítase el río. Los oros del poniente despilfarró en cabriolas de ondulante premura por liquidar su opimo caudal de margaritas y alas de mariposa. Vuelve enjuto, lodoso, pordiosero de estío, Y, añorando caricias de paternales olas, ...

Endemoniadas

Posesas de la bruma con belfos de gemido galopan ola y brisa remeciendo cordajes. Huracanadas alas con rayos en el pico desgreñan maldiciones, espumarajos, ayes. Hunde el Sol luminosas agujas de prodigio desalojando nieblas de filiación desleal; y, anatematizado, deshecho el maleficio, ...

Frescura

Se burlaba el surtidor —¡la risa casi lo ahogaba!— porque...

Frescura

Se burlaba el surtidor -¡la risa casi lo ahogaba!- porque la lluvia bajaba y él la devolvía al Señor...

Guitarra decapitada

Voces de fusil se oyeron a eso de la madrugada ... ¡Parad el canto, que ha muerto Federico, en su Granada! Guitarra decapitada, ay, Federico García, ya nadie podrá decir la canción que tú dirías. ¡Corre, luna, luna, luna, avísale a los gitanos que Federico García allí se está...

Huellas

Las huellas que dejaste, que dejé, se enredaron... Son heridas que sangran en las almas… Me enredé te enredaste, se enredaron...

Infancia

Infancia clara pasada entre barriles y hongos y aros de bicicletas, cuando, corriendo entre hojas, el alma era más blanda y el camino era savia... Cada caída al margen de la dicha era una danza de sangre y de gritos mientras el viento promovía un levantamiento de ramas bajo...

Júbilo y súplica

Tiernos soles benignos han rasgado la niebla y esta vigilia ahuyenta mil temores ocultos. ¡Ya te he vencido, noche, y en plenitud de vida puedo lanzar mis flechas hacia océanos posibles! ¡Hoy es, oh mar, el alba! ¡Pregonemos el júbilo! ¡Barcos, pájaros, rocas, vuelvo...

La higuera estéril

Triste higuera maldita, mutilada de sexo Y ávida de plumajes, tu desgajado grito levanta en banderola para gritar: Estéril! sí, yo, defraudadora del codiciado fruto! ¿Por qué signo de arenas doblégase mi débil conciencia vegetal? ¡Oh cálido conjuro, fortifica nii tallo, torna mi savía fértil ...

La hija de Jairo

Esquirlas afiebradas de aguacero, ululando, desataron la muerte sobre yerba y hormiga. Fusilada la rosa, decapitado el nardo, ¿qué anegado colapso sufrió la Sensitiva? Dolorosa de nichos y aterida de llanto, su congelado espectro suena savias de vida. Oh Sol, tanto cadáver merecería ...

La muerte del profeta

Profético de pájaros, remece tempestades el árbol, dominado por mística soberbia; mas, subrepticiamente, sofoca sus ramajes, en fatales volutas, airosa madreselva. Titán sobrecogido, va quedándose exangüe bajo el nudo lascivo. Reído vena a vena, deshecho finalmente, desplómase cobarde, ...

La pesca milagrosa

Viejo muelle zurcido de brumas y sirenas. Visión húmeda. Verde vaivén de remo y quilla. Torso de ola. Gaviotas silbando en el trapecio de un canto marinero. Yodada hora salada cuando el pelícano hunde puñales en la clara pupila de la espuma. Brisa ágil Brea. Hipocampos nostálgicos de friso. ...

La simiente

Cansancio de inútil ademán extendido jaculatoriamente sobre humus y secano; fatiga de la estéril simiente detenida, macerada y hollada por una, cal o ave. Pero, ¡oh ubérrimo tacto, bucólica delicia del fruto adolescente jugosamente flavo! Dichosa complacencia, botánica lascivia del ...

Las bodas de Canaán

Goza la tarde nupcias de estirpe salinera donde céfiro y brisa trasiegan arrebol. Mas la encendida savia de la vid deja apenas un vaivén de palmeras y una sed en clamor. Medusas y corales dipsómanos de néctar festinan el prodigio. ¡Venid a ver! El Sol iVerted dice a las nubes la sangre ...

