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OSCAR HAHN


listado de poemas

 
Ciento once Cuidad en llamas

Cuidad en llamas Entrando en la ciudad por alta mar la grande bestia vi: su rojo ser Entré por alta luz por alto amor entréme y encontréme padecer Un sol al rojo blanco en mi interior crecía y no crecía sin cesar y el alma con las hordas del calor templóse y contemplóse crepitar...

El hombre

Emergió de aguas tibias y maternales para viajar a heladas aguas finales. A las aguas finales de oscuros puertos donde otra vez son niños todos los muertos.

En una estación del metro

Desventurados los que divisaron a una muchacha en el Metro y se enamoraron de golpe y la siguieron enloquecidos y la perdieron para siempre entre la multitud Porque ellos serán condenados a vagar sin rumbo por las estaciones y a llorar con las canciones de amor que los músicos ...

Escrito con tiza

Uno le dice a Cero que la nada existe Cero replica que Uno tampoco existe porque el amor nos da la misma naturaleza Cero más Uno somos Dos le dice y se van por el pizarrón tomados de la mano Dos se besan debajo de los pupitres Dos son Uno cerca del borrador agazapado ...

Hueso

Curiosa es la persistencia del hueso su obstinación en luchar contra el polvo su resistencia a convertirse en cenizaLa carne es pusilánime Recurre al bisturí a ungüentos y a otras máscaras que tan sólo maquillan el rostro de la muerteTarde o temprano será polvo la carne ...

La muerte es una buena maestra

Levántate y anda al hospital me dijo la voz Soy el fantasma anterior a tu nacimiento Aún no es tiempo para el otro fantasma Tu muerte te afectaría profundamente Jamás podrías recuperarte de tu muerte Me pusieron en una camilla y me metieron al quirófano Al otro lado se ve el infinito ...

La muerte está sentada a los pies de mi cama

Mi cama está deshecha: sábanas en el suelo y frazadas dispuestas a levantar el vuelo. La muerte dice ahora que me va a hacer la cama. Le suplico que no, que la deje deshecha. Ella insiste y replica que esta noche es la fecha. Se acomoda y agrega que esta noche me ama. ...

La muerte tiene un diente de oro

La muerte no tiene dientes: se ríe con la encía pelada. Y cuando muere un rico, la muerte tiene un diente de oro. Y cuando muere un pobre, no tiene ningún diente o le crece un diente picado. ¿Cachai, ganso? La muerte tiene la boca llena de muelas tristes, de colmillos cariados, llena de jugo gástrico ...

Meditación al atardecer

Esta calle que baja dura una eternidad Aquí se cuecen vivos los grandes pensamientos Ha llegado la hora del descanso en que no se descansa Cuando los perros creen en santas y en fantasmas En este punto mi madre y mi hermana preguntaron sin voz ¿Y qué sabes tú de todo ...

Misterio gozoso

Pongo la punta de mi lengua golosa en el centro mismo del misterio gozoso que ocultas entre tus piernas tostadas por un sol calientísimo el muy cabrón ayúdame a ser mejor amor mío limpia mis lacras libérame de todas mis culpas y arrásame de nuevo con puros ...

Paisaje ocular

Si tus miradas salen a vagar por las noches las mariposas negras huyen despavoridas tales son los terrores que tu belleza disemina en sus alas

Para darle cuerda a la muerte

Cuando se me alborotan los espermios, qué veo, qué veo, digo yo: veo a mis pescaditos navegar por los úteros, enamorados de cuanto óvulo cae. Toma este matamoscas y extermina a los ángeles, después con grandes uñas arráncales las alas. Ya veo sus muñones, ya los veo arrastrarse: ...

Por qué escribe usted

¿Por qué escribe usted? Porque el fantasma porque ayer porque hoy: porque mañana porque sí porque no Porque el principio porque la bestia porque el fin: porque la bomba porque el medio porque el jardín Porque góngora porque la tierra porque el sol: porque san juan porque la luna ...

Reencarnación de los carniceros

Y vi que los carniceros al tercer día, al tercer día de la tercera noche, comenzaban a florecer en los cementerios como brumosos lirios o como líquenes. Y vi que los carniceros al tercer día, llenos de tordos que eran ellos mismos, volaban persiguiéndose, persiguiéndose, ...

Una noche en el café Berlioz

Yo he visto su cara en otra parte le dije cuando entró en el Café Berlioz Soy de otra dimensión contestó sonriendo y avanzó hacia el fondo del salón Ella finge escribir en su mesa de mármol pero me observa de reojo Desde mi mesa veo su cuello desnudo Como un aerolito cruzó mi mente el rostro ...

Visión de Hiroshima (Fragmentos)

Ojo con el ojo numeroso de la bomba, que se desata bajo el hongo vivo. Con el fulgor del Hombre no vidente, ojo y ojo. Los ancianos huían decapitados por el fuego, encallaban los ángeles en cuernos sulfúricos, decapitados por el fuego, se varaban las vírgenes de aureola radiactiva, ...