| Carta |
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Yo, sí -¿Pero y la estrella de la tarde, que subía y descendía de los cielos cansada y olvidada? ¿Y los pobres, que golpeaban las puertas, sin resultado, haciendo vibrar la noche y el día con su puño seco? ¿Y los niños, que gritaban con el corazón aterrado?: ¿por qué nadie nos responde? ... |
| Infancia |
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Se llevaron las rejas del balcón desde donde la casa se avistaba. Las rejas de plata. Se llevaron la sombra de los limoneros por donde rodaban arcos de música y hormigas rojizas. Se llevaron la casa de verde tejado con sus grutas de conchas y sus vitrales de flores empañadas. Se llevaron a ... |
| Resurrección |
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No cantes, no cantes, porque vienen de lejos los náufragos, vienen los presos, los tuertos, los monjes, los oradores, los suicidas. Vienen las puertas, de nuevo, y el frío de las piedras, de las escalinatas, y, con un ropaje negro, aquellas dos manos antiguas. Y una vela de móvil llama humeante. ... |
| Retrato |
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Yo no tenía este rostro de hoy, tan calmo, tan triste, tan delgado, ni estos ojos tan vacíos, ni este labio amargo. Yo no tenía estas manos sin fuerza, tan detenidas y frías y muertas; yo no tenía este corazón que ni se muestra. Yo no advertí este cambio, tan simple, tan cierto, tan fácil: ... |
| Sugestión |
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Sucede así cualquier cosa serena, libre, fiel. Flor que se cumple, sin pregunta. Ola que se violenta, a causa de ejercicio indiferente. Luna que envuelve igual a los novios abrazados ya los soldados ya fríos. También como este aire de la noche: susurrante de silencios, lleno de nacimientos ypétalos. ... |
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