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ROMANTICISMO

En el siglo XIX se impone en toda Europa una nueva sensibilidad: el descubrimiento y la dimensión del sentimiento, del valor único e individual de todo ser humano.

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En España, algunos autores ya habían reaccionado en el siglo XVIII contra los esquemas racionalistas; sin embargo, los avatares de la política interna, el periodo absolutista y represivo de Fernando VII y las subsiguientes emigraciones de los liberales no fueron propicios al desarrollo de un movimiento que propugnaba la libertad en todos los órdenes de la vida. Habrá que esperar la vuelta del exilio, a la muerte de Fernando VII, para que triunfen las nuevas ideas, las nuevas formas.

El Romanticismo español carece, así, de grandes obras, y hasta Bécquer y Rosalía, ya muy entrado el siglo, no pasó de un nivel mediocre. El Romanticismo abandona con estos dos poetas el tono pomposo precedente y se concentra en la expresión subjetiva del yo.

La lirica romántica, como expresión de la persona y de la vida del poeta, está mucho más próxima a los gustos del lector contemporáneo que la de los periodos anteriores. La evasión al pasado en los romances del Duque de Rivas, como manifestación de su desencanto del presente, o la lucha por la libertad, de Espronceda, revelan la postura de unos hombres comprometidos con un mundo que habían soñado libre y justo y que, en último término, les defrauda. La conciencia intima del yo, la idealización y la desilusión de Bécquer, la tristeza y el Pesimismo de Rosalía de Castro no hacen sino expresar la decepción frente a la realidad.


De: FONOTECA LITERARIA. Antología poética. Por Pilar González de Mendoza. Alhambra Longman S. A., España. 1990.




DUQUE DE RIVAS

 

   El conde de Villamediana (Los toros) El conde de Villamediana (Los toros) de Duque de Rivas


En la voz de Adolfo Marsillach    

primeros versos

LOS TOROS Está en la plaza Mayor todo Madrid celebrando con un festejo los días de su rey Felipe cuarto. Este ocupa, con la reina y los jefes de palacio, el regio balcón vestido de tapices y brocados. En los otros, que hermosean reposteros y damascos, los grandes, con sus señoras y...

 

   Un castellano leal Un castellano leal de Duque de Rivas


En la voz de Adolfo Marsillach    

primeros versos

Romance Primero Hola, hidalgos y escuderos de mi alcurnia y mi blasón, mirad como bien nacidos de mi sangre y casa en pro, esas puertas se defiendan; que no ha de entrar, vive Dios, por ellas quien no estuviere más limpio que lo está el sol. No profane mi palacio un fementido...



JOSÉ DE ESPRONCEDA

 

   Canción del pirata Canción del pirata de José de Espronceda


En la voz de Manuel Dicenta    

primeros versos

Con diez cañones por banda viento en popa a toda vela no corta el mar, sino vuela un velero bergantín; bajel pirata que llaman por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela, en la lona gime el viento...

 

   Soledad del alma Soledad del alma de José de Espronceda


En la voz de Nuria Espert    

primeros versos

Mi alma yace en soledad profunda árida, ardiente, en inquietud continua, cual la abrasada arena del desierto que el seco viento de la Libia agita. Eterno sol sus encendidas llamas doquier sin sombra fatigada vibra; y aire de fuego en el quemado yermo bebe mi pecho y con afán respira...



JOSÉ ZORRILLA

 

   Dueña de la negra toca Dueña de la negra toca de José Zorrilla


En la voz de Fernando Guillén    

primeros versos

Dueña de la negra toca, la del morado monjil, por un beso de tu boca diera a Granada Boabdil. Diera la lanza mejor del Zenete más bizarro, y con su fresco verdor toda una orilla del Darro. Diera la fiesta de toros y, si fueran en sus manos, con la zambra de los moros el valor de los cristianos...



