| Atisbos |
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Mis ojos te mencionan, agrupan las cosas que tocaste y se van escapando. Mis ojos Tejen arañas para saber del silencio. Mis ojos... |
| Canción de exilio para un recién nacido |
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Y es peor todavía: uno defiende un sueño, a una tierra que apenas existe en el deseo. Por eso las piedras son indefendibles y el inmediato yermo no es la tierra que fértil buscamos. Nada parece más cercano que la extrema presunción de la memoria, hilos que desde nuestras manos pretenden... |
| Canzone fellini |
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Ay de los hiperbóreos gatos del ambarino Vístula, ay, de los gatos del Shangri Lá omniásticos y videntes. Ay de los gatos de Karnak guardianes e intérpretes, sombras prudentes del ronroneo fúnebre. Ay, de los gatos equilibristas ahogados en el Yang Tsé y aparecidos intactos ... |
| Casa de Rubén |
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Se pueden cerrar conclusiones, amanecer estirado o encorvado, una de dos. Se pude intentar un monólogo frente a los objetos mudos. Creer en nada. Se puede madurar un verso en diferentes tristezas, madurarlo, verlo caer como las viejas teorías. Andar despacio a través del silencio ajeno, ... |
| Cuando el rojo se detiene |
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En esta esquina, el peón y en esta otra, la torre. Salto como un caballo al centro de la pista, me niego al juego a costa de volverme humano y atropellable. Con un pase de pecho, Evito la corneada del último auto y siguiendo el ritmo, giro en un torbellino de risa que apaga ... |
| Del buen gusto per natura |
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Supongo (y esto se nota, es cierto), que para ser feliz hay que tener mal gusto, cautivar al amor con lenguaje de plata y canciones terribles de lo eterno y sus fantasmas. ¡Imaginadlo! Palidez en las tardes, perfecta oscuridad en los trajes, garbo, pues, luna de tocador, ... |
| Del viaje impostergable |
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Dichoso el hombre que lleva por equipaje un perro. No se perderá. Vagará dormido sin la brújula de los sentidos, vagará entre fantasmas levemente reales y llegará hasta donde el hambre marca con sus cruces la existencia de algo que fue pasado y sonrisa, luminiscencia de ojos... |
| El hombre infeliz |
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Resulta fácil reconocer a un hombre infeliz. Su pecho gira como un cubo de diversas dimensiones. Ángulos y vértices los caminos hacia su alma tienen el margen abismal de los abrazos posibles. Su casa es grande y de fórmulas y alambres cubierta. Nada de ella con vida se escapa, ... |
| El muro frontal |
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I Cierta suciedad en el ambiente. La basura desordenada entre las vísceras del aire. Los amigos viéndome distinto, muy cambiado; verme una vez por cada uno que se casa no es para menos... Las distancias se alargan cuanto pueden, como la edad y el olvido. Pasan las circunstancias, ... |
| En las galeras |
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Yo serví en las galeras contables, amarrado a la silla empuñaba el lápiz remando en contra del cifrado mar de horas y cierres. El sol teñía la mitad del rostro mientras el ventilador henchía los papeles con su soplo hastiado. A la altura de los pájaros que se estrellaban... |
| Estática |
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Veo la tierra blanca, veo, una imagen a rayas y una vieja canción, la veo. Es palpable, rehace el humo de cada cosa, desde el polvo al sabor del almuerzo. El sol es un imperio y los petardos no son la guerra, son el juego que hago mientras... |
| Estratos |
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En mí yace lo extinto, el grave rumor de lo que pronto se acaba. En mis ojos consumidos paisajes y el frágil vuelo del sonido; gestos de pez tribolites de tinta. Cuán poco dura el romance entre la belleza y el asombro; apenas un fósil, la burbuja de una estrella estallando... |
| Eukarystía |
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No siempre fue el amor el rayo empuñado que primero enceguece y luego calcina con sus besos. Hubo días de amarras ceñidas y de falso tacto amansando las olas; días de estragos y de blandas paredes para asestar los golpes, días de blancas herrumbres y de blasfemas plegarias... |
