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listado de poemas en audio por primeros versos letra d

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841 poemas con la letra "d"

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Decías de Luis Alberto Crespo
Dime no me fui como te dije para que no me vieran por dentro Dime que fue así, ahora que no puedo oírte desde bien distante Que no se supo nada por el mal tiempo, los truenos Lo que decía yéndome Dile eso, que yo no vivo aquí, que me mudé unas casas más abajo. ...
Dime Oráculo de Pilar Adón
Dime Oráculo, Ser de las Adivinaciones. ¿Es siempre la hoja marrón una hoja marchita, o puede ocurrir también, oh Oráculo, Ser de las Adivinaciones, que la hoja marrón crezca fuerte y fresca, carnosa y viva, como cualquier otra hoja verde, con ramificaciones blancas? Dime Oráculo, ...
Aftermath de Julio Cortázar
Dime por qué todavía te deseo, por qué tu nombre vuelve como el hacha a la herida en una amarga visitación de la medianoche, a la vera de un campo funerario donde larvas se multiplican húmedas babas, recuento interminable de torpezas, dime desde esa nada donde ahora ...
Dime que sí... de Rafael Alberti
Dime que sí, compañera, marinera, dime que sí. Dime que he de ver la mar, que en la mar he de quererte. Compañera, dime que sí. Dime que he de ver el viento que en el viento he de quererte. Marinera, dime que sí. Dime que sí, compañera, dime, dime que sí. De: Marinero en ...
Dime tú si no es cierto de Fabio Morábito
Dime tú si no es cierto que el techo de esta casa es todo de verdad, que es la verdad más plena de todo lo construido, el muro en más reposo, la redención de tantos errores y desvíos, la mano que disculpa, el anhelado fin de las hostilidades, la prueba que buscábamos...
Veintiseis de abril de Tomás Segovia
Dime vida dime tiempo ¿voy demasiado aprisa? el amor como todo lo fértil tarda todo lo que ha de vivir se hace esperar es mortal arrancar de sus raíces el destino lo sé lo sé no se atropella el don no se apresura lo que germina no se roba el mañana sé que rebaso todos los abrazos...
Trabajo frío de Pablo Neruda
Dime, del tiempo resonando en tu esfera parcial y dulce no oyes acaso el sordo gemido? No sientes de lenta manera, en trabajo trémulo y ávido, la insistente noche que vuelve? Secas sales y sangres aéreas, atropellado correr ríos, temblando el testigo constata. Aumento ...
Canción a una muchacha muerta de Vicente Aleixandre
Dime, dime el secreto de tu corazón virgen, dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra, quiero saber por qué ahora eres un agua, esas orillas frescas donde unos pies desnudos se bañan con espuma. Dime por qué sobre tu pelo suelto, sobre tu dulce hierba...
París de Ana Rossetti
Dime, en dónde, en qué avenida tus pies, por dónde el rastro, en qué sendero. Tus piernas, esas cintas que el vello deshilacha y en la ojiva, el pubis, manojo de tu vientre, la dovela. Crece en tu torno el gladiolo, llave anal, violador perenne, y tres diosas quieren morder contigo la manzana. ...
Refrán de Ariel Montoya
Dime, hasta donde querías llegar, y te diré donde debí quedarme. De: Perfil de la Hoguera
Dime, Señora de Juan Álvarez Gato
Dime, Señora, di, cuando parta de esta tierra, si te acordarás de mí. Cuando ya sean publicados mis tiempos en mal gastados y todos cuantos pecados yo mezquino cometí, si te acordarás de mí. En el siglo duradero del juicio postrimero, do por mi remedio espero los dulces ruegos de ti, ...
Dime, triste corazón de Francisco de la Torre
Dime, triste corazón, ¿por qué callas tu pasión? Cativo no sé qué diga A quien sirvo es mi enemiga. Plázeme con mi fatiga, desespero galardón.
Dime, triste corazón de Francisco de la Torre
Dime, triste corazón, ¿Por qué callas tu passión? Cativo no sé qué diga A quien sirvo es mi enemiga. Plázeme con mi fatiga, Desespero galardón.
