| Antiguo amor |
|
Antiguo amor, te has levantado en mis recuerdos con un murmullo de dolor. Me hablas de aquella de quien el viento de la vida ha destruido toda huella. Dices que inquiera dónde se ha ido, que es la única alma que a mi alma comprendiera. Me haces oír cómo lloraba de tristeza ... |
| De otra vida |
|
La presentida, la que lleva, nimbada toda de fluídos, mi derecho a una vida nueva y el estupor de los sentidos; la que me arroja en lo velado de otra existencia con su roce, viene temblando y se ha cegado: ¡la miro y no me reconoce! Yo sé que es ella: mis secretos la hacen marchar estremecida; ... |
| El árbol |
|
Árbol que, como el hombre, te alimentas del lodo, pero que alzas al cielo los brazos retorcidos y, apretado a tus ramas, mantienes alto todo lo que amas: hojas nuevas, botones, flores, nidos, quiero tu paz severa, tu fe en orar en vano, tu esperar, cuando emigran, que las aves regresen; ... |
| In memoriam |
|
Estaba blanca, estaba pura, más que en el tiempo en que vivía; la envolvió con su gran dulzura la castidad de su agonía. Sus ojos fijos en el techo, ahondados en la gran visión, las manos puestas sobre un pecho limpio de humana sensación. Las manos que, en presión sutil, ... |
| La luz |
|
La luz tendió en la tarde ligeros gobelinos, se hizo pronto un incendio en que el mundo iba a arder, cayó después en lluvia de azul por los caminos: yo la he visto variar como alma de mujer. La luz con unas nubes hizo encendida fragua, disfrazó a los torreones con un amplio albornoz; ... |
| La venganza |
|
Nunca ciñó tu pecho mi acechanza de niño, acosté mi deseo como a una bestia herida, y el ir a ti invisible te pareció un cariño: salvando tus purezas, creí salvar tu vida... Desde ese hondo pasado vienes a verme. Llegas hoy con tus flores húmedas, tan frágilmente joven que, ... |
| Plegaria |
|
Virgen, tus ojos místicos y ausentes rezan, como las llamas de los cirios. Virgen, tus manos pálidas y trémulas piensan, como las manos de los ciegos. Por tu fervor, mi beso se hizo hostia y llevó mi alma entera a tus entrañas. Nuestras vidas serán como esas manos que se unirán ... |
| Remordimiento |
|
Yo pensé que en tus senos hallaría el olvido, y eché a dormir sobre ellos mi triste pensamiento: surgía, como aroma tenue, el anochecido, y la pasión movía tus trenzas como un viento. La dulzura suprema adormía el sentido, cuando rompió mis venas un inundar violento: venida de la muerte, ... |
| Voz lejana |
|
Desde que se perdió en el horizonte, llevando, como un manto, mis miradas, no he dado un paso más en el sendero. Si vuelve a estos caminos otoñales, conocerá que, como en una fosa, yo me he echado a morir en el recuerdo. Y le diré: En el viento del otoño, con los ojos cerrados, ... |
| Yo no sé |
|
A mi hijo Yo no sé si existen los ángeles, pero sueño bajo sus alas transparentes. Yo no sé si se vive después de la muerte, pero mi madre sonríe en mis ensueños. Yo no sé si la justicia se hará un día, pero el Cristo vive en los ojos de los pobres. Yo no sé si la razón es quien conduce, ... |
|