☰ menú
 


JULIETA VALERO


listado de poemas

 
A veces no hago el amor contigo...

A veces no hago el amor contigo Ocurre que tu cuerpo me rescata (un cuchillo ignora su importancia, su tremenda importancia) de la soledad que la piel impone (tener filo condiciona seriamente) a mi sangre. Y se vierte o escapa no sé qué marea, acaso antigua. Mundo. No. ...

Altamirano 34

Una casa en ele como era entonces mi vida, una sola doblez, la del cansancio de siglos cuando subíamos de Rosales, adelantando en las rodillas todas las batallas francas heridas de genealogía inmediata, francos dolores . Por el pico y la desgana nos lanzaban, dos a dos, al baño. ...

Asunción del asfalto

Es tentación, pareciera justicia: anular el espacio incapaz de mostrarnos las estaciones, de dejarnos sentir la tierra que una vez llevó dentro. Pero no está muerto, este lugar. No está muerto y es mi casa. La piedra ideada por el hombre, la segunda naturaleza dictada por el hombre...

Bahía

(Madrid, 11 de marzo de 2004)Esta bahía de raíles que amanece con su bestia reventada. Esta preciosa mercancía desnacida y ya sin besos. Este negro descarte de un dios en ruinas. Tiene raíces, marzos masivos, tiene causa y efectos personales que se extienden con la luna ...

Barcelona

Es nocivo el deseo; vive en la anterioridad y su experiencia es cesar. Es confusión de la memoria.Antonio Gamoneda Barcelona está bien en los cielos. Allá arriba duerme lo negado, lo que el reo de tus ojos ya se encarga de desear. Y parten sus aves en busca de ventura. ...

Canción del empleado (I)

Somos perros que abandonan perros. Discurrimos por senderos que recuerdan el sonido de los enjambres. A los dioses no les aguarda un futuro mejor. I Voy a morir y ésos son mis linajes. He venido a un lugar donde la belleza se mide en piedras de hombre para decirme; ...

Canción del empleado (II)

Voy a hablar para las niñas que aún se huelen las manos y me recuerdan para los muchachos pescadores que me enseñaron a seducir a los vientos y a sumar su furia a mi rutamientras creían que hablaba su idiomamientras creían a dios y a dios de su parte voy a hablar ...

Canción del empleado (III)

¿Por qué yo? ¿O por qué no yo pincelada por la suerte de habitar los castillos del azar el arrebato de antólogos facilitando la miniatura a mis siglos de dolor y digestión? Sólo es hermosa la salvación del que casi está desconsolado. Sólo entiende la salvación el herido grave. ...

Capricho del cansado

Sueña con mujeres que te aman. Sueña que llamar a tu puerta calma la mortalidad que tú recibiendo en penumbra redimes de ser padre de la cuarentena y el olvido, añade, claro para hacer más salubre el consuelo- que tú también deseas que tu dicha es genital y da tres vueltas al reloj ...

César Vallejo en Francia, 1929

Si no le ayudó a tragar el bocado de ser uno y estar de pie. Si su vida en cesuras según canta exactamente esta foto era enorme y desgraciada en sí, y además era otra cosa —siempre es otra cosa—, si no le proporcionaba pan caliente, sábana caliente, fe caliente, mujer, si ni el aliento...

Continuidad

Minúsculos corazones van y toman estratégicos páramos en mi cuerpo para latir y latiendo dejar que me marche. Pero siempre vuelvo, siempre siempre he de volver. Y es la costumbre del retorno lo más parecido a una firma. Por tanto: ¡Hambre sin tregua y sin fuente, curiosidad! ...

De infancia, apagamiento e intuición

Yo me dormía afilando un oído, oído pequeño, certero, como era yo entonces. Y entonces sabía acceder a mi pulso (cuántas horas de estudio volviendo al hallazgo vendrían después). El caso es sencillo: me arrancaban del parque para blandas ceremonias de baño, pijama y angelito ...

Deseo

I Transcurso Provienes de una raíz de ausencias, de un último verano de ausencias y eres suma de tristeza común como hueso. Tienes la materia de los astros, de aquello tan grande y mineral tan puro que han de pesarlo niños desaparecidos. Por eso tu efecto es devastador al modo de los pájaros. ...

Deseo (II)

IITranscurso El otoño es una promesa de sucesos y barcos, es una Jerusalén de noches dislocadas. Tiene carreteras solitarias como muslos y una luz que invita a la ferocidad y a creer en la belleza de rectas y precipicios. Es mentira su sinfonía de pérdidas verticales, ...

