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listado de poemas en audio por primeros versos letra d

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841 poemas con la letra "d"

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Duele que el mar... de David Moya Posas
Duele que el mar, sitiado por la arena renazca en cada aurora y cada espuma y que la ausencia de la flor asuma en nuevas rosas su verdad mas plena. Duele que el luto que la tarde estrena resurja en cada sombra y cada bruma y que, perenne, el llanto se resuma en las resurrecciones de la pena. ...
Duele reconocer de noche la ciudad... de Rolando Faget
Duele reconocer de noche la ciudad recorrer pobres luces, el silencio ominoso la esquina sin infancia sin los tranvías de lata que buscaban la costa alborotando Ellauri. Duele reconocer Boulevard, tangibles prostitutas y coches demenciales silenciando su hierro. Qué primavera...
Duélete de esa puente, Manzanares... de Luis de Góngora y Argote
Duélete de esa puente, Manzanares; Mira que dice por ahí la gente Que no eres río para media puente, Y que ella es puente para muchos mares. Hoy, arrogante, te ha brotado a pares Húmedas crestas tu soberbia frente, Y ayer me dijo humilde tu corriente Que eran en marzo los caniculares. ...
Dueña de la negra toca de José Zorrilla
Dueña de la negra toca, la del morado monjil, por un beso de tu boca diera a Granada Boabdil. Diera la lanza mejor del Zenete más bizarro, y con su fresco verdor toda una orilla del Darro. Diera la fiesta de toros y, si fueran en sus manos, con la zambra de los moros el valor de los cristianos. ...
Dueño de los aspectos... de Rodolfo Häsler
Dueño de los aspectos ardientes e irracionales de la vida, es capaz de alterar el comportamiento de los animales en el jardín de Arcadia. Parece ignorar, hasta el momento, el suceso maravilloso que ha tenido lugar en el infierno. independiente y lleno de energía, ...
Duerma la virgen su pasión secreta... de Víctor Sandoval
Duerma la virgen su pasión secreta. Sueñe con su preñez la joven desposada. Tal para cual, en el espejo, el cornudo se adorne de laureles. Tres veces ha cantado el gallo para el amigo tránsfuga. Dueños de la verdad, los conjurados repinten en las bardas su anatema. ...
Evangelina de Olga Orozco
Duerme aquí Evangelina. Su dulce tierra fue tan leve que en un día cualquiera la invadieron los cielos. En ningún corazón tatuó su nombre como en una corteza. Ningún semblante amado se sumergió en la aureola de su sueño. Alguien recuerda a veces vagamente su vestido ...
Duerme la tempestad contigo encima... de Román Luján
DUERME LA TEMPESTAD contigo encima, se alejan los cipreses que no recordaremos, agoniza el fulgor de tus abrazos. Nace el destino inmóvil, mensurable. Lo alimenta el deseo, la corteza humedecida de una fruta, la herida que abre pétalos, carroña de tantas madrugadas. ...
Lullaby Mayor de Clara Lair
Duerme mi niño grande, duerme, mi niño fuerte: que el juego del amor rinde como la muerte. Alas le dé a tu sueño el éter de quimeras que ha dejado en tu rostro tan dolientes ojeras. Clama le dé a tu sueño el mar de los sentidos que ha dejado tus brazos tan largos y tendidos. Duerme, mi niño ...
Canción de cuna para un gobernante de María Elena Walsh
Duerme tranquilamente que viene un sable a vigilar tu sueño de gobernante. América te acuna como una madre con un brazo de rabia y otro de sangre. Duerme con aspavientos, duerme y no mandes que ya te están velando los estudiantes. Duerme mientras arriba lloran las aves ...
Duerme velero de Manuel Ponce
Duerme velero, mi velerito, duerme niño marinero, marino de lo infinito. En los brazos de María el niño Dios se adormece como barco en la bahía cuando en el mar amanece. Impelido por los vuelos de cefirillos alados, abrió surcos, rompió yelos de mares paralizados. Duerme, velero, mi...
Arrullo de Rafael Pombo
Duerme, duerme, vida mía; No más juego y parlería. Cierra, cierra los ojitos, Que los ángeles benditos Mientras haya quien los vea No te vienen a arrullar. Duerme pronto, dulce dueño, Que yo misma tengo empeño De quedarme dormidita Y gozar de la visita De esos ángeles...
Berceuse de María Monvel
Duerme. Tus juguetes se durmieron ya. Si la niña duerme, dormirá mamá. Y, ¡pobre mamá! bien lo necesita!. ¡Se doblan los brazos de la mamaíta! y aunque eres en mi alma un montón de luna, te mezo, te mezo tierna y fatigada ... ¡Duerme ,mientras llenas de luna mi almohada ...