En qué piensas de Julio Flórez
Dime: cuando en la noche taciturna, la frente escondes en tu mano blanca, y oyes la triste voz de la nocturna brisa que el polen de la flor arranca; cuando se fijan tus brillantes ojos en la plomiza clámide del cielo... y mustia asoma entre tus labios rojos una sonrisa fría como el hielo; ...
Íntima a Quijote de Sagrario Torres
Dime: Si yo fuese a tu alcoba en una noche clara, desdoblado mi oloroso cabello, y mis dientes brillaran al borde de tus labios, ¿cómo responderías oyéndome decir: ¡Abrázame!? ¿Romperías las leyes del gran amor que te sujeta? Mas, no. No te provocaré. Intento vano. ...
Naufragios en la isla (La Habana, 1967) de Julio Cortázar
DIOS DE LOS CUERPOS ...toma estos dardos que te aseguran el dominio sobre todos...Ovidio, Metamorfosis, V. Eres el dios de los cuerpos, das y quitas la miel del abrazo más hondo, gozas en nuestro grito, en el ascenso, paulatino a la delicia para flotar después en el reposo, ...
La transparencia, Dios, la transparencia. de Juan Ramón Jiménez
Dios del venir, te siento entre mis manos, aquí estás enredado conmigo, en lucha hermosa de amor, lo mismo que un fuego con su aire. No eres mi redentor, ni eres mi ejemplo, ni mi padre, ni mi hijo, ni mi hermano; eres igual y uno, eres distinto y todo; eres dios de lo hermoso conseguido, ...
La transparencia, Dios, la transparencia de Juan Ramón Jiménez
Dios del venir, te siento entre mis manos, aquí estás enredando conmigo, en lucha hermosa de amor, lo mismo que un fuego con su aire. No eres mi redentor, ni eres mi ejemplo, ni mi padre, ni mi hijo, ni mi hermano; eres igual Y uno, eres distinto y todo; eres dios...
Dios dijo... de Regina José Galindo
Dios dijo: Honrarás a tu padre y a tu madre Yo guardo silencio y lo intento.
Dios encontrado de Carlos Murciano
Dios está aquí, sobre esta mesa mía tan revuelta de sueños y papeles; en esta vieja, azul fotografía de Grindelwald cuajada de claveles. Dios está aquí. O allí: sobre la alfombra, en el hueco sencillo de la almohada; y lo grande es que apenas si me asombra mirarlo compartir mi madrugada. ...
Dios está podrido en dinero... de Francisco Hernández
Dios está podrido en dinero, dice en voz baja un comerciante del pueblo. En sus eternos ratos libres, se entretiene devorando la imaginación de quienes no tienen para comer. ¿Quiere retratar...
Fe de Enrique Viloria Vera
Dios existe me lo dicen tus ojos este amor que es eucaristía espíritu encarnado en tu cuerpo de diosa diminuta Dios existe lo saboreo en tus besos húmedos cáliz de salivas río desbordado de pasiones Dios existe lo encuentro entre tus labios los otros cuando me aprietas largo ...
Votos de silencio de Françoise Roy
Dios ha hecho votos de silencio. Habrá quien te hable de su indiferencia. Te diga de él: Dios respira un soplo de amapola . Dios cierra el estuche de tu corazón . Pero tú sólo sabes que Él no responde. La vida es una navaja. A defecto de respuesta, habrás de soltar, abriendo el puño, ...
Mundo de Carlos Martínez Rivas
Dios hizo el agua El Diablo la echó en el vino Dios hizo la ventana abierta para el hombre interior El Diablo la puerta cerrada para el de afuera Dios hizo el pan El Diablo su precio Dios hizo las mejores palabras ocultas El Diablo las que sobran Dios nos hizo juntos El Diablo nos falsificó ...
Por qué me has abandonado (Salmo 21) de Ernesto Cardenal
Dios mío Dios mío ¿por qué me has abandonado? Soy una caricatura de hombre .............................................el desprecio del pueblo Se burlan de mí en todos los periódicos Me rodean los tanques blindados estoy apuntado por las ametralladoras ...
