☰ menú
 


OSCAR PORTELA


listado de poemas

 
Bodas con la luz

Un día temprano, súbitamente florecí con la luz ese día la luz nació y se hizo carne, se hizo voz, se hizo huella y amaneció noctámbula dormida entre mis brazos como abeja sin madre. Más tarde me desperté con ella y descubrí en mi abrazo sus terribles abismos: fui su esposo, su esclavo, ...

Canto de Orfeo

Y el canto, el canto, oh Dioses, que religaba al hombre con la tierra: la dulce y beatífica que penetrará en tus huesos y abrirá tu esqueleto a la luz de los cielos, al viento de las sierras, al mar, al mar, sus infinitas olas y todas las estrellas que marca EL destino de dioses y mortales, ...

Claroscuro

I El duro pan de soledad El zarpazo del tigre agazapado en la noche El invisible en el día, La sed del infinito que se agota En el infierno del desierto, La sangre coagulada vuelta A sus orígenes, el sudor y el miedo Y el cansancio que el trivial comercio Con la efímera eternidad del verbo ...

Como Constantino

Cuando los Dioses nos retiran el habla, soplo por el cual el alma canta y da calor y neuma -todo soplo de vida-, el ánima, empalidece y calla. Como podría ser en su mudez la roca, y preparar encuentros con la luz de nuevos Dioses? o la luz tocar a diana, para repatriándonos , ...

Cuadros

A Marina Bofill de Portela,mi madre Madre sentada en mecedora levitando sobre perfume de magnolias. Ni su densa presencia ni el rumor de las vagas estelas del alba deslizándose sobre rayos de urgencia en las cálidas noches donde sueñan las densas aguas del deseo ...

Cuando yo estuve aquí

Yo estuve aquí: esta fue mi alma, mi altura, mi verdad, el vendaval, la tempestad en la que zozobraron mis ansias, ¡ay! y el tumulto, las volcánicas lavas que arrasaron todo lo vivo: el oro que sepultó tras sí todo lo índigo, las ardorosas manos y los cielos caídos como píos de la rama más alta, ...

El día

Llegó un día a mi puerta con un claro silencio sobre la frente. Era solo respuesta tras el dintel vacío, pura interrogación su boca sin ninguna pregunta, que guiara sus pasos. Serené entonces mi corazón agobiado por el recuerdo innúmero de lo que fue combate provocación, y éxtasis. ...

El final

Antaño sobre el azul, la deriva del sueño voluptuoso el mundo interpretado es solo sueño , y no el tempestuoso mar que ahora lanzo contra mi para olvidarlo todo. El gran ojo del cíclope que me abandona a los designios del azar. Antaño, las cinturas desnudas, el agua pura que caía del cielo ...

El Gólgota

El azul que ayer poblaba mis ojos y el infinito del azul del mar y el viento la arena mezclada al roza del deseo las lágrimas y los secretos demonios que mantenían mi corazón en vilo y la danza coral en la estación del aura primigenia, la inocente infancia que se negaba a abandonarme ...

Escombros

El mas inhóspito de los huéspedes habita ahora mi corazón; escombros y más escombros sobre el norte de la soledad donde se incuba el huevo de la serpiente que engendró fuera de tiempo mi alma. ¿Mas qué hacer? Horror es todo que llenó de infantil alegría el podré que ven ahora mis ojos. ...

Espera

Toda la música que afluía a mi boca el lago de mi boca los peces de mi boca la gran mar estrellada de mi boca el infinito azul perfumado de mi boca perdidos ya ya perdidos el mismo ceto, la misma esquina, la misma desazón la misma culebra sibilante de la noche, ...

La gacela

Que la muerte a la mano esté solícita y dispuesta a guiar esta sombra que persigue el amor negado y prometido sea promesa de la muerte. Ay rememoración de un imposible origen, más allá, lo que rompe el espejo del corazón que alumbra el claro de la razón y nos refleja ...

La ira de Dios

Si el corazón como un durazno seco y sin vitales sabias, y el verano, como un buitre que sin cesar golpea las puertas del destino para recordarnos, que sólo sombras errantes somos, recuerdos de un pasado aferrado a la pequeña inmortalidad del deseo (ser no es querer perseverar ...

Misterios

Misteriosos son los caminos de la vida. Tortuosas derivas, violentas cascadas, vientos huracanados, crepúsculos que reflejan el vértigo del mundo y la otredad del prójimo. Y todo está en las manos, ojos labios y música que pone melodía al corazón y a los misterios. ...

Niño solar

Que burla señor, que has puesto en mi boca preces y bendiciones, y en mi cintura el fuego de los dioses que dominó la muerte, ahora que solo clamo por ti, noche, por tu desasimiento, yo , como exiliado, condenado, solo en la noche libre, odiando toda luz, odiando toda belleza, ...

Prevalecerán las aguas

A Ricardo Mosquera Eastman Las aves van a migrar en qué corazón y de que flores libarán las aves que ahora me abandonan en el desierto de los años muerto de sed, y de visiones o espejismos acerca de aquello que se fue y de lo que no vendrá, ahora que desando el camino de los muertos ...

Réquiem

Como Tiberio frente al mar azul, como Tiberio al infinito tiempo de la espuma sin memorias ninguna, como Tiberio el Dios atisbando sin ver, más que el abismo del pasado y sentir vagamente las incendiadas gemas arder en su corazón de niño, así, como Tiberio, como Tiberio el Dios, ...

Silencio: A M.

Sólo el silencio, el silencio que guarda y como guarda de los misterios y secretas imágenes que duermen en lo profundo del lago transparente de los sueños, saben lo que somos, hijos de las primeras hojas del otoño, de los largos inviernos y los veranos ásperos como frutos de nísperos, ...

Sol amargo

(a José Luis Dasilva Navia por su poesía y por la poesía) Tú, sol que has crucificado mis sueños, incandescente que has cegado mis ojos con el ansia temprana de la muerte, aquí, en esta tierra de terror y de espanto que me empuja al gran vacío de la nada. No hay moradas aquí, ...

Sólo ostras me quedan

(a Graciela Sacalotto) olor de garzas pudriéndose ahora en la memoria de la infancia de la escritura: por fin he descifrado en tu ausencia -en tu eterno presente- las llagas del deseo del leproso, el nombre que hace florecer la luz, la presencia de lo presente, el vacío lleno de tu aroma que amanecía . ...