Poema encontrado de Gloria Fuertes
Duermo en la nieve sin luz de tus sábanas, -la almohada sigue oliendo a tu pelo-; nada es igual si no lo miramos juntos-; voy a olvidarte y enseguida vuelvo. Vuelvo enseguida a recordarte tanto, que mire lo que mire allí te veo. Rezo tu nombre. Te nombro en el espejo, rompo mi copa, ...
En el desnudo mar de Lina Zerón
Duermo en la ondulación de tu cuerpo. Besándote despierto y besándote duermo. Sueño con el mar desnudo de tu piel. Desnuda duermo para tenerte en mí desnudo. Te visto con el calor de mis labiosy mi tibia boca te desviste. Mis ojos brillan como el viento que sostiene a los pájaros ...
Duermo... de Blanca Andreu
Duermo, espíritu del pupitre, alma de la avispa párvula, pómulo de la niña rusa que intrépida habitaba entre pingüinosvivos y animales de luto, que irónica bebía arañas boreales en la cuartilla lirio de la estepa. Duermo, así, la acuárea infancia, así el perfil niño y los brocales, ...
Duermo, pájaro vivo... de Blanca Andreu
Duermo, pájaro vivo, pájaro de Babilonia y pájaro vienés, pájaro acunado en Siena, pájaro de Las Californias, duermo, y la poesía huye de mí como de una frase acabada. Duermo, pájaro, sábana, palabra esdrújula, para acabar con los venenos raros, y así mira el espíritu de la avispa, ...
La cocina del infierno de Rodolfo Häsler
Dulce adolescencia sin raíces. Han transcurrido más de veinte años para recordar un viaje, tanta magia en el estudio de mi pintor, la dulce calma fue mi aprendizaje en el silencio, un momento sólo todos los momentos, el niño que se mancha el dedo de azul para fijar en la tela un sueño ...
Chico Wrangler de Ana Rossetti
Dulce corazón mío de súbito asaltado. Todo por adorar más de lo permisible. Todo porque un cigarro se asienta en una boca y en sus jugosas sedas se humedece. Porque una camiseta incitante señala, de su pecho, el escudo durísimo, y un vigoroso brazo de la mínima manga sobresale. ...
Anotaciones de Harold Alvarado Tenorio
Dulce enemiga que llevas al hombre más allá de sí mismo. Adoro tus perfecciones y tus fulgores sobre mi cuerpo helado. Recorres a zancadas los cielos nada apacibles y las estrellas incesantes y las estrellas quietas. Bella al alba y al crepúsculo dueña de la vida todo te magnifica. ...
Dulce María dime... de Pedro Garfias
Dulce María dime: ¿Verdad que te encontraste, cuando bajabas la colina oscura —y retumbaba la tarde—, con la madre de Judas —también muerto—, y os abrazasteis...
Dulce soñar... de Juan Boscán
Dulce soñar y dulce congojarme, cuando estaba soñando que soñaba; dulce gozar con lo que me engañaba, si un poco más durara el engañarme. Dulce no estar en mí, que figurarme podía cuanto bien yo deseaba; dulce placer, aunque me importunaba que alguna vez llegaba a despertarme. ¡Oh sueño, ...
Oda al céfiro de Esteban Manuel de Villegas
Dulce vecino de la verde selva, huésped eterno del abril florido, vital aliento de la madre Venus,céfiro blando. Si de mis ansias de amor supiste, tú que las quejas de mi voz llevaste, oye, no temas, y a mi ninfa dile,dile que muero. Filis un tiempo mi dolor sabía, Filis un tiempo mi dolor lloraba, ...
La égloga del amador de Romeo Murga
Dulce y buen Garcilaso, pastor de églogas tristes, dame tu don secreto de hacer suave el sollozo. Préstale a mi Amador la voz acongojada que ante el verde campo gemía Nemoroso. Que en mis oídos suene su zampoña bucólica, y llegue a mi alma el eco de aquel acento suyo que en la campiña ...
Dulzura con que se aman... de Ernesto Cardenal
Dulzura con que se aman en parques o en cines o en alcobas, y como será la de nosotros, tanta que no la sienten los sentidos, dulzura más allá de la dulzura ¡ay! más allá. Como la pareja impaciente en los parques esperando la noche. De: El telescopio en la noche oscura
Jucuapa de Mercedes Durand
Dulzura de jocote, piel caliza, hermana del izote campesino, madruga en cafetales tu camino y en claros ojos de agua tu sonrisa. La vida de tu pueblo se desliza sembrando la semilla, atando el fino suspiro del tabaco matutino y haciendo germinar a la hortaliza. ...