Desplazados, caravana

Si en la tristeza todo se vuelve alma entonces los bosques están llenos de harapos aún calientes y sufren las carreteras de una lava silenciosa que hiede para seguir viviendo, que tropieza con el hambre, con las piedras, con sorpresas homicidas. Una ausencia que se extiende como agua ...

Dónde puede ser visto. Qué lugares frecuenta

Transcurres en todo lo que queda innombrado. Sucedes en la arena que a la mano del tiempo se escapa. Ocurre tu sexo mientras nadie lo mira, florece y se licencia en un triste salón y nadie va a verle. Tienes lugar en los ojos de tu madre, en la boca de amigos, sastres y tenderos, ...

El dolor, ejercicio de cálculo

El principio de los tiempos, ahora mismo, todos los seres millones de auroras de caminos, de germinaciones, interminable ristra de ojos, haz que no cesa que han pasado por el mundo augurios, coronas, el semen, palabras suspensas, lo perecedero todos aquellos que ruedan ...

Elegía antes de tiempo

Porque pesas tanto en el mundo, sobre mí he de decirte levemente. Porque al mundo y a mí nos es necesario necesario y diestro, necesario y dulce, necesario hasta remontarme a la levadura , ese peso, su paseo en chulesco declive y la piel donde toma su nombre, ...

Es droga la elocuencia

Esta rabia de diván, esta rabia milenaria que vino a perder su fuerza en la tribuna de un diván, no la enmiendan alaridos, no se redime ni esparce entre astros por un gesto canalla que brinde tu boca ante el corro más débil. Esta ley de oscuro rango te aflora en el torso brazos sin familia ...

Finalmente

Amanece algo empieza o sencillamente un hombre va caminando (De otro lado) Alguien muere finaliza es bruscamente detenido (Entonces) El horror la sorpresa se monta salvaje a tu corriente sanguínea (Y así) Es el dolor el fluido que mejor conduce el dolor No hay quien soporte esta sabiduría: ...

Galicia-agosto-otra mujer

En estos días de verano una mujer discontinua, pariente de olas y sórdidos menajes. En este verano plagado de días para los que no tengo alimento una mujer arrasada y sinembargo. Y me mira, me mira enseñando el sistema nervioso, a mí, sólo a mí, que me pongo hermosa de privilegio; ...

Hombre

He aquí un hombre; profundidad, hastío y final de nada. He aquí un hombre. Cree que el Caos tiene padre, arterias, que es posible cifrar un ritmo a su campana y pare, a gritos, pañuelos que tomando los cabos de todo lo que ocurre de todo lo que no pasa, hilan con aguja de hombre cada amanecer. ...

Hombre adulto que insemina

Y son juguetes, las iglesias, de un gran escaparate. Juan Ramón Jiménez Hombre adulto que insemina el signo de la duda, el diezmo del mezquino, la culpa como sastre. Infamia y desgracia de los simples: la frente buscando el sudor. Hombre que casual rubricas la forma de unas cejas, ...

Imposible otra cosa

jamás tan cerca arremetió lo lejos.César Vallejo Estoy envenenada de todo en lo que me concreto, envenenada de la necesidad del desayuno, de tener piernas, de llevar reloj, de no llevarlo, de la a que me fija, de la o que pudiera multiplicarme. Salto a la cañería me detiene mi tamaño ...

Instancia a mi amante para que pierda toda envoltura circunstancial

No vengas por la ruta ruidosa ni por la calle que ya te olfatea, te sabe, ni a la hora prevista, ni a las tres de la añoranza, ven en extraño celuloide, ven sin las piernas, con todos tus poros aplaudiendo el discurso de un duce, tu boca, y entera tú, plaza de mayo, igual a esa gente que tiene ...

Morir todavía

Debería morirse al son del ya, todavía, que está virgen de muertos. Debería aprovechar la insensata belleza del que ignora lo que es sobreponerse. Debería parar el río sin modales del consentimiento, ser antes que polvo recitación de un sólo día, Verbo. Decir el gran sí que nos hace ...

Mujer que busca y va a encontrar o joven suicida, quién sabe

Viuda de ti, no tienes consuelo, y silban los perros a tu paso desperada estás hermosa, como una walkiria que hubiera varado en la jaula de este siglo , silban y son la leyenda que enumera tu dolor: si no tengo paz, si la tregua es un niño que a diario devoro y las piernas caballos demenciados que nada, ...

No hay dos hombres iguales o el cuadrado de la soledad

Si supiera el himno con que se abren piel y ciudades. Si la fórmula noble que rinde los breviarios residiera en mi boca. Si el buey de los peregrinos me llamara de siempre hijomío y agitara yo bandera de los libres toda raíz en la mano... Si estuviera caminando por las calles de Roma ...