Lázaro

¡Qué sombra atribulada de realidad extiende pasaporte de huesos al sueño de la imagen? Negada para estatuas de pánico, su flebe; presencia sumergida luce aire de cadáver. Pero, no. Todo: el árbol -Callada angustia fértil-, la muchedumbre de olas, el cántaro de greda, -barajando cuchillas de inercia, ...

Los ojos en la calle, bajo la lluvia

Huele a pared lamida por ubres y mugidos este mapa ilusorio salpicado de estrellas, y la calle, inundada de pupilas de niños, va nutriendo de polvo sus mejores culebras. Pasaporte de patios para la mar, el fango deshilvana pronósticos en plenitud de fábulas, y los aros del miedo...

Magdalena

La estrella vespertina, fatalmente risueña, suspira ensimismada tras el mito solar, ungiendo, mariposa, la traslúcida huella con grito de cristales y pupila de sal. Cuando, rumbo al helado sepulcro de las olas, la sangre iluminada tina celajes, ella salpicará el tocado de las nubes piadosas al deshacerse ...

Magdalena

La estrella vespertina, fatalmente risueña, suspira ensimismada tras el mito solar, ungiendo, mariposa, la traslúcida huella con grito de cristales y pupila de sal. Cuando, rumbo al helado sepulcro de las olas, la sangre iluminada tina celajes, ella salpicará el tocado de las nubes piadosas ...

Mancha de sol

Campo traviesa, cansada, con el hijo en el cuadril, la moza va hacia el lejano cuchitril. El sol coloca en los árboles sus moneditas de oro. Y el niño suelta la fuente de su lloro... La rapaza saca el seno rozagante a se lo dar... El niño bebe. Ella ríe. Y echa a ...

Mancha de sol

Campo traviesa, cansada, con el hijo en el cuadril, la moza va hacia el lejano cuchitril. El sol coloca en los árboles sus moneditas de oro. Y el niño suelta la fuente de su lloro... La rapaza saca el seno...

Mi doble malo se muere

Yo me alejé de mí mismo de mi doble que tenía su rumbo en estrella fija. Pupila verde me lleva —me llevaba hacia presente esmeralda embravecido. En ese mar —empapada lucha, yerta, mi nostalgia contra ola y pez que devoran. ¡Mira mi ser desdoblado! El uno...

Pecados capitales

Velámenes soberbios, deshilachando brisas Despiertan la avaricia de la marina suma. Pereza en las merluzas; orgullo en las corvinas; y, en pulpos, tiburones y pelícanos, gula. De la onda opalescente surge la curva dócil Que en senos tenebrosos oculta la lujuria. ¡Satán, Satán, ...

Poema del viaje

Diámetro de mar y cielo en círculo de horizonte exacto siempre y eterno. Errando en viento de hielo me están creciendo las alas, y aullando se van mis ojos tras una huella de puertos. Cada cadena del barco es un pedazo de estrella. Miradas de rumbo ciego y suciedumbre de pueblos. Peces...

Presencia de la muerte

¡Oh Santo Graal! Las gotas de encendido vinagre puntualizan claveles en el nicho del mar... Derrúyanse en salmuera los templos de la tarde y el miedo clava incendios de rojo vesperal. La callada tiniebla pone rosas de luto tras un rezo de nubes anegadas en flor... Y las olas arrullan ...

Primer tiempo: la voz del pánico

Quivi sospiri, pianti e alti guai risonavan per l aere senza stelle. Dante: Inf erno. Sirenas sin gemidos ni palabras -mudo canto que sólo oyó la muerte- clavaron agonías en la noche. Callado jeroglífico del grito que no partió los sueños ni saturó de alarma las tinieblas. ...

Resurrección

¡Gloria! ¡Gloria! ¡Aleluyas, maitines y hosannas despiertan minuteros y gritos de alcanfor, mientras loco revuelo de abanicos y de alas desnuda olas y mástiles irónicos de alcohol! ¡Clarineros del Alba, tocad cielo y montanas! ¡Dad paso a las cuadrigas de luz y de color! ¡Brisa, espuma, aleluya! ...

