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listado de poemas en audio por primeros versos letra d

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841 poemas con la letra "d"

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En una estación del metro de Oscar Hahn
Desventurados los que divisaron a una muchacha en el Metro y se enamoraron de golpe y la siguieron enloquecidos y la perdieron para siempre entre la multitud Porque ellos serán condenados a vagar sin rumbo por las estaciones y a llorar con las canciones de amor que los músicos ...
El río de la miel (Poema arabigoandaluz) de Ben Abi Ruh*
Detente junto al río de la Miel, párate y pregunta por una noche que pasé allí hasta el alba, a despecho de los censores, bebiendo el delicioso vino de la boca o cortando la rosa del pudor. Nos abrazamos como se abrazan los ramos encima del arroyo. Había copas de vino fresco y nos servía ...
Detente sombra de Sor Juana Inés de la Cruz
Detente, sombra de mi bien esquivo, imagen del hechizo que más quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo. Si al imán de tus gracias, atractivo, sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero si has de burlarme luego ...
Determinarse y luego arrepentirse... de Juan de Tassis y Peralta
Determinarse y luego arrepentirse, empezarse a atrever y acobardarse, arder el pecho y la palabra helarse, desengañarse y luego persuadirse; comenzar una cosa y advertirse, querer decir su pena y no aclararse, en medio del aliento desmayarse, y entre temor y miedo consumires; ...
Los búhos de Alberto Blanco
Detrás de cada nube, de cada monte de cada copa, de cada rama hay búhos en la noche. Se esconden en el humo de las pipas. Se alimentan de malentendidos y estrellas de neón. En la oscuridad se pueden confundir lo mismo con esas cenizas que con sus sombras. ...
Cola de Cintio Vitier
Detrás de él va un niño que lleva un suéter rojo que va detrás de un viejo que tiene un sombrerito, detrás de una señora con una saya azul, que va detrás de un perro que va detrás de un coro de marineros rusos, detrás de una muchacha públicamente hermosa, que va detrás de un ciego ...
Reflexión de Juan Liscano
Detrás de la máscara de rey de las piraterías está el espejo y también está detrás de la máscara del seductor que añeja su adolescencia y tras de las abigarradas máscaras rutinarias las del héroe...
Detrás de la oscuridad ... de Antonio Gamoneda
Detrás de la oscuridad están los rostros que me han abandonado. Yo ví su piel trabajada por relámpagos. Ahora ya sólo veo, en el instante amarillo, el resplandor de sus lejanos párpados. (Selección: Juan Daniel Perrotta )
Detrás de las palomas... de Eliana Navarro
Detrás de las palomas está el campo, detrás de las campanas, de las plazas bullentes, donde empiezan los verdes fulgurantes, donde nacen los sueños profundos, donde dice el silencio amados nombres y crecen dulces árboles y galopan caballos. Detrás de las palomas, lejos, ...
Teatro de Mónica Albizúrez Gil
Detrás de mi dócil palabra de mi sonrisa de mi erudición y de mis juegos la soledad esa a la que tu acostumbrado desgano ha convertido en una actriz maquillada de total felicidad contra la luz de la propia conciencia
Detrás de mí está el Río… (El sueño de las escalinatas 4) de Jorge Zalamea
Detrás de mí está el Río. Lo siento correr sobre mis riñones y cómo los ciñe con su fluyente y yerta cadena de plomo, invitándome al lento viaje de la muerte, como a vosotros: seres de condición contradicha y de voluntad incierta. Pero sigue la audiencia y prosigue la acusación. Y te...
Territorios de un cuerpo (VII) de Jenaro Talens
DETRÁS de mi silencio oíste no , cuando quise decirte que no hay olas sin la polilla del tiempo, su escozor, o el duermevela de un escalofrío. De mi antigua ambición no queda nada, quizá no más de un torpe balbuceo quemado en el rescoldo de tu boca. Déjame a solas con la muerte. ...
Antes veía los astros de Agustín Labrada Aguilera
Detrás de nuestros vidrios todos acertamos la doble faz de las épocas. Pienso en el destierro dentro del mismo anillo, la reconciliación que siempre nos visita cuando ya hemos soterrado la confianza. Antes veía los astros en las caras vecinas y aquello que nombré alegría era una tela ...
Desgracias de Luis Eduardo Rendón
Detrás del daguerrotipo, Dandy declamando devotamente delante del Decano del Departamento de Derecho, deduje de dónde derivan determinadas desesperanzas, degeneradoras del destino de decenas de desdichados... De digitar documentos de dermatología, de dirigir depósitos de dientes, ...
Detrás del monasterio de Ernesto Cardenal
Detrás del monasterio, junto al camino, existe un cementerio de cosas gastadas, en donde yacen el hierro sarroso, pedazos de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos, cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín y cinc, plástico envejecido, llantas rotas, esperando como nosotros ...
Detrás del muro blanco de los días... de Salvador Novo
Detrás del muro blanco de los días calla el Misterio. Pródigas, las horas nos llevan de la mano a las auroras de sus sorpresas y sus alegrías. Días, horas, auroras y alegrías llenen de dicha, pródigas, las horas de un Año Nuevo tal, que sus auroras renueven la ventura de sus días. Cuente...
Flores negras de Luis Raúl Calvo
Detrás del muro el miedo nos desangra. Un hilo de luz en la garganta es señal de voces calcinadas. No hay dolor en la miseria sólo el aullido del amo devorando ventrículos vacíos. Despojadas de todo, las siluetas de barro comen de las tumbas. Estamos celebrando el cautiverio de los hijos ...
Señora tomando sopa de Olga Orozco
Detrás del vaho blanco está el orden, la invitación o el ruego, cada uno encendiendo sus señales, centelleando a lo lejos con las joyas de la tentación o el rayo del peligro. Era una gran ventaja trocar un sorbo hirviente por un reino, por una pluma azul, por la belleza, por una historia ...
Detrás está la ciudad… (El sueño de las escalinatas 2) de Jorge Zalamea
Detrás está la ciudad: henchida, clueca, erizada de cúpulas, minaretes y terrazas, empollando sus muchos siglos; rumiando su pasado, tal una vaca bajo el bordoneo de los tábanos; pasando y repasando su rosario de lunas y de soles a la manera de un fakir encenizado; censando...
Ofertorio de Amado Nervo
Deus dedit, Deus abstulit Dios mío, yo te ofrezco mi dolor: ¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte! Tú me diste un gran amor, un solo amor, ¡un gran amor! Me lo robó la muerte... Y no me queda más que mi dolor. Acéptalo, Señor: ¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!... De: La amada ...