No sientas la angustia hasta que sea necesaria...

...y si viene como agua dale garganta, interrógala a su paso. La angustia impone su ley a los contornos, avasalla la luz, convoca una miseria que no lleva tu sangre, y hace súbditas tus manos, más allá, el arsenal de vuelos que espera en tus pulmones. Es un dios sin educar, lleva miel y tiranía ...

Paisaje sin células

A aquellos cuya primera memoria no es vegetal Este hombre admirable se recuerda a sí mismo, muchacho, arrojando piedras en un estanque. En un estanque. El otro hacía memoria y regresar era un huerto, patio, higuera, una hacienda almenada de faldones (las mujeres irradiaban...

Pequeño desafío

No quiero superar a la muerte. Sólo (y más que eso), deseo tragarla, aplicarle una furia intestinal que nunca olvide. Y así, ya mía, expulsarla del inverso paraíso que es mi vientre. Después que me mate. Ya habremos partido. De: Altar de los días parados

Pliego de descargo

Te quiero mucho más de lo que yo sé. Te quiero con órganos que me habitan e ignoran, que te quieren sin futuro ni venia, a mi pesar. Te quiero mucho más de lo que yo sé. Y tengo suerte que vísceras blandas y dulces, más dulces y dignas que yo para quererte, al fin te quieran como yo no alcanzo ...

Poema del infiel

Edén es un paso apetecible de las horas, cólera a la pereza primera de vivir. Peinabas crin de espejo y yo tengo blancas manos que, es cierto, reflejan la miseria y al tiempo aventuran cosechas de estirpe entusiasta. Pero no hay Paraíso sin desahucio ni culpa. Por tu gracia ...

Poética (Supongo)

Todo duerme en mí Todo habita en cada uno de nosotros Somos un aleph moribundo de ignorancia Todos los poemas duermen en mi pecho Lo mismo que las grandes hazañas y las doradas miserias De cada minuto No es mi deber despertar estas cosas Nadie nos tuvo ...

Rendido discurso contra Jaime Gil de Biedma

De qué sirve, quisiera yo saber, leerte, romperle la cara al horario a golpe de antología olvidar regar las plantas, mis asuntos y en estos años, precisamente en estos años ¡tan, tan críticos! renunciar a la plácida meseta de la biología y el puesto fijo...? ¿De qué sirve... si luego...

Resumen con verano

Las costas luminosas, el mar de los comerciantes, las aguas sin deshaucio. Entre todas, una mirada carece de cadáveres, ay. Estar agonizando ...

Salutación al ingenuo

Un ritmo suicida y obsceno que rompa las horas un asco con voz de cristal que provoque a las sienes no tienen mayor importancia que tu vida extraña tu vida, que sopla las hojas de un libro ya inerte. No olvides dictarle a tus manos en tono de rienda No olvides que toda...

Se me escurre su cuerpo

Se me escurre su cuerpo, desde el roce a la infinita caída sonriente. Es un hombre encima terminado en madera o bien una mujer serena y umbría como una hoja de acanto. En ella lilita renuncia a sus armas y un muchacho declama lo que sea preciso sin perder su hermosura de mástil. ...

Tres grados de lo inefable

Un día desperté y estaba hecha parque. Yo me vi con mi sangre pero parque. Imposible mostrar. Pero tanta luz.... Dividiendo por veintiocho muchas frondosidades pude ofrecerte un triunfo. Era día martes y brindamos. Brindamos rama a rama. Continuidad de los parques. Otra mañana...

Venturosa sala de espera

Entornar la mirada hasta ver lo impensable, es crear. Diego Jesús Jiménez Nubes con vocación de desfile. Arrastran un espacio sin nombre. Nubes. Antes que nadie las ve un pájaro con residencia temporal en los nervios de la azotea. En mis nervios sólo nubes, y el gozo ...

Vuelta de viaje (I)

NACIONAL CUATRO Gimo desde el puente (una sola dirección) que es el retorno. Conozco este breve tránsito al embrutecimiento. Hablo desde el lugar en que mis pies se detienen a la espera del alma morosa de mar. Ahí llega en un ralentí de renuncias y algas. Aún soy esplendido esperpento. ...

Vuelta de viaje (II)

Otra vez, compañeros, amigos, locos de los flecos carnales, otra vez hemos de lanzarnos a las aguas que resumen vuestro hígado luminoso, vuestro lagrimal a punto, vuestro sexo enternecido [ya hechos relicario. Sí, relicario, sueño, tacto de la dicha que rozo y se eleva a un futuro mortal. ...