| A las inmaculadas llanuras (I) |
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i. Dejemos pasar el infinito del Desierto de Atacama ii. Dejemos pasar la esterilidad de estos desiertos Para que desde las piernas abiertas de mi madre se levante una Plegaria que se cruce con el infinito del Desierto de Atacama y mi madre no sea entonces sino un punto ... |
| Anteparaíso III (Fragmento) |
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Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle si ya ni mis gemidos conmueven a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras. Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era nadie y aún están los muros contra los que llorando aplastaba su cara mientras al verla la gente se decía ... |
| Aún abandonados florecerían |
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Abandonados no verían las llanuras sino sólo un vocear recorriendo los valles alucinante creciendo como si un chillido les partiera hecho añicos sobre sus pastos i. Porque un crío era Chile chillando por el pastoii. Por eso todos se partían estremecidos sintiendo sus chillidos iii. ... |
| Canto a su amor desaparecido |
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Ahora Zurita me largó ya que de puro verso y desgarro te pudiste entrar aquí, en nuestras pesadillas; ¿tú puedes decirme dónde está mi hijo? A la Paisa A las Madres de la Plaza de Mayo A la Agrupación de Familiares de los que no aparecen A todos los tortura, palomos del amor, ... |
| Como pastizales malditos |
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De duelo los pastos de ChileTu madre nunca se perdonaríapor esos pastizales malditos De duelo hasta el viento crepitaba sobre los quemados pastos de estas llanuras desplegadas fantasmales secándose como si fueran hojas que el aire se llevara i. Como zarzas hasta la madre ... |
| Diálogo de Chile |
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Verás un mar de piedras Verás margaritas en el mar Verás un Dios de hambre Verás el hambre Verás figuras como flores Verás un desierto Verás el mar en el desierto Verás tu odio Verás un país de sed Verás acantilados de agua Verás nombres en fuga Verás la sed Verás amores en fuga ... |
| El ascenso del Pacífico |
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Se encumbró entonces el océano y nuestras pupilas miraban el portento sin todavía creerlo Escuchamos de nuevo las rompientes, las infinidades de islas subiendo igual que estrellas sobre el cielo Allí está el Pacífico hombre, allí, encima, de nuestras cabezas y no lo crees ... |
| El descenso (I) |
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Te palpo, te toco, y las yemas de mis dedos buscan las tuyas porque si yo te amo y tú me amas tal vez no todo esté perdido. Las montañas duermen abajo y quizás las margaritas enciendan el campo de flores blancas. Un campo donde Los Andes y el Pacífico abrazados... |
| El descenso (II) |
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Te palpo, te toco, y las yemas de mis dedos, habituadas a seguir siempre las tuyas, sienten en la oscuridad que descendemos. Han cortado todos los puentes y las cordilleras se hunden, el Pacífico se hunde, y sus restos caen ante nosotros como caen los restos... |
| El desierto de Atacama (III) |
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i. Los desiertos de atacama son azules ii. Los desiertos de atacama no son azules ya ya dime lo que quieras iii.Los desiertos de atacama no son azules porque por allá no voló el espíritu de J.Cristo que era un perdido iv. Y si los desiertos de atacama fueran azules todavía podrían ser ... |
| El INRI de los paisajes |
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Epílogo Cientos de cuerpos fueron arrojados sobre las montañas, lagos y mar de Chile. Un sueño quizás soñó que habían unas flores, que habían unas rompientes, un océano subiéndolos salvos desde sus tumbas... |
| El mar (Sorprendentes carnadas llueven) |
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Sorprendentes carnadas llueven del cielo. Sorprendentes carnadas sobre el mar. Abajo el océano, arriba las inusitadas nubes de un día claro. Sorprendes carnadas llueven sobre el mar. Hubo un amor que llueve, hubo un día claro que llueve ahora sobre el mar. Son sombras, carnadas... |
| El primer canto de los ríos |
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Es el amor ... ése es el amor Ay ése es el amor... Ay ése es el amor que hemos llorado tanto ... se largan los ríos que se aman ... partiendo Cauce abajo ... arrojándose sobre las praderas que lloraban mirándose ... Nosotros somos las montañas que lloraron mirándose dicen los ríos ... |
| El verdor de la madrugada |
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Irredentos Chile entero lloraba los amarillos pastos que se iban perdien- do en plena noche sin luz con todas estas llanuras clamando los nuevos pastos de la madrugada i. Y qué si redimidos nosotros fuésemos los pastos de la madrugadaii. Y qué si nos viésemos a nosotros mismos ... |
| Guárdame en ti |
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Amor mío: guárdame entonces en ti en los torrentes más secretos que tus ríos levantan y cuando ya de nosotros sólo que de algo como una orilla tenme también en ti guárdame en ti como la interrogación de las aguas que se marchan Y luego: cuando las grandes aves se derrumben y las nubes ... |
| Inscripción 178 |
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Te hablan ahora las rompientes de tu vida Te cuentan de las falsas Itacas, del naufragio en costas remotas de tu cansancio doblándote hacia las olas Te dicen que más allá está el final de la tierra que allí el mar se derrumba, que tu mar amado se derrumba y que los barcos nunca han vuelto ... |
| Las playas de Chile (I) |
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No eran esos los chilenos destinos que lloraron alejándose toda la playa se iba haciendo una pura llaga en sus ojos No eran esas playas que encontraron sino más bien el clarear del ciclo frente a sus ojos albo como si no fuera de ellos en todo Chile espejeando las abiertas llagas que lavaban ... |
| Los nuevos pueblos |
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Y era tu cara el borde de estos cielos, el manto mío de las estrellas. Al mirar hacia arriba no vi nada sino tu permanencia, las pinturas de tu rostro, la deriva de tus antepasados inundando las altas nubes. Esos son los ríos que se abren. En otro tiempo fuimos encontrados y ya vivimos ... |
| Pastoral |
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Chile entero es un desierto sus llanuras se han mudado y sus ríos están más secos que las piedras No hay un alma que camine por sus calles y sólo los malos parecieran estar en todas partes ¡Ah si tan sólo tú... |
| Una ruta en las soledades |
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Y poco a poco, como un océano que se encrespa, íbamos emergiendo sobre las llanuras y las llanuras parecían olas ondulando con el movimiento de nuestros cuerpos. Sí, porque se encenderá el cielo y las cordilleras, los desiertos y las playas abrirán sus soledades y nuestros... |
| Y ya casi amanece y no puedo parar de llorar… (ZURITA Poema de amor) |
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Y ya casi amanece y no puedo parar de llorar; de llorar primero por ti que te enamoraste de un viejo con Parkinson, y después llorar por las que me tomaron de los brazos para que no me fuera y yo también lloraba como cuando niño pero igual me fui viejo culeado que ni siquiera... |
| Y ya casi amanece y siento mis lágrimas… (ZURITA Poema de amor) |
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Y ya casi amanece y siento mis lágrimas correr por mi cara y son como cuchillos cartoneros las lágrimas cortándome la cara. Me hiero y me desangro y mi sangre está repartida por todos partes como si me carnearan. Sobre todas las cosas, en todas las cosas y yo no puedo, no tengo... |
| Zurita |
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Como en un sueño, cuando todo estaba perdido Zurita me dijo que iba a amainar porque en lo más profundo de la noche había visto una estrella. Entonces acurrucado contra el fondo de tablas del bote me pareció que la luz nuevamente iluminaba mis apagados ojos. Eso bastó. ... |
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