| A una rosa |
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Grata flor que te destacas sobre el verde de las hojas, cual la sangre de una herida, roja... roja... Tú parodias esos labios purpurinos, que entreabiertos se dirían de caricias do sedientos han copiado de tus hojas el color de su bandera los campeones avanzados de la idea. Y por eso yo te adoro, ... |
| Adiós |
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Adiós! Las cosas que mueren jamás resucitan, las cosas que mueren no tornan jamás. ¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda es polvo por siempre y por siempre será! Cuando los capullos caen de la rama dos veces seguidas no florecerán... ¡Las flores tronchadas ... |
| Ahora quiero amar algo lejano |
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Ahora quiero amar algo lejano... a algún hombre divino que sea como un ave por lo dulce, que haya habido mujeres infinitas y sepa de otras tierras, y florezca su palabra en sus labios perfumada: suerte de selva virgen bajo el viento... Y quiero amarlo ahora. Está la tarde blanca y... |
| Alma desnuda |
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Soy un alma desnuda en estos versos, alma desnuda que angustiada y sola va dejando sus pétalos dispersos. Alma que puede ser una amapola, que puede ser un lirio, una violeta, un peñasco, una selva y una ola. Alma que como el viento vaga inquieta y ruge cuando está sobre los mares ... |
| Bajo tus miradas |
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Es bajo tus miradas donde nunca zozobro; es bajo tus miradas tranquilas donde cobro propiedades de agua; donde río, parlera, cubriéndome de flores como la enredadera. Es bajo tus miradas azules donde sobro para el duelo; despierto sueños nuevos y obro con tales esperanzas, ... |
| Barrancas del Plata en Colonia |
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Redoble en verde de tambor los sapos y altos los candelabros mortecinos de los cardos me escoltan con el agua que un sol esmerilado carga al hombro. El sol me dobla en una larga torre que va conmigo por la tarde agreste y el paisaje se cae y se levanta en la falda y el filo de... |
| Bien pudiera ser |
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Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido no fuera más que aquello que nunca pudo ser, no fuera más que algo vedado y reprimido de familia en familia, de mujer en mujer. Dicen que en los solares de mi gente, medido estaba todo aquello que se debiera hacer... Dicen... |
| Borrada |
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El día que me muera, la noticia Ha de seguir las prácticas usadas, Y de oficina en oficna al punto. Por los registros seré yo buscada. Y allá muy lejos, en un pueblecito Que está durmiendo al sol en la montaña, Sobre mi nombre, en un registro viejo, Mano que ignoro trazará una raya. ... |
| Broche |
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A pesar de todo esto donde muero de angustia Oigo voces que me dicen: date más, date más... ¿Qué más puedo yo darte? A los vientos mi alma, Para quien la comprenda... a los vientos está. Algunas voces siguen diciendo todavía: El alma es poca cosa, date... |
| Charla |
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Una voz en mi oído graves palabras vierte: ¿Por qué, me dice, no eres, oh tú, la mujer fuerte? Es bella la figura de la mujer heroica cuidando el fuego sacro con su mano de estoica. Y yo sonrío y digo: la vida es una rueda. Todo está bien. Lo malo con lo bueno se enreda. Si unas no parecieran... |
| Cigarra en noche de luna |
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Atalayada, agita la matraca de su voz, que traspasa el horizonte del árbol, la cigarra, y llama a mitin a los grillos en camas de rocío. Sobre los tanques frescos de los sapos los grillos mueven verdes batallones. Manda la capitana chilladora y cercan los balcones de la luna. Con peluca... |
| Date a volar |
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Anda, date a volar, hazte una abeja, En el jardín florecen amapolas, Y el néctar fino colma las corolas; Mañana el alma tuya estará vieja. Anda, suelta a volar, hazte paloma, Recorre el bosque y picotea granos, Come migajas en distintas manos La pulpa muerde de fragante poma. Anda, date... |
| Dolor |
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Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar. Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar. ... |
| Domingos |
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En los domingos, cuando están las calles del centro quietas, alguna vez camino, y las oscuras, cerradas puertas de los negocios, son como sepulcros sobre veredas. Si yo golpeara en un domingo de esos las frías puertas, de agrisado metal, sonido hueco me respondiera... . ... |
