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Júbilo y súplica

Tiernos soles benignos han rasgado la niebla
y esta vigilia ahuyenta mil temores ocultos.
¡Ya te he vencido, noche, y en plenitud de vida
puedo lanzar mis flechas hacia océanos posibles!

¡Hoy es, oh mar, el alba! ¡Pregonemos el júbilo!
¡Barcos, pájaros, rocas, vuelvo a estar con ustedes!
¡Miradme transparente, cristalizado, exangüe
de tanta vena abierta para dar paso al grito!

¡Que sacudan las torres sus ramazones pétreas!
¡A vuelo las montañas! ¡Que repiquen las nubes!
¡Ya no habrá espinos sordos triturando mi angustia
ni torrentes de sombras aullando bajo el sueño!

¡Por fin, ya germinado de mí mismo
y del miedo me hundiré en los poemas que tu presencia augura!


De: Saloma sin Salomar


ROGELIO SINÁN




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