RAFAEL DE LEÓN | |
| |
Otro domingo más sin tu mirada, dejándome morir junto a la gente que pasa y que traspasa indiferente a mi canción de amor desesperada. Una yegua de celos colorada corre llena de furia por mi frente y galopa de oriente hasta occidente en busca de tu falsa coartada... | |
| |
Me quieres, amor, me quieres? ¡Sí, para toda la vida!... y era yo quien preguntaba, siempre soñando una espina, siempre rondando una duda, siempre imaginando heridas. ¿Me quieres, amor, me quieres? ¡Sí, para toda la vida!... | |
| |
Mira cómo se me pone la piel cuando te recuerdo. Por la garganta me sube un río de sangre fresco de la herida que atraviesa de parte a parte mi cuerpo. Tengo clavos en las manos y cuchillos en los dedos y en mi sien una corona hecha de alfileres negros... | |
| |
Mira cómo se me pone la piel cuando te recuerdo. Por la garganta me sube un río de sangre fresco de la herida que atraviesa de parte a parte mi cuerpo. Tengo clavos en las manos y cuchillos en los dedos y en mi sien una corona hecha de alfileres negros... | |
| |
Lo mataron en Granada, una tarde de verano y todo el cielo gitano recibió la puñalada... Sangre en verso derramada, poesía dulce y roja que toda la vega moja en amargo desconsuelo sin paño de terciopelo ni cáliz que la recoja . (Por cielos de ceniza se va el poeta; la frente se le riza como veleta... |