Tedio de Armando Uribe Arce
Dios mío por qué me has abandonado? —¡Porque tuyo no soy y no soy Dios! ¿Y por qué me has amanerado? —Porque...
Hacia el cristal secreto de los frutos de Enriqueta Ochoa
Dios mío, de tus labios bajan ríos de luz hacia el cristal secreto de los frutos y amanecen maduros. Muchos hombres vienen al mundo a buscarse un lugar. Yo he venido en éxtasis desde el alba, atraída al aroma que escapa de tus cestos, pidiendo dormir entre tus frutos esta noche ...
Los dados eternos de César Vallejo
Dios mío, estoy llorando el ser que vivo; me pesa haber tomádote tu pan; pero este pobre barro pensativo no es costra fermentada en tu costado: tú no tienes Marías que se van! Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios; pero tú, que estuviste siempre bien, no sientes nada ...
Carga de Dios de David Escobar Galindo
Dios mío, si eres mío ya no aguanto tu peso en mis pulmones y en mis huesos. Tu peso, que buscando contrapesos sólo halla la palanca de mi llanto. Estoy solo de Tí, por eso tanto me cuesta depender de tus excesos: y aún me exiges memorias y progresos, Tú que cuidas, tan fiel, ...
El juego de Dios de Odette Alonso
Dios se columpiaes un irresponsable es un adolescente disfrazado. En una mano el mundo en la otra una pelota que se le parce. Haciendo malabares salta la cuerda y cuelga el antifaz juega en las maquinitas donde tú eres James Bond y disparas el cartucho completo a la pantalla viendo ...
Salmo de amor de Eduardo Marquina
Dios te bendiga, amor, porque eres bella! ¡Dios te bendiga, amor, porque eres mía! ¡Dios te bendiga, amor, cuando te miro! ¡Dios te bendiga, amor, cuando me miras! ¡Dios te bendiga si me guardas fe; si no me guardas fe, Dios te bendiga! ¡Hoy que me haces vivir, bendita...
De la mujer al hombre de Gioconda Belli
Dios te hizo hombre para mí. Te admiro desde lo más profundo de mi subconsciente, con una admiración extraña y desbordada que tiene un dobladillo de ternura. Tus problemas, tus cosas me intrigan, me interesan y te observo mientras discurres y discutes hablando del mundo y dándole ...
Desconsuelo de Lina Zerón
Dios ¿dónde estás? Acaso en la débil ala de una mariposa, en el monótono zumbido de la abeja o en la gaviota que roza vagamente la playa. Te busco en el crepúsculo vacío de invierno, en la luz sin frontera de mis ojos, en la melancólica sombra del ciprés. Palpitan en mi pecho ...
El relámpago y el mar (IV) Dios, agazapado... de Jorge Fernández Granados
Dios, agazapado en el accidente nómada del juego, se disuelve mudo y huraño en su profana contingencia, ronda los escondrijos matemáticos y asalta el rezo como un puro duende legendario que ríe sin respuesta, un anacoreta menor de los desvelos en el vértigo de los químicos ...
El cautivo de Julio Martínez Mesanza
Dioses bajo la luz celeste y pura luchan en la cubierta de la nave. Escucho sólo el ruido de las armas mientras intento ver desde lo oscuro. Sólo el eco merece mi ceguera e imagino el combate que no vivo.
Arqueología de Eliseo Diego
Dirán entonces: aquí estuvo la sala, y más allá, donde encontramos los fragmentos de levísimo barro, el sitio del calor y la dicha. Luego vendrá una pausa, mientras el viento alisa los hierbajos inconsolables; pero ni un soplo habrá que les evoque la risa, el buenas tardes,el ...
Diré como nacisteis de Luis Cernuda
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos, Como nace un deseo sobre torres de espanto, Amenazadores barrotes, hiel descolorida, Noche petrificada a fuerza de puños, Ante todos, incluso el más rebelde, Apto solamente en la vida sin muros. Corazas infranqueables, lanzas o puñales, ...
Héroes de Luis Antonio de Villena
Diría hoy que salían de un libro prohibido. Pero-entonces- salían sobre todo de la vida... Altos, delgados y blancos, los dos odiaban el sol y tenían marcas en las manos: se quemaban a sí mismos. Fumaban cannabis y bebían anís por las mañanas. ...
