| Cantar de los cantares (fragmento IX) |
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Minarete de alabastro,- Torrecilla de alabastro cimbradora Cual pedúnculo vibrátil, -¡es tu cuello! Si tu cuello, Hija mía, madre mía, novia mía, Es la blanca columnita cimbradora Que se yergue balancea Que se yergue columpiando la presea ¡de tus rizos de tus ojos de tu faz encantadora! ... |
| Décimas |
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Yo soy flor que se marchita al sol de la adversidad, el arbolito en mitad de la llanura infinita. La paloma, pobrecita que arrastran los aquilones, entre oscuros nubarrones de tempestades airadas, soy la barca abandonada en el mar de las pasiones. Soy el ave que al bajar de los aires fatigada, ... |
| El misionero (fragmentos) |
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Yo renuncié las glorias mundanales Por el arduo desierto solitario, Para sembrar, también, abecedario, Donde mismo se siembran los trigales. Yo tuve mi covacha siempre abierta Para cualquier afán, falaz o cierto, Y tan franco, tan libre, tan abierto, Mi hermoso corazón... |
| Lo que yo quiero |
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I Quiero ser las dos niñas de tus ojos, las metálicas cuerdas de tu voz, el rubor de tu sien cuando meditas y el origen tenaz de tu rubor. Quiero ser esas manos invisibles que manejan por si la creación, y formar con tus sueños y los míos otro mundo mejor para los dos. Eres tu, ... |
| Pasión |
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I Tú tienes, para mí, todo lo bello que cielo, tierra y corazón abarcan; la atracción estelar ¡de esas estrellas que atraen como tus lágrimas!; II La sinfonía sacra de los seres, los vientos, los bosques y las aguas, en el lenguaje mudo de tus ojos que, mirándome, hablan; ... |
| Sin tregua |
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I Al clásico del compás establecido para cantar las cosas soberanas: invocando al amor y al buen sentido, musas que deben ser hermanas: sin temer ni a la crítica del ruido ni a la pereza y cobardía humanas: voy a cantar mis versos al trabajo ¡al sin tregua, al feroz, al a destajo! ... |
| V moltissimo piu avanti ancora! |
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Si en vez de las estúpidas panteras y los férreos estúpidos leones, encerrasen dos flacos mocetones en esa frágil cárcel de las fieras, no habrían de yacer noches enteras en el blando pajar de sus colchones, sin esperanzas ya, sin reacciones,lo mismo que dos plácidos horteras. ... |
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