| Adiós |
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Adiós, locura de mis treinta años, besado en julio bajo luna llena al tiempo de la herida y la azucena. Adiós, mi venda de taparme daños. Adiós, mi excusa, mi desorden bello, mi alarma tierna, mi ignorante fruta estrella transitoria que se enluta, esperanza de todo por mi cuello. ... |
| Al dorso de un retrato |
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Mira el retrato... ¡Fíjate bien!: en lo que tengo tras la sien hay arrebato. Y la sonrisa que por el rostro pasea, como enfermiza, es pena fea. ¿No has observado esta nariz? Es un rarísimo desliz... ¡Vaya pecado! En la garganta ya casi pura cantando canta mi sepultura. No he de ocultarte ... |
| Al niño que vende berros |
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No tiene padres, claro...Lo sé por tu indecisa manera de mirar. Lo sé por tu camisa. Eres pequeño y grande detrás de la canasta. Respetas los gorriones. Un centavo te basta. La gente va vestida por adentro de hierro. No te oyen...Has gritado dos o tres veces: ¡berro! Pasan indiferentes ... |
| Anoche |
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Anoche me acosté con un hombre y su sombra. Las constelaciones nada saben del caso. Sus besos eran balas que yo enseñé a volar. Hubo un paro cardíaco. El joven nadaba como las olas. Era tétrico, suave, me dio con un martillo en las articulaciones. Vivimos ese rato de selva, esa salud ... |
| Auto de fe |
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Cuenta el pobre los fósforos y el rico sus palacios; aquél se ha salvado de las adulaciones y el dinero. Sus manos no pueden aplaudir en la Escala de Milán, pero poseen todos los anticuerpos; encuentran amor donde el rey sólo halla su soledad. ¡No rompan el orden! ¡No rieguen... |
| Ay, hermanos que tengo por el mundo |
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Ay, hermanos que tengo por el mundo, ay, mi carne perdida en tres pedazos! ¿Dónde están esos rostros, esos brazos, dónde están que en mí misma los confundo? Aquí vivo con patria pero sola, y no puedo olvidarlos simplemente aunque sé que es más huérfano el ausente... |
| Callados, por la tarde, gravemente |
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Callados, por la tarde, gravemente, sin elegir el sitio de la tierra, tú y yo nos besaremos como en guerra hasta quedarnos fríos frente a frente. Yo, cada vez más tumba que se ahonda, tú, cada vez más carne renovada, acaso llames y jamás responda cuando te vuelvas en mi cuerpo... |
| Casi de negro |
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Usted ha dicho que me ama pero quien está convicto de alucinaciones, quien no conoce milagros naturalmente se equivoca si ve una mujer casi de negro. Tenga cuidado con estas donde soy: una que atiza el tiempo, moribunda; otra que no naufraga sino entre volcanes y... |
| Discurso de Eva |
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Hoy te saludo brutalmente: con un golpe de tos o una patada. ¿Dónde te metes, a dónde huyes con tu caja loca de corazones, con el reguero de pólvora que tienes? ¿Dónde vives: en la fosa en que caen todos los sueños o en esa telaraña donde cuelgan los huérfanos de padre? ... |
| El canto |
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Rómpanme los vestidos, quítenme la locura, pulan con ese látigo mi sitio de estar sola, tráiganme los infiernos, pongan mi cama dura; no temo a los tiranos ni al cáncer ni a la ola. Déjenme sin pecado, sin sol, sin biblioteca; ya huérfana de todo no sentiré ni tedio. Escóndanme ese pan, ... |
| El miedo |
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Entre los miedos que me ha dado tu muerte hay uno. No es el miedo a perder tus ojos de sálvame ni a que de pronto, al abrir un mueble, la ropa se te parezca. No es el miedo a que el óxido fatigue tus cuchillos, a que el tiempo apague tu último cigarro. No es el miedo a que aparezca entre mis cosas ... |
| El regreso |
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Llegué muy tarde. La luz era difícil; el cuarto pobre. Desnuda yo parecía un juguete... |
| Elegía para decirme |
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Yo le recuerdo aquí: donde me duele el color que le trajo a mi esperanza, y le recuerdo aquí porque soy triste y ya no puedo echarme entre sus lágrimas... ¿Qué corazón saldría de este insomnio si yo supiera ser una muchacha, si no me pareciera tanto a mis ojeras ni a esta tarde... |
| En vez de lágrima (II) |
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Entre libros te guardo casi seco, mi animal luminoso, mi demente, y tu voz que está viva sigue ausente, mi juguete sin cuerda, mi tareco. En la paz misteriosa de unos nichos sin querer ya zafarme de tu frente, alelada de amor pero impotente, te he dejado otra vez entre los bichos. Ah, mi niño de trapo, ... |