RAMÓN DE CAMPOAMOR

 

   La carta La carta de Ramón de Campoamor


En la voz de Gemma Cuervo    

primeros versos

Mi carta, que es feliz, pues va a buscaros, cuenta os dará de la memoria mía. Aquel fantasma soy que, por gustaros, jugó estar viva a vuestro lado un día. Cuando lleve esta carta a vuestro oído el eco de mi amor y mis dolores el cuerpo en que mi espíritu ha vivido ya durmiendo estará...



GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

 

   Asomaba a sus ojos una lágrima... (Rima XXX) Asomaba a sus ojos una lágrima... (Rima XXX) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mis labios una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día? , y ella dirá. ¿Por qué no lloré yo?...

 

   Cendal flotante de leve bruma... (Rima XV) Cendal flotante de leve bruma... (Rima XV) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Cendal flotante de leve bruma, rizada cinta de blanca espuma, rumor sonoro de arpa de oro, beso del aura, onda de luz, eso eres tú. Tú, sombra aérea, que cuantas veces voy a tocarte, te desvanece como la llama, como el sonido, como la niebla, como el gemido del lago azul...

 

   Cuando entre la sombra oscura... (Rima XXVIII) Cuando entre la sombra oscura... (Rima XXVIII) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Cuando entre la sombra oscura perdida una voz murmura turbando su triste calma, si en el fondo de mi alma la oigo dulce resonar, dime: ¿es que el viento en sus giros se queja, o que tus suspiros me hablan de amor al pasar? Cuando el sol en mi ventana rojo brilla a la mañana...

 

   Dos rojas lenguas de fuego (Rima XXIV) Dos rojas lenguas de fuego (Rima XXIV) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas, se aproximan, y al besarse forman una sola llama; dos notas que del laúd a un tiempo la mano arranca, y en el espacio se encuentran y armoniosas se abrazan; dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa...

 

   Espíritu sin nombre... (Rima V) Espíritu sin nombre... (Rima V) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Adolfo Marsillach    

primeros versos

Espíritu sin nombre, indefinible esencia, yo vivo con la vida sin formas de la idea. Yo nado en el vacío del sol tiemblo en la hoguera, palpito entre las sombras y floto con las nieblas. Yo soy el fleco de oro de la lejana estrella; yo soy de la alta luna la luz tibia y serena. Yo...

 

   Las ropas desceñidas... (Rima LXXIV) Las ropas desceñidas... (Rima LXXIV) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Las ropas desceñidas, desnudas las espadas, en el umbral de oro de la puerta dos ángeles velaban. Me aproximé a los hierros que defienden la entrada, y de las dobles rejas en el fondo la vi confusa y blanca. La vi como la imagen que en leve sueño pasa, como rayo de luz tenue y...

 

   Los suspiros son aire y van al aire... (Rima XXXVIII) Los suspiros son aire y van al aire... (Rima XXXVIII) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer: cuando el amor se olvida, ¿sabes tú adónde va? De: Rimas, leyendas y...

 

   Olas gigantes que os rompéis bramando... (Rima LII) Olas gigantes que os rompéis bramando... (Rima LII) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Olas gigantes que os rompéis bramando en las playas desiertas y remotas, envuelto entre las sábanas de espuma, ¡llevadme con vosotras! Ráfagas de huracán que arrebatáis del alto bosque las marchitas hojas, arrastrado en el ciego torbellino, ¡llevadme con vosotras! Nubes de tempestad...

 

   Qué es poesía... (Rima XXI) Qué es poesía... (Rima XXI) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Qué es poesía? , dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú...

 

   Será verdad que cuando toca el sueño... (Rima LXXV) Será verdad que cuando toca el sueño... (Rima LXXV) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Será verdad que cuando toca el sueño con sus dedos de rosa nuestros ojos, de la cárcel que habita huye el espíritu en vuelo presuroso? ¿Será verdad que huésped de las nieblas, de la brisa nocturna al tenue soplo alado sube a la región vacía a encontrarse con otros?...

