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MEMORIABIERTA


por Jorge Carrol

Recuerdos y tributos a los poetas, novelistas, músicos, pintores, etc. conocidos de Jorge Carrol.




 
 

Enrique Gómez-Correa

un diplomático vecino surrealista

Por Jorge Carrol

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Dibujo de Enrique Gómez-Correa por René Magritte.


El destino tiene estas cosas: cuando en 1973 me instalé con mi familia en Guatemala, lo hice en el quinto piso de un edificio de la avenida de la Reforma, cuyo vecino de apartamento, era nada menos, que el cónsul chileno Enrique Gómez-Correa, el gran poeta surrealista.

Es que el azar que es el otro nombre del destino- como lo escribió Enrique en un poema: junta las paralelas

Con Gómez-Correa nos conocíamos de una misma pasión, la poesía de Vicente Huidobro; además de mis lecturas de los poetas que se reunieron hacia 1938 en Mandrágora, la revista de más larga vida en el surrealismo iberoamericano, como Teófilo Cid, Rosamel del Valle, Braulio Arenas y Jorge Cáceres. Gracias a esto, en no pocas ocasiones, nos reunimos en el desaparecido en el bar del restaurante Puerto Chico que quedaba en la planta baja del edificio Real Reforma en que vivíamos, cuando Guatemala no había convertido su residencial zona 10, en una porquería comercial llamada La Zona Viva.

Vino y jamón serrano por medio, recuerdo sus anécdotas cuando en 1939 al comenzar la segunda Guerra Mundial, él y Arenas, dictaron conferencias en la Universidad de Chile, para fijar la posición del surrealismo y al mismo tiempo, atacar a Pablo Neruda, entre otros poetas chilenos. Aún hoy, después de tanto tiempo, esas conferencias hacen parte de la historia del pensamiento libre de América, conferencias que fueron editadas bajo el título de Defensa de la poesía, donde la palabra poesía es sinónimo de vida, en todos los sentidos.

Gómez-Correa me regaló en esos días, un ejemplar de Leit-motiv que publicó Braulio Arenas en 1942, en la que colaboraron André Breton, Benjamín Péret y Aimé Cesaire, además del propio Braulio, Gómez-Carrillo, Cid, Cáceres, entre otros.

También me recordó con emoción a mi tocayo, el poeta Cáceres, uno de los grandes del surrealismo en español y del alejamiento de Cid, de quien se me concedió su conocimiento, en mi primer viaje a Santiago de Chile, a comienzos de 1957.

Creo que sólo Tasso Hadjidodou, puede dar fe del paso de Gómez-Correa por Guatemala, pues muchos de los litoratosos chapines como de costumbre ejercieron contra él, su natural ninguneo. De todas maneras, tuve la suerte de que me copiara su prodigiosa Carta Elegía a Jorge Cáceres, que con un dibujo del gran pintor rumano, Víctor Brauner, fue publicada en 1952 en Chile. Enrique evocaba así el origen de esa Carta Elegía: El poeta Jorge Cáceres fue encontrado muerto en su departamento en Santiago de Chile en septiembre de 1949. Sobre una mesa se halló una carta dirigida a Enrique Gómez-Correa, quien en esa época residía en París. La noticia de la muerte de Cáceres fue comunicada por Braulio Arenas a André Bretón por cable, que llegó en los momentos en que Gómez-Correa se encontraba reunido con el Grupo Surrealista en el Café de la Place Blanche. El poema es la respuesta a esa carta de Cáceres.

Un día, siguiendo el quehacer que hacen los que ejercen la diplomacia para vivir (Alfonso Reyes, Octavio Paz, Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes, Abel Posse, entre otros) Gómez-Carrillo abandonó Guate, cuando el dictador Pinochet instauraba su tiempo oscuro.

En mi biblioteca quedan desde entonces, algunos de sus bellos libros de poemas: Reencuentro y pérdida de la Mandrágora y El A G C de la Mandrágora, escrito en colaboración con Braulio Arenas. Había otros, sólo se que alguien que sé quien es, se quedó con El espectro de René Magritte, y la perdono, al fin de cuentas después de tantos años, sigo creyendo aún, que la propiedad es un robo.

Nos volvimos a reencontrar muchas veces más con Gómez-Carrillo en sus poemas y en una foto de Rodrigo Rojas que reproduzco- en La Revista del Domingo, el 12 de abril de 1981, cuando preparaba otra de mis residencias en Chile, quizá para olvidar mi amor por una chilena en las utopías de una psicoanalista argentina que vivía en Madrizzz y que ocupó por largos años mis sueños.

                    Mandrágora-Mujer

          Basta de hablar de edades
          Yo me avergüenzo de sólo pensar que alguna vez
          no corresponda a tu deseo
          De que algún día lo que resplandece para ti
          Deje de maravillarte
          Me avergüenzo como tú del tiempo la lepra y el espacio.

          Mi memoria en tu memoria
          Tu voz es mi voz
          Tu amor es mi amor
          Yo te exijo:
          Interroga noche tras noche tu corazón
          Interroga tu mirada
          Interroga tu nostalgia
          Interroga tus pasos
          Interrógame a mí misma.

                    Mandrágora-Hombre

          Se permanece con tal de maravillarse eternamente
          Todo camino importa un desplazamiento
          Es hora de partir tú lo sabes-
          Yo violentaré mi espíritu y tu corazón.

          Rebelémonos contra nosotros mismos
          Eleva tu mirada antes de que sea demasiado tarde
          Es hora de partir tú lo sabes-
          Aquí estoy para darte mi palabra.

                    Mandrágora-Mujer

          Una palabra antes de partir
          Rebélate contra las alturas,contra los abismos, contra los colores,
          Contra la noche y el día
          Rebélate en contra de ti misma.

          Llevaré tu nostalgia en mi frente como una marca de fuego
          -tú lo sabes-
          Toda nostalgia es errante
          Es hora de partir tú lo sabes-
          Pero escuchad mis últimas exigencias
          Rebélate contra la nostalgia
          Violenta tu memoria y por fin
          Niégate a ti mismo.


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Enrique Gómez-Correa encadenado con Braulio Arenas.

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Enrique Gómez-Correa, fotografía tomada por Rodrigo Rojas en 1981.

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