ALEJANDRO ROMUALDO | |
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Entramos en la tierra al fin de la batalla, por la noche seguimos, tú te levantas mientras hubo luna, Che, y luego descansamos. Te hundes en la tierra, en la luna todo está muerto, tú te alzas en las montañas, en la tierra todo está vivo, tú estás vivo en la palanca de comando, estás vivo en el motor de propulsión... | |
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Si me quitaran totalmente todo si, por ejemplo, me quitaran el saludo de los pájaros, o los buenos días del sol sobre la tierra, me quedaría aún una palabra. Aún me quedaría una palabra donde apoyar la voz. Si me quitaran las palabras, o la lengua, hablaría con el corazón en la mano, o con las manos en el corazón... |
OTROS POETAS EN LA VOZ DE ALEJANDRO ROMUALDO |
De Javier Heraud
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Me comía los árboles de la avenida, que los ojos con los hombres ciegos querían devorar. Me comía los balcones, las tablas, los patios, las rejas, los jardines, que los arquitectos querían devorar. Me comía las emociones del mundo, los sentimientos de los libros, que los prácticos querían devorar... |
Lo difícil que es esperar el otoño sin moverse entre las higueras y la hoguera | |
De Javier Heraud
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Ah, si pudiera limpiar la higuera con mis manos, si pudiera, si pudiera limpiar la higuera con sólo mis manos, toda la higuera apagarla y prender la hoguera de los valles, de los hombres, qué fácil sería entonces sentarse en las bancas de los días y ver arder casas y templos, campos y ciudades... |
De Javier Heraud
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No derrumben mi casa vieja, había dicho. No derrumben mí casa. Teníamos nuestra pérgola, y dos puertas a la calle, un jardín a la entrada, pequeño pero grande, un manzano que yace seco ahora por el grito y el cemento. El durazno y el naranjo habían muerto anteriormente... |
De Javier Heraud
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Porque mi patria es hermosa como una espada en el aire, y más grande ahora y aun más hermosa todavía, yo hablo y la defiendo con mi vida. No me importa lo que digan los traidores, hemos cerrado el pasado con gruesas lágrimas de acero. El cielo es nuestro, nuestro el pan de cada día... |
De Javier Heraud
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Yo nunca me río de la muerte. Simplemente sucede que no tengo miedo de morir entre pájaros y árboles... |