| Dos palabras |
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Esta noche al oído me has dicho dos palabras comunes. Dos palabras cansadas de ser dichas. Palabras que de viejas son nuevas. Dos palabras tan dulce, que la luna que andaba filtrando entre las ramas se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras hormiguita pasea por mi cuello y no intento ... |
| El divino amor |
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Te ando buscando, amor que nunca llegas, te ando buscando, amor que te mezquinas, me aguzo por saber si me adivinas, me doblo por saber si te me entregas. Las tempestades mías, andariegas, se han aquietado sobre un haz de espinas; sangran mis carnes gotas ... |
| El hombre sombrío |
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Altivo ese que pasa, miradlo al hombre mío. En sus manos se advierten orígenes preclaros, no le miréis la boca porque podéis quemaros, no le miréis los ojos, pues moriréis de frío. Cuando va por los llanos tiembla el cauce del río, las sombras de los bosques se convierten... |
| El ruego |
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Señor, Señor, hace ya tiempo, un día soñé un amor como jamás pudiera soñarlo nadie, algún amor que fuera la vida toda, toda la poesía. Y pasaba el invierno y no venía, y pasaba también la primavera, y el verano de nuevo persistía y el otoño me hallaba con mi... |
| El silencio |
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Nunca habéis inquirido Por qué, mundo tras mundo, Por el cielo profundo Van pasando sin ruido? Ellos, los que transpiran Las cosas absolutas, Por sus azules rutas Siempre callados giran. Sólo el hombre, pequeño, Cuyo humano... |
| El tumulto |
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Yo fui la planta llena de hojarasca De torcida raíz, si que bien honda: Un tumulto de savia, y su borrasca Donde faltaba fruto puso fronda. Error de exceso que no fue problema, Pues no duró; el dolor me puso a poda y hacha en la mano despojóme toda para encauzarme en una sola yema: ... |
| Epitafio para mi tumba |
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Aquí descanso yo: dice Alfonsina El epitafiio claro al que se inclina. Aquí descanso yo, y en este pozo, Pues que no siento, me solazo y gozo. Los turbios ojos muertos ya no giran, Los labios, desgranados, no suspiran. Duermo mi sueño eterno a pierna suelta; Me llaman y no quiero darme ... |
| Femenina |
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Baudelaire: yo me acuerdo de tus Flores del mal En que hablas de una horrible y perversa judía Acaso como el cuerpo de las serpientes fría, En lágrimas indocta, y en el daño genial. Pero a su lado no eras tan pobre, Baudelaire: De sus formas vendidas, y de su cabellera ... |
| Flor en una mano |
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También sedosos pétalos abría y eran cinco. Crecido su rosado entre los dedos reposaba blanda casi dormida ya en el sueño fuerte. Sombreaba los canales diminutos de la mano, sepulcro de sus horas, y como un cuerno alzaba un petalillo más allá de los otros resignados. ¡Cuán... |
| Frente al mar |
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Oh mar, enorme mar, corazón fiero De ritmo desigual, corazón malo, Yo soy más blanda que ese pobre palo Que se pudre en tus ondas prisionero. Oh mar, dame tu cólera tremenda, Yo me pasé la vida perdonando, Porque entendía, mar, yo me fui ... |
| Frente al mar |
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Oh mar, enorme mar, corazón fiero De ritmo desigual, corazón malo, Yo soy más blanda que ese pobre palo Que se pudre en tus ondas prisionero. Oh mar, dame tu cólera tremenda, Yo me pasé la vida perdonando, Porque entendía, mar, yo me fui dando: |
| Hombre pequeñito |
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Hombre pequeñito, hombre pequeñito. Suelta tu canario que quiere volar... Yo soy el canario, hombre pequeñito, Déjame saltar. Estuve en tu jaula, hombre pequeñito, Hombre pequeñito que jaula me das. Digo pequeñito porque no me entiendes, Ni me entenderás. Tampoco te entiendo, pero ... |
| Inútil soy |
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Por seguir de las cosas el compás, A veces quise, en este siglo activo, Pensar, luchar, vivir con lo que vivo, Ser en el mundo algún tornillo más. Pero, atada al ensueño seductor, De mi instinto volví al oscuro pozo, Pues, como algún insecto perezoso Y voraz, yo nací... |
| La caricia perdida |