Desprendimiento de Dulce María Loynaz
Dulzura de sentirse cada vez más lejano. Más lejano y más vago... Sin saber si es porque las cosas se van yendo o es uno el que se va. Dulzura del olvido como un rocío leve cayendo en la tiniebla... Dulzura de sentirse limpio de toda cosa. Dulzura de elevarse y ser cómo la estrella ...
Epitafio frente a un espejo de Juan Luis Panero
Dura ha de ser la vida para ti, que a una extraña honradez sacrificaste tus creencias, para ti, cuya única certidumbre es tu recuerdo y por ello, tu más aciaga tumba. Dura ha de ser la vida, cuando los años pasen y destruyan al fin la ilusa patria de tu adolescencia, cuando veas, ...
Epitafio de Juan Antillón
Durante toda su vida -péndulo entre sombra y ensueño- el labio fue muralla pantano la página en blanco donde la palabra se detuvo en fórmula...
Durante años en cuarentena... de Ricardo Hernández Bravo
Durante años en cuarentena la más leve impureza crece en ropajes. Cubre con brillos su vergüenza y mientras delira en su concha toma la forma de su encierro. Cada perla un coágulo perfecto para el engaño.
Durante años de Harold Alvarado Tenorio
Durante años fue la vigilia, para él, un sueño de horror. Los días transcurrían como una pena que debía pagar en las noches. Sólo una catástrofe, con su manto de nube, le arrojó al verdadero día y la veráz noche de los otros, sus habituales enemigos.
La casa de la bruja de Raúl Henao
Durante el día duermo a orillas del helado torrente de montaña. Un enjambre de mariposas revolotea en el jardín de mi barba. Pero durante la noche, quedo a solas con la embrujada Dama de las sombras. En el rincón de la casa de campo veo dibujarse sus labios muy finos ...
La víbora de Nicanor Parra
Durante largos años estuve condenado a adorar a una mujer despreciable Sacrificarme por ella, sufrir humillaciones y burlas sin cuento, Trabajar día y noche para alimentarla y vestirla, Llevar a cabo algunos delitos, cometer algunas faltas, A la luz de la luna realizar pequeños robos, ...
La montaña rusa de Nicanor Parra
Durante medio siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne. Hasta que vine yo y me installé con mi montaña rusa. Suban, si les parece. Claro que yo no respondo si bajan echando sangre por boca y narices.
Dad limosna a Belisario (I) de Guillermo Carnero
Durante muchos años la casa se asentó en tierra firme estrechándola bajo su peso, y creció con ella, y la tierra cuarteada en estío por el desplome de sus músicas miraba entre torrentes de luz derramarse las fuentes; así al mirarla desde lejos surgía en la memoria el despliegue de las horas pasadas, ...
Introducción a las fábulas para animales de Angel González
Durante muchos siglos la costumbre fue ésta: aleccionar al hombre con historias a cargo de animales de voz docta, de solemne ademán o astutas tretas, tercos en la maldad y en la codicia o necios como el ser al que glosaban. La humanidad les debe parte de su virtud y su sapiencia...
Al coyote de Jorge Luis Borges
Durante siglos la infinita arena de los muchos desiertos ha sufrido tus pasos numerosos y tu aullido de gris chacal o de insaciada hiena. ¿Durante siglos? Miento. Esa furtiva substancia, el tiempo, no te alcanza, lobo; tuyo es el puro ser, tuyo el arrobo, nuestra, la torpe vida sucesiva. ...
Crimen en el cuarto número 7 de Francisco Torres Dávila
durante varias horas el hombre es perseguido por una idea pero no sabe como atraparla cada vez que lo intenta ésta se mueve tan rápido que sus esfuerzos son inútiles es entonces que decide colocar una trampa a la mañana siguiente encuentra a la joven y hermosa...
La escuela autoritaria y cómo nació un repetable género de literatura de Gerardo Deniz
Duras son las bancas, y el profesor tampoco tan lúcido. Con frecuencia se nota que improvisa. Que falsea tradiciones, héroes, anatomías para salir del paso. Y si se murmura en los corredores -- lo he oído -- que su papel es difícil, pues que se hubiera dedicado a otra cosa, ...
Duro es... de Ernesto Cardenal
Duro es pero no me quejo del amor incorporal que me tocó en suerte. Me quedaría sólo para vos. y ya más solo no puede ser. De: El telescopio en la noche oscura
Duro es sentirse humana... de María Sanz
Duro es sentirse humana a cada instante, cuando se cruzan límites amargos y hay que volver al punto de partida, verso tras verso, con las alas rotas. Y al ir hacia un paréntesis, te acuerdas de que tienes un cáliz esperándote, porque vivir es cosa de unos pocos y tú sólo conoces lo imposible. ...