 

   Tú eras el huracán (Rima XLI) Tú eras el huracán (Rima XLI) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Tú eras el huracán y yo la alta torre que desafía su poder, ¡tenías que estrellarte o que abatirme!... ¡No pudo ser! Tú eras el Océano y yo la enhiesta roca que firme aguarda su vaivén: ¡tenías que romperte o que arrancarme!... ¡No pudo ser! Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados uno a...

 

   Tu pupila es azul, y cuando ríes... (Rima XIII) Tu pupila es azul, y cuando ríes... (Rima XIII) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Tu pupila es azul, y cuando ríes, su claridad suave me recuerda el trémulo fulgor de la mañana que en el mar se refleja. Tu pupila es azul, y cuando lloras, las transparentes lágrimas en ella se me figuran gotas de rocío sobre una violeta. Tu pupila es azul, y si en su fondo como un...

 

   Volverán las oscuras golondrinas... (Rima LIII) Volverán las oscuras golondrinas... (Rima LIII) de Gustavo Adolfo Bécquer


En la voz de Favio Camero    

primeros versos

Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán; pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar; aquellas que aprendieron nuestros nombres ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas...



ROSALÍA DE CASTRO

 

   Adiós, ríos (gallego) Adiós, ríos (gallego)  de Rosalía de Castro


En la voz de Nuria Espert    

primeros versos

Adiós, ríos; adiós.fontes, adiós, regatos pequeños; adiós, vista dos meus ollos; non sei cándo nos veremos. Miña terra, miña terra, terra donde me eu criéi, hortiña que quero tanto, figueiriñas que prantéi, prados, ríos, arboredas, pinares que move o vento, paxariños piadores...

 

   Castellanos de Castilla (gallego) Castellanos de Castilla (gallego) de Rosalía de Castro


En la voz de Nuria Espert    

primeros versos

Castellanos de Castilla, tratade ben ós gallegos; cando van, van como rosas; cando vén, vén como negros. Cando foi, iba sorrindo; can do veu, viña morrendo a luciña dos meus ollos, O amantiño do meu peito. Aquel máis que neve branco, aquel de dosuras cheio...

 

   Dicen que no hablan las plantas Dicen que no hablan las plantas de Rosalía de Castro


En la voz de Nuria Espert    

primeros versos

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros ni la onda con sus rumores, ni con su brillo los astros; lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso de mí murmuran y exclaman: Ahí va la loca soñando con la eterna primavera de la vida y de los campos...

 

   Era apacible el día Era apacible el día  de Rosalía de Castro


En la voz de Nuria Espert    

primeros versos

Era apacible el día y templado el ambiente, y llovía, llovía callada y mansamente; y mientras silenciosa lloraba yo y gemía, mi niño, tierna rosa, durmiendo se moría, Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente! Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía! Tierra sobre el cadáver insepulto...

 

   Oh, Padrón Oh, Padrón de Rosalía de Castro


En la voz de Nuria Espert    

primeros versos

Oh, Padrón! ¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, oh Iría Flavia! Mas el calor, la vida juvenil y la saviaque extraje de tu seno, como el sediento niño el dulce jugo extrae del pecho blanco y lleno, de mi existencia oscura en el torrente amargo pasaron, cual barrida por la inconstancia ciega, una visión de armiño...

 

   Yo no sé lo que busco eternamente Yo no sé lo que busco eternamente  de Rosalía de Castro


En la voz de Nuria Espert    

primeros versos

Yo no sé lo que busco eternamente en la tierra, en el aire y en el cielo; yo no sé lo que busco; pero es algo que perdí no sé cuándo y que no encuentro, aun cuando sueñe que invisible habita en todo cuanto toco y cuanto veo, Felicidad, no he de volver a hallarte en la tierra, en el aire, ni en el cielo...