| Kinshasa memories |
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Vuelvo a Kinshasa, mi amor, dulce paranoia que repito en cada vuelo que regresa desde el sueño al día. En pleno goce del clima percuto sobre el tambor del verano y clavo en las paredes, con lanzas, mi colección de pájaros humana. Supura el sol, enfermo, la aldea crece... |
| Leteo |
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En ciertas ventanas siempre lloverá y la ausencia paseará su borrasca como una muerte en jirones. Pasará el circo con su imperio de parches y la bailarina que aprendimos a amar entre equilibrios y dardos subirá a su escalera para fugarse de la carpa del... |
| Mandamientos para un viaje a Europa |
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No cantarás a un continente cuyo ánimo poblaron los mimos; estatuas de cera tan reales, mendicantes que azotan a quien les habla, esos que cruzan las calles como solitarios galeones de Manila saqueados sin un doblón de asombro. El mar, su cielo puros cuentos de... |
| Mar adolescente |
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Lo único que yo no tenía era el mar. Pero es sabido que de la ausencia hacemos lo real, lo que nos llena, lo que siempre nos regala una sonrisa. Cuando faltaban sus olas subíamos al Momotombo en busca del Golfo, enormes gaviotas... |
| Ocho A.M. |
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Llego a la hora en punto. De esta forma, el tiempo adquiere matices históricos. Marco tarjeta y busco a tientas mi escritorio. Ya no dirán nada, he cumplido con llegar y esto para ellos es suficiente. Ahora me verán callar, yendo del baño a la fuente de agua, de la fuente de agua... |
| Ojo de celda |
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No hablo de calendarios ni de cálculos suplicantes. No hablo del sudor resbalando en el cuello, ni del rasgo, ni del monosílabo día. Hablo del mismo que ve correr sus ojos hacia el seno de las rameras; hablo del codo opuesto y de la claustrofóbica forma al contemplar. Hablo de la ausencia, ... |
| Petrus |
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Primera Negación No, yo no estuve en la última cena, pero vi los platos vacíos y el pan enfriándose, el triste rostro del que esperó a sus invitados hasta la medianoche. No me acusen entonces de pertenecer a ellos: Fui uno más de los que en silencio y con rabia contenida, ... |
| Poema que la muerte espera |
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Nada es para siempre, aceptémoslo, Lo eterno se inventa para no vernos acabados. Nada dura más tiempo que una vida, sólo las aves creen que el planeta es infinito, sin imaginar que su vuelo es inferior al de los astros y que estos, a la vez, un día se opacan y surcan vacíos el silencio ... |
| Polo a tierra |
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En aquellos tiempos creí que sólo la poesía me salvaría. Y ahora, con las pruebas del silencio y la estridencia lo entiendo lo sé soy salvo; fe sin erratas frecuencia de la palabra en la carne verbo que sumerjo en la herida. En aquellos tiempos sólo la poesía era salva, región... |
| Punto de retorno |
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Jamás se regresa, volver es un jamás que nunca cede. Veinticuatro horas después somos otros creciendo inéditos, buscándonos, de la misma forma cuando niños nos buscábamos en sueños y no lo podíamos explicar al despertar, cuando el sol era blanco y la gente comenzaba a andar ... |
| Sintonía |
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Si al menos me hubieran dicho: afilarás tu espada, bruñirás tu yelmo, levantarás tu peso y sediento, sucio y aterrado, arderás de sal para perderte por mucho tiempo, podría haber elegido quedarme bajo el encino respirando sombra y dejando a otros los sueños de imperio. Sin... |
| Vasa, 1628 |
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Pasé catorce horas de vuelo para llegar a ella y ella, cuatro siglos para atracar en mi asombro. ¡Ah, bestia boreal de lo imprevisto! Me contaste de ballenas que pelearon a canto vivo tus cuadernas, de las salvas de silencio para espantar sus ardores y del día aquel, el más corto, en que... |
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