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La poesía

De un signo en el espacioscuro, acercar
la lámpara que bese los ojos y enmudezca.

De un sonido a otro, el abrazo
victorioso sobre aullidos y materia insuficientes.

De un pájaro (tan sólo una pluma entintada
en las tormentas) matar dos,
tres, todos los tiros.


                                     (Barcelona, octubre 1999)


HÉCTOR ROSALES


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