Ruptura y lejanía

Rompiste —lloro y súplica— hacia meta benigna tus amarras postrimeras, y del oleaje a estelas ya ligeras bebí, solo, visiones de poeta. Enloquecida al viento, mi veleta sur y oeste de aguas lisonjeras buscaba entre mis lágrimas sinceras la noche que me vio sin alma quieta. iQué triste...

Samaritana

Cigarras encendidas y melodías frutales proclaman ondulantes acrobacias del agua que, rica en lentejuelas y líquidos collares contorsiona abanicos en lascivias de danza. Desabrochando sombras, romero Sol mitiga sus sedes glugluteantes en geórgico beber. Así, ambos, convenidos, ...

Seguiremos andando

Pensativos de sombra, más altos que la vida nos ha visto la noche boca a boca en la niebla. Me bebí tu silencio. Te bebiste mi angustia, y hemos quedado tenues, sofocados de miedo. Nos aventó de golpe marcha atrás la borrasca de endurecidas bocas rugiendo...

Segundo tiempo: la voz de la agonía

Ed ecco a poco apoco un fummo ; arsi verso di no^ come la notte scuro.Dante: Purgatorio. -¡Dame tu brisa, mar, tu brisa pura para saciar mi voz y mis entrañas! -¡Dame, Señor, tu gracia y tus pulmones para amarrar el aire con mis venas! ___¡Mi sangre no respira! ...

Soledad

Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dajaste sola en el camino, ¡qué sola dejaste mi soledad!... (¡Pensar que la traje a ti para que le dieras alma!)

Soledad

Traje a ti mi soledad para que le dieras alma. Pero la dejaste sola en el camino, ¡qué sola dejaste...

Su forma sobre el agua

A la hora equidistante del pez amanecido con la primera espuma de la mañana, flota, como un presentimiento de bostezo salino , su forma sin aristas, deshilachada, fofa. Flota, digo, la niebla, crispada de ladridos, Amarrando en las jarcias elásticas gaviotas. Y, al recoger el hombre su red, ...

Su forma sobre el agua

A la hora equidistante del pez amanecido con la primera espuma de la mañana, flota, como un presentimiento de bostezo salino, su forma sin aristas, deshilachada, fofa. Flota, digo, la niebla, crispada de ladridos, amarrando en las jarcias elásticas gaviotas. Y, al recoger el hombre su red, ...

Tercer tiempo: la voz de la plegaria

E vidi lume in forma di rivera fulvido di fulgore, intra due rive dipinte di mirabel primaveraDante: Paradiso. __¡Qué demasiado tarde se han abierto los ríos de la alborada! __¡Qué musical torrente ha penetrado por todas las heridas! __¡Qué suave y retardada esta caricia del agua redentora! ...

Verónica

Próximo al sacrificio, novillo acongojado, sufre el mar deslumbrantes gaoneras de la Luna. Sobre líquidos cuernos la nacarada capa pasa, quita y repasa sin ofender espumas. Clava el diestro luceros en el glauco mugido que embiste proceloso. ¡La marejada atónita derrama por la herida ...

Viaje

Las nubes -escolares de escuela elemental- han tomado sus libros de luz y se van... El caballo del viento las conduce sobre su lomo tierno. ¡Ya se van! ¡Ea! ¡Ea! Y ¡adiós! les van diciendo con sus pañuelos de humo las chimeneas...

Viaje

Las nubes —escolares de escuela elemental— han tomado sus libros de luz y se van... El caballo del viento las conduce sobre su lomo tierno. ¡Ya se van! ¡Ea! ¡Ea! Y ¡adiós! les van diciendo...

Vigilia de la sangre

Te has hundido en mis venas nutriéndolas de yodo por sencillo milagro: tu mejilla en mi mano. Y he levantado el ancla para surcar la noche salomando banderas y mordiendo el espacio. ¡Qué dolorosamente crece, dentro, una imagen, a medida que la otra disminuye...

Vísperas de la agonía

Fragancia de jardines y eucaristía de huertos encienden un aromado retablo nazareno. Vertida sobre mares, valles, montes y cielos, la copa de la angustia reflejará el sendero de cirios y rosales en muda caravana. De la húmeda mejilla florecerán jazmines; y, la cizaña aviesa, ...