Si el cielo está sin luces, el campo está sin flores, los pájaros no cantan, los arroyos no corren, no saltan los corderos, no bailan los pastores, los troncos no dan frutos, los ecos no responden... es que enfermó mi Filis y está suspenso el orbe.

Unos pasan, amigo, estas noches de Enero junto al balcón de Cloris con lluvia, nieve y hielo. Otros la pica al hombro sobre murallas puestos hambrientos y desnudos pero de gloria llenos. Otros al campo raso las distancias midiendo que hay de Venus a Marte, que hay de Mercurio...

Amor, con flores ligas nuestros brazos; los míos te ofrecí lleno de penas, me echaste tus guirnaldas más amenas, secáronse las flores, vi los lazos, y vi que eran cadenas. Nos guías por la senda placentera al templo del placer ciego y propicio; yo te seguí, mas viendo...

Mientras vivió la dulce prenda mía, Amor, sonoros versos me inspiraste; obedecí la ley que me dictaste, y sus fuerzas me dio la poesía. Mas ¡ay! que desde aquel aciago día que me privó del bien que tú admiraste, al punto sin imperio en mí te hallaste, y hallé falta de ardor a mi Talía. ...

Todo lo muda el tiempo, Filis mía, todo cede al rigor de sus guadañas; ya transforma los valles en montañas, ya pone un campo donde un mar había. Él muda en noche opaca el claro día, en fábulas pueriles las hazañas, alcázares soberbios en cabañas y el juvenil ardor en vejez fría. Doma el tiempo ...