| Aquella vez que vino tu recuerdo |
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La mesa estaba alegre como nunca. Bebíamos el té: mamá reía recordando, entre otros, no sé qué antiguo chisme de familia; una de nuestras primas comentaba -recordando con gracia los modales, de un testigo irritado- el incidente que presenció en la calle; los niños se... |
| En el barrio |
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Ya los de la casa se van acercando al rincón del patio que adorna la parra, y el cantor del barrio se sienta, templando, con mano nerviosa la dulce guitarra. La misma guitarra, que aún lleva en el cuello la marca indeleble, la marca salvaje de aquel despechado que soñó el degüello del rival ... |
| Filtro Rojo |
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Porque hasta mí llegaste silenciosa, la ardiente exaltación de mi elocuencia derrotó la glacial indiferencia que mostrabas, altiva y desdeñosa. Volviste a ser la de antes. Misteriosa como un rojo clavel tu confidencia reventó en una amable delincuencia con no sé qué pasión pecaminosa. Claudicó ... |
| La silla que ahora nadie ocupa |
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Con la vista clavada sobre la copa se halla abstraído el padre desde hace rato, pocos momentos hace rechazó el plato del cual apenas quiso probar la sopa. De tiempo en tiempo, casi furtivamente, llega en silencio alguna que otra mirada hasta la vieja silla desocupada, que alguien, de olvidadizo, ... |
| Revelación |
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Lujosamente bella y exquisita, con aires de gitana tentadora, llegaste, adelantándote a la hora, rodeada de misterios a la cita. El salón reservado oyó la cuita de una cálida noche pecadora, y al amor de tu carne ofrendadora reventaron las yemas de afrodita. ¡Fue esa breve noche de locuras, ... |
| Tu secreto |
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¡De todo te olvidas! Anoche dejaste aquí, sobre el piano, que ya jamás tocas, un poco de tu alma de muchacha enferma: un libro vedado, de tiernas memorias. Íntimas memorias. Yo lo abrí, al descuido, y supe, sonriendo, tu pena más honda, el dulce secreto que no diré a nadie: ... |
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