El tercer hombre de Jorge Luis Borges
Dirijo este poema (por ahora aceptemos esa palabra) al tercer hombre que se cruzó conmigo antenoche, no menos misterioso que el de Aristóteles. El sábado salí. La noche estaba llena de gente; hubo sin duda un tercer hombre, como un cuarto y un primero. No sé ...
Persona, personae de Eduardo Langagne
Disculpe usted, Fernando, su Persona de múltiples poetas, Simulación, amaño, sin duda es fingimiento literario. Usted pensaba, creo, que al tener en la sombra la poesía Que hicieron acuciosos heterónimos, podría aclararse entonces ...
Dos mentiras, X de Floriano Martins
Disecados ahí sobre la mesa: el rostro y la máscara, dilema minucioso de interferencias de espectros cuyo juicio no les compete ni aún a ellos mismos. Aunque se incorpore el diablo a los procesos sangrientos de la Iglesia, toda la repugnancia vendrá de Dios, por la presunción ...
Diseño de lo que se dice... de Eduardo Milán
Diseño de lo que se dice en tanto que sinuoso, sobre la arena, silbo que hilvana sus meandros en tanto que absorbe algo de agua, un poco sólo para ir cediendo al campo —arena aquí es campo— en expansión —salta el pan como un resorte siempre que le recuerden a su semejante...
Disfrutaba de la arcana fuerza de Rodolfo Häsler
Disfrutaba de la arcana fuerza de juventud no sin cierto sentimiento de cautiverio o distancia. Entonces fumaba Gauloises hasta altas horas de la noche y desayunaba en un viejo establecimiento de nombre extraordinario, Megas Alexandros. Alejado ya de la canícula, a medio morir, ...
La joven flor platónica de William Ospina
Disgregada en las rosas del sueño y del olvido, con espinas de acero que enrojeció la historia, replegada en las íntimas rosas de la memoria, la rosa es una rosa para cada sentido. Leve esfera de pétalos que en frágil fuego asoma, luz que una mano copia con matiz exacto, fresca...
El bello secreto de la memoria de Concha García
Dispensa mis terraplenes. Ya no pueden con el agua embarrizarse, han agrietado su forma y entre algunas franjas yerba seca asoma. Las lluvias y los otoños no pueden penetrarme, mi forma irregular se ha hecho compacta y quien anda sobre mí, se cansa. Mujeres de carne y verso. ...
La vida escandalosa de César Moro de César Moro
Dispérsame en la lluvia o en la humareda de los torrentes que pasan Al margen de la noche en que nos vemos tras el correr de nubes Que se muestran a los ojos de los amantes que salen De sus poderosos castillos de torres de sangre y de hielo Teñir el hielo rasgar el salto de tardíos regresos ...
Hierbas amargas de Walter Morán
Disponiendo conocerte abrí tus brazos en cruz -cristo de mis pasiones- Dina Posada Desabrocha mis brazos prueba conmigo las hierbas amargas. Conserva la verdad la cima de mis muslos y la razón porque muero. Gloria y tormento para este Cristo yacente que viene a tu encuentro. ...
La gatomaquia (3) de Felix Lope de Vega
Distaba de los polos igualmente la máscara del sol, y Cinosura, primera cuadrilátera figura, con la estrella luciente que mira el navegante, bordaba la celeste arquitectura; velaba todo amante por el silencio de la noche obscura, y el indiano clima el sol ardía, en dos mitades...
El fantasma del buque de carga de Pablo Neruda
Distancia refugiada sobre tubos de espuma, sal en rituales de olas y órdenes definidos, y un olor y rumor de buque viejo, de podridas maderas y hierros averiados, y fatigadas máquinas que aúllan y lloran empujando la proa, pateando los costados, mascando lamentos, ...
Distancias de Juan José Domenchina
Distancias. En la vida hay distancias. El hombre emite su aliento, el limpio cristal se empaña. El hombre acerca sus labios al espejo... pero se le hiela el alma. (...Pero se le hiela el alma.) Distancias. En la vida hay distancias.