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Diluvio

El cuerpo mantiene la memoria de la sal, del agua, de la harina. (Siempre será un consuelo ver jugar a los niños en las resbaladillas, o a los adultos en las casas de juego.)
    Lo lógico es que llueva de esta manera. ¿Para qué quiere el desierto que llueva? La arena del desierto es hidrófoba, igual que los perros rabiosos que se mueren libres.
    Si sigue lloviendo de este modo, habrá que construir un submarino atómico: poner en él un macho y una hembra de cada especie lunar.



De: Jaime Sabines
Otro recuento de poemas
(1950-1991)


JAIME SABINES




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