| Esta memoria |
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Esta memoria que se cierne como los gorriones en la rama más alta de mí misma, este escuchar la noche cuando hace sombra y el perfume persiste en su influencia, esas costumbres tuyas en la casa, húmeda del ensueño y la porfía. La casa donde amabas tu inocencia sigue guardando... |
| Éste |
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El mío, el importante, el que me dura; perfecto como el jueves o el verano. Éste que nunca pierdo, casi hermano, lo menos frío, la mayor dulzura. El comparable a un soplo en la cintura, y la inocente mano de mi mano; el acostado a sollozar temprano, el que tiene también de mi locura. ... |
| Guárdame el tiempo |
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Vuelves a renovarme el don perpetuo. Otra vez eres ése que me enseñó las señales del alba, el que salvó una hormiga en el borde del vaso. Vuelves para pedirme que reúna la corte de los gatos, que te ampare de aquel golpe en la nuca, que te dé mi tristeza como un sorbo, que te recorte alguna... |
| Hace un año que busco la forma de mi amado |
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Hace un año que busco la forma de mi amado. Él era joven, bueno, un poco mal hablado aunque puso una fiesta en cada palabrota. Entera la sonrisa, el alma casi rota. Los ojos con la magia lumínica del rayo, la boca como jueves romántico de mayo. Iba desnudo y diáfano por gracia de su piel; ... |
| Hombres que me servisteis de verano |
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Ése que no dejó de ser mi amante y al que le debo siempre sepultura, uno a quien nunca quise lo bastante; aquél, obra de sueño, conjetura... Alguien que jugó a nada y tuvo suerte, otro que no ha venido de la guerra, éste donde converso con mi muerte porque me lo disputa hata la tierra. ... |
| La divorciada |
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Se viste bien. Camina como nube. Tiene el jamás venciendo la mirada y un aire de paloma maltratada, de cadáver con vida se le sube. Es triste si se para junto al mar. ¡Qué silencio tan grave el de su frente! Esa muchacha, acaso diferente, escribe versos para no llorar... En cada mes alumbra ... |
| La solterona |
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Con la blusa vacía y los ojos inmensos de soportar las lágrimas que no saben caer, llegó calladamente. Maduros y propensos, flotaron en la noche pecados sin hacer. Y yo vi sus diez dedos marchitos de agonía jugando a ser amados sobre aquel alfiler; y vi su enorme ojera morada ... |
| La tierra |
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Cuando vino mi abuela trajo un poco de tierra española, cuando se fue mi madre llevó un poco de tierra cubana. Yo no guardaré conmigo... |
| La vecina muerta |
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La casa era como ella: un pálido juguete, y estaba limpia y triste bajo el número siete. No quiero recordarla...Me hace daño la orilla de su vestido blanco con una vieja hebilla. Allí, inocentemente, cuando abría la puerta, era un sueño borroso, una lámpara incierta: algo que le pedía ... |
| Madre mía que estás en una carta |
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Madre mía que estás en una carta y en un regaño antiguo que no encuentro, quédate para siempre aquí en el centro de la rosa total que no se aparta. Madre mía que estás tan lejos, harta de la nieve y la bruma, espera, que entro a ponerte a vivir con el sol dentro, madre mía que estás... |
| Madrigal de tus manos |
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Tus manos absolutas y mesiánicas que anoche me pasaron como un cuento, ignoran que hasta sirve de alimento con sus pulpas viriles y volcánicas. Tus manos tan distintas y oceánicas que entre panes absurdos aposento, no saben que su mágico fermento invita... |
| Madrigales (I) |
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Esos ojos de noche, tan austeros, tan pegados a mí con sus borrones, esos ojos que tú quitas y pones, esos ojos, en fin, tan maromeros ¡cómo saltan del plato a la ternura! Esos ojos de simple fantasía que se quedan sin ser el alma mía, esos ojos de pascua y fiebre pura que me tienen enferma, alucinada, ... |
| Me desordeno, amor, me desordeno |
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Me desordeno, amor, me desordeno cuando voy en tu boca, demorada, y casi sin por qué, casi por nada, te toco con la punta de mi seno. Te toco con la punta de mi seno y con mi soledad desamparada; y acaso sin estar enamorada me desordeno, amor, me desordeno. Y mi suerte de fruta ... |
| Mi madre |
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Mi madre es esa niña sin padre y sin muñeca que nos hizo la carne y el alma del verano. Usa vestidos serios y ya no toca el piano, pero aquí en nuestra casa ha sembrado una areca. Propietaria de todos los pañales del mundo, por jugar con nosotros se olvidó de ir a misa; y ya veis: ... |
