ÁRBOL JOVEN Y ETERNO,
CASTILLO DE BELLEZA
(En el libro «Árbol añoso»,
de Narciso Alonso Cortés)
Sí: en tu cerca ruin, que desordena
ya abril con su pasión verdecedora,
al sol más libre, ¡oh árbol preso!, dora
tu cúpula broncínea, blanda y plena.
Por ti es fuerte tu cárcel; por ti amena
su soledad inerme. Inmensa aurora
es tu sombra interior, fresca y sonora
en el yermo sin voz que te encadena.
Ave y viento, doble ala y armonía,
vendrán a tu prisión, sin otro anhelo
que el de la libertad y la hermosura...
Espera, ¡el árbol solo —el alma mía!—,
seguro en ti e incorporado al cielo,
firme en la escelsitud de tu amargura.
(Septiembre, 1994)
De: Sonetos espirituales
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