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Se me va de los dedos la caricia sin causa, se me va de los dedos... En el viento, al rodar, la caricia que vaga sin destino ni objeto, la caricia perdida, ¿quién la recogerá? Pude amar esta noche con piedad infinita, pude amar al primero que acertara a llegar. Nadie llega. Están solos ... |
| La loba |
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Yo soy como la loba. Quebré con el rebaño Y me fui a la montaña Fatigada del llano. Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley, Que no pude ser como las otras, casta de buey Con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza! Yo quiero con mis manos... |
| La sirena |
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Llévate el torbellino de las horas y el cobalto del cielo y el ropaje de mi árbol de septiembre y la mirada del que me abría soles en el pecho. Apágame las rosas de la cara y espántame la risa de los labios y mezquíname el pan entre los dientes, vida; y el ramo de mis ... |
| Las rosas |
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Cuando mueran las rosas, cuando mueran, En una tarde gris, tarde de frío, Entre mis manos temblarán sus pétalos Y poco a poco moriré de hastío. Cuando mueran las rosas, no habrá sol, Una neblina cubrirá el jardín Y flotará sobre las cosas todas La dulce nebulosa del... |
| Letanías de la tierra muerta |
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Llegará un día en que la raza humana se habrá secado como planta vana, y el viejo sol en el espacio sea carbón inútil de apagada tea. Llegará un día en que el enfriado mundo será un silencio lúgubre y profundo: una gran sombra rodeará la esfera donde no volverá la primavera; la tierra ... |
| Lo inacabable |
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No tienes tú la culpa si en tus manos mi amor se deshojó como una rosa. Vendrá la primavera y habrá flores... El tronco seco dará nuevas hojas. Las lágrimas vertidas se harán perlas de un collar nuevo; romperá la sombra un sol precioso que dará a las venas la savia fresca, loca... |
| Melancolía |
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Oh, muerte, yo te amo, pero te adoro vida… Cuando vaya en mi caja para siempre dormida, Haz que por vez postrera Penetre en mis pupilas el sol de primavera. Déjame algún momento bajo el calor del cielo, Deja que el sol fecundo se estremezca en mi hielo… Era tan bueno el astro... |
| Miedo |
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Aquí, sobre tu pecho, tengo miedo de todo; estréchame en tus brazos como una golondrina, y dime la palabra, la palabra divina que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo. Háblame amor, arrúllame, dame el mejor apodo, besa mis pobres manos, acaricia la fina mata de mis... |
| Moderna |
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Yo danzaré en alfombra de verdura; ten pronto el vino en el cristal sonoro, nos beberemos el licor de oro celebrando la noche y su frescura. Yo danzaré como la tierra pura, como la tierra yo seré un tesoro, y en darme pura no hallaré desdoro, que darse es una forma... |
| Nocturno |
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Es muy dulce el silencio de esta hora; hay algo en el jardín que tiembla y llora. Oh, ven, que entre tus manos haré almohada, para apoyar mi testa desolada. Te esperaré en nuestro banco y por gustarte vestiré de blanco. No esperes, al llegar, que yo me mueva de la glorieta que nos finge cueva. ... |
| Odio |
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Oh, primavera de las amapolas, Tú que floreces para bien mi casa, Luego que enjoyes las corolas, Pasa. Beso, la forma más voraz del fuego, Clava sin miedo tu endiablada espuela, Quema mi alma, pero luego, Vuela. Risa de oro que movible y loca Sueltas el alma, de las... |
| Oh, tú |
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Oh, tú, que me subyugas. ¿Por qué has llegado tarde? ¿Por qué has venido ahora cuando el alma no arde, cuando rosas no tengo para hacerte con ellas una alegre guirnalda salpicada de estrellas? Oh, tú, de la palabra dulce como el murmullo del agua de la fuente; dulce como el arrullo ... |
| Oye… |
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o seré a tu lado silencio, silencio, perfume, perfume, no sabré pensar, no tendré palabras, no tendré deseos, sólo sabré amar. Cuando el agua caiga monótona y triste buscaré tu pecho para acurrucar este peso enrome que llevo en el alma y no sé explicar. Te pediré... |
| Pecho blanco |
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Porque yo tengo el pecho blanco, dócil, Inofensivo, debe ser que tantas Flechas que andan vagando por el aire Toman su dirección y allí se clavan. Tú, la mano perversa que me hieres, Si aquello es tu placer, poco te basta; Mi pecho es blanco, es dócil y es humilde: Suelta un poco de sangre... ... |