| Muchacho |
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Muchacho loco: cuando me miras con disimulo, de arriba a abajo, siento que arrancas tiras y tiras de mi refajo. Muchacho cuerdo: cuando me tocas como al descuido la mano, a veces, siento que creces y que en la carne te sobran bocas. Y yo: tan seria, tan formalita, tan buena joven, tan señorita, ... |
| No se asusten |
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No se asusten si uso algún cometa mágico, si colecciono perros en la acera, si dulcemente arranco el caos de mi entraña; no se asusten: estoy sin tiempo para tumbas, ardo y me corono con un naipe. No se asusten por nada: simplemente recibo un heliotropo. |
| Otra vez la batalla lenta y verde |
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Otra vez la batalla lenta y verde: tu perfil de muchacho resonante asomándome el fuego, y un instante de temblor en mi labio que te muerde. Otra vez los dos ciegos y el hundirme en tu furia que mata y resucita, y tu palabra frágil y maldita y el milagro como un anillo firme. Otra vez... |
| Poema |
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Cuando se acaben estas noches en las que estoy sola y tú estás conmigo, cuando se acaben estas cosas de destino, cuando se acabe lo que nos hemos dado para siempre: no me odies; recuérdame... |
| Razón del sueño |
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No es el modo casual con que caminas, ni el dibujo inexacto de tu mano: es tu ruda tristeza mal vestida quien se pone de acuerdo con los astros. Cansado de nacer para los ángeles, tienes todo el dolor de la ceniza. Alarma cotidiana de mi sangre, pasajero rebelde de esta herida: sucedes ... |
| Recado |
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Amor, amor de aquí: pásame el brazo por la cintura. Amor, toca esta frente, di una frase vulgar, casi inocente, ríe, ríe después... Tengo un retazo de sol bajo la tela de mi hombro. Arráncalo de ahí, dáselo a un nido. Llora como si ya te hubieras ido, y cállate en el punto en que te nombro. ... |
| Se me ha perdido un hombre |
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Se me ha perdido un hombre. Y lo busco por cifras y guitarras, por rostros y entrepisos, en el cielo, en la tierra, dentro de mí. Se me ha perdido un hombre. Y me he quedado temblando como quien no come sino polvo, como quien ya extravió la sombra. Pero no, que no, que no me ayudan ... |
| Seis de la tarde y del oro |
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Seis de la tarde y del oro. La arena como mojada por una blancura alada. ¡Si llego a tocarla, lloro! Alma y nube conversando de cosas que no sabemos; agua pasando y pasando, agua sin peces ni remos. La arena junto a la ola. Caracoles en mi saya... La playa sola, muy sola, la playa... |
| Sonetos a mi padre |
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adre entonces que hacías la esperanza empeñado de hijos, de hipoteca: resucito tu mano nunca seca que no supo de piedra ni de lanza. Te enfermaba el insomnio cuando juez pues querías salvar tantos ladrones... ¡Que ya siempre te píen los gorriones y que tengas... |
| Te borraré |
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Te borraré con una esponja de vinagre, con un poco de asco. Te borraré con una lágrima importante o un gesto de descaro. Te borraré leyendo metafísica, con un telefonazo o los saludos que doy a la ceniza; con una tos o un cárdeno minuto. Te borraré con el vino de los locos, sacándome estos ojos; ... |
| Te mando ahora a que lo olvides todo |
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Te mando ahora a que lo olvides todo: aquel seno de nata y de ternura, aquel seno empinándose de un modo que te pudo servir de tierra dura; aquel muslo obediente pero fiero, que venía de sierpes milenarias; aquel muslo de carne y de me muero convocado en las tardes solitarias; ... |
| Última elegía |
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Yo podría decir que estoy en primavera bajo un aire oloroso a luz definitiva, y podría tapar la mirada bisiesta que se me está cayendo afuera de la vida; y ser de flor, de lluvia, de mariposa buena, semejante a este cielo cuidado por la brisa, a la ignorancia simple con que quiere una abuela, ... |
| Una mujer escribe este poema |
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Una mujer escribe este poema donde puede a cualquier hora de un día que no importa en el siglo de la avitaminosis y la cosmonáutica tristeza deseo no sabe qué esperando la bayoneta o el obús una mujer escribe este poema sin atributos a desvergüenza y dentellada fogosa inalterable... |
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