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Plegarias contra el miedo (II)

Temo no ser el que querían.
Madre me palmotea suavemente:
"Pero hijo esa obsesión por las palabras".
Cristo me ve ríe en toda su imagen
alguna vez él y yo
                    jugamos a des-clavarnos
escupir frente a las cruces
no ser infinitamente normales. Ahora temo que el reloj se quiebre
la arena en mi cabeza estalle.
Junto al mar se alza-mezcla la tarde veloz.
De la fiebre surgió la música o viceversa
hay figuras entre la sal y el hollín de la casa
                                                             suplicando:
"No mojes los huesos"
de asegurar o imaginar que no giran
no rotan estos diez mil ojos>>.
Réquiem por esta noche de arenas movedizas
donde ella finalmente no está:
                               Y es el deseo mayor
                               es sin carne (girando) aún
                              hasta que razono.






De: Revista de poesía Prometeo
Medellín, Colombia


ANTONIO ARMENTEROS ÁLVAREZ




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