| Perro y mar |
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Estaba solo el mar y solo el cielo y era todo un espacio gris y frío, y yo no oía nada ni veía más que ese gris monótono y sin vida. Y a mi costado el perro, contra el viento aullaba; y sus ladridos sacudían las olas muertas; y en el aire de plomo su quejido abría rumbo; y las orejas tensas ... |
| Peso ancestral |
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Tú me dijiste: no lloró mi padre; tú me dijiste: no lloró mi abuelo; no han llorado los hombres de mi raza, eran de acero. Así diciendo te brotó una lágrima y me cayó en la boca…mas veneno: yo no he bebido nunca en otro vaso así pequeño. Débil mujer, pobre mujer... |
| Pie de árbol |
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No sé cuándo… Por una arboladura como ésta yo trepaba acelerando y a cuatro manos descendía a tierra la lengua alegre de jugosos frutos. Y vi una caballada por el aire de negra crin y a látigos de fuego azuzar sus turbiones de tormenta y yo chillé con voz no articulada. Y huía; y con... |
| Planos de un crepúsculo |
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Primero había una gran tela azúrea de rosados dragones claveteada: muy alta y desde lejos avanzando, pero recién nacida y pudorosa. Y más abajo grises continentes de nubes separaban los azules; y más abajo pájaros oscuros bañábanse en los mares intermedios. Y más abajo... |
| Presentimiento |
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Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco. Esta cabeza mía se parece al crisol, Purifica y consume. Pero sin una queja, sin asomo de horror, Para acabarme quiero que una tarde sin nubes, Bajo el límpido... |
| Presentimiento |
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Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco. Esta cabeza mía se parece al crisol, purifica y consume, pero sin una queja, sin asomo de horror. Para acabarme quiero que una tarde sin nubes, bajo el límpido sol nazca de un gran jazmín una víbora blanca que dulce, ... |
| Primavera |
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Y vendrás tú? Por mis jardines vuelan Ya las primeras mariposas Sobre las rosas, Velan De noche los cocuyos Entre los yuyos. Sonríen las estrellas Pálidamente bellas. ¿Y vendrás tú? Se cubren Alegres, mis floreros De madreselvas. Anda por los largos canteros... |
| Pudiera ser |
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Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido no fuera más que aquello que nunca pudo ser, no fuera más que algo vedado y reprimido de familia en familia, de mujer en mujer. Dicen que en los solares de mi gente, medido estaba todo aquello que se debía hacer... ... |
| Queja |
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Señor, mi queja es ésta, Tú me comprenderás: De amor me estoy muriendo, Pero no puedo amar. Persigo lo perfecto En mí y en los demás, Persigo lo perfecto Para poder amar. Me consumo en mi fuego, ¡Señor, piedad, piedad! De amor me estoy muriendo, ¡Pero no ... |
| Río de la Plata en arena pálido |
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De qué desierto antiguo eres memoria que tienes sed y en agua te consumes y alzas el cuerpo muerto hacia el espacio como si tu agua fuera la del cielo? Porque quieres volar y más se agitan las olas de las nubes que tu suave yacer tejiendo vagos cuerpos de humo que se repiten hasta... |
| Sábado |
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Me levanté temprano y anduve descalza por los corredores; bajé a los jardines y besé las plantas; absorbí los vahos limpios de la tierra, tirada en la grama; me bañé en la fuente que verdes achiras circundan. Más tarde, mojados de agua, peiné mis cabellos. Perfumé las manos con zumo ... |
| Si la muerte quisiera |
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Tú como yo, viajero, en un día cualquiera Llegamos al camino sin elegir acera. Nos pusimos un traje como el que llevan todos Y adquirimos su aspecto, sus costumbres, sus modos. Hemos andado mucho, sujetados por riendas Invisibles, los ojos fatigados de vendas. Tenemos en las manos... |
| Silencio |
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Un día estaré muerta, blanca como la nieve, dulce como los sueños en la tarde que llueve. Un día estaré muerta, fría como la piedra, quieta como el olvido, triste como la hiedra. Un día habré logrado el sueño vespertino, el sueño bien amado donde acaba d camino. Un día habré dormido ... |
| Soy |
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Soy suave y triste si idolatro, puedo bajar el cielo hasta mi mano cuando el alma de otro al alma mía enredo. Plumón alguno no hallarás más blando. Ninguna como yo las manos besa, ni se acurruca tanto en un ensueño, ni cupo en otro cuerpo, así pequeño, un alma humana de mayor ... |
