Cuando Borges regresó a Buenos Aires se rodeó o lo rodearon otros poetas del ultraísmo argentino; entre otros: NORAH LANGE, Eduardo González Lanuza, Francisco Pîñeiro, Guillermo Juan Borges (su primo) y Roberto Ortelli. Norah Borges (su hermana) era la pintora del grupo.
Por aquellos años Borges visitaba la casa de los Lange, en la calle Tronador, seguramente persiguiendo a la muy bella Norah Lange, llamada "la musa del ultraísmo". Allí obviamente vivía Concepción, hermana de Norah L., de la que el enamoradizo perdedor, se enamoró y logró de alguna manera que Berta Erfjord de Lange se encontrara su hija con Georgie.
Es singular este dato: María Esther de Miguel que supo de los requerimientos amorosos de JLB, fue biógrafa de Norah y fue la que rescató las reuniones en su casa de la calle Tronador. También que ambas familias estaban emparentadas, ya que el abuelo de Borges (el padre de su padre Guillermo Juan) el capitán Francisco Borges, se había casado con Estela Erfjord, hermana de doña Berta. Un día, Guillermo Juan (Padre) desafió a Norah a componer un poema que termina con el verso "y aún no es la hora"; y este es el poema de Norah Lange:
Lámpara enredada
en un camino de horizontes.
Después del mediodía
en el aljibe se suicida el sol.
La tarde hecha jirones
mendiga estrellas,
lejanías reciben el sol
sobre sus brazos incendiados.
La noche se persigna ante un poniente.
Amanece la angustia de un espera
y aún no es la hora.
Con los años el pusilánime enamoradizo, hizo escalada en Haydée, otra de las Lange, de fina belleza nórdika también.
En lo personal, conocí a Norah junto a Oliverio Girondo (su esposo) en el café Chamberí, donde ambos concurrían a encontrarse con sus amigos surrealistas, en especial modo con Aldo Pellegrini, Olguita Orozco, Enrique Molina y Julio Llinás. Tuve la dicha de haber sido invitado a comer a su casa y también participar en las fiestas que solían hacer. |