| Sugestión a un sauce |
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Debe existir una ciudad de musgo cuyo cielo de grises, al tramonto, cruzan ángeles verdes con las alas caídas de cristal deshilachado. Y unos fríos espejos en la yerba a cuyos bordes inclinadas lloran largas viudas de viento amarilloso que el vidrio desdibuja balanceadas. Y un punto en el espacio ... |
| Transfusión |
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La vida tuya sangre mía abona y te amo a muerte, te amo; si pudiera bajo los cielos negros te comiera el corazón con dientes de leona. Antes de conocerte era ladrona y ahora soy menguada prisionera. ¡Cómo luce de bien mi primavera! ¡Cómo brilla en tu frente mi corona! Sangre que es mia... |
| Tú me quieres blanca |
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Tú me quieres alba, Me quieres de espumas, Me quieres de nácar. Que sea azucena Sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada. Ni un rayo de luna. Filtrado me haya. Ni una margarita Se diga mi hermana. Tú me quieres nívea, Tú me quieres blanca, Tú me quieres alba. Tú que... |
| Tú me quieres blanca |
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Tú me quieres alba, me quieres de espumas, me quieres de nácar. Que sea azucena sobre todas, casta. De perfume tenue. corola cerrada Ni un rayo de luna filtrado me haya. Ni una margarita se diga mi hermana; tú me quieres blanca, tú me quieres nívea, tú me quieres casta. Tú que hubiste ... |
| Tú, nunca serás |
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Sábado fue, y capricho el beso dado, capricho de varón, audaz y fino, mas fue dulce el capricho masculino a este mi corazón, lobezno alado No es que crea, no creo, si inclinado sobre mis manos te sentí divino, y me embriagué. Comprendo que este vino no es para mí, más juego y rueda el ... |
| Un lápiz |
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Por diez centavos lo compré en la esquina y vendiómelo un ángel desgarbado; cuando a sacarle punta lo ponía lo vi como un cañón pequeño y fuerte. Saltó la mina que estallaba ideas y otra vez despuntólo el ángel triste. Salí con él y un rostro de alto bronce lo arrió de mi memoria. ... |
| Una vez más el mar |
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Piel azul que recubres las espaldas del mundo, y atas pies con cabeza de la endiablada esfera; huidiza y multiforme culebra mudadera, puñal alguno puede clavársete profundo. Esponja borradora tu fofa carne helada, la proa que te corta no logra escribir paso, ni a hierro marca el pozo, ... |
| Ven... |
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Ven esta noche, amado; tengo el mundo sobre mi corazón... la vida estalla... Ven esta noche, amado; tengo miedo de mi alma. ¡Oh, no puedo llorar! Dame tus manos y verás cómo el alma resbala tranquilamente, cómo el alma... |
| Versos a la tristeza de Buenos Aires |
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Tristes calles derechas, agrisadas e iguales, por donde asoma, a veces, un pedazo de cielo, sus fachadas oscuras y el asfalto del suelo me apagaron los tibios sueños primaverales. Cuánto vagué por ellas, distraída, empapada en el vaho grisáceo, lento, que las decora. ... |
| Viaje |
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Hoy me mira la luna blanca y desmesurada. Es la misma de anoche, la misma de mañana. Pero es otra, que nunca fue tan grande y tan pálida. Tiemblo como las luces tiemblan sobre las aguas. Tiemblo como en los ojos suelen temblar las lágrimas. Tiemblo como en las carnes sabe temblar el alma. ... |
| Voy a dormir |
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(Últimos versos escritos el día del suicidio) Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme prestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados. Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera, una constelación, ... |
| Y tú?... |
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Sí, yo me muevo, vivo, me equivoco; agua que corre y se entremezcla, siento el vértigo feroz del movimiento: huelo las selvas, tierra nueva toco. Sí, yo me muevo, voy buscando acaso soles, aurora, tempestad... |
| Yo en el fondo del mar |
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En el fondo del mar hay una casa de cristal. A una avenida de madréporas da. Un gran pez de oro, a las cinco, me viene a saludar. Me trae un rojo ramo de flores de coral. Duermo en una cama un poco más azul que el mar. Un pulpo me hace guiños a través del cristal. En el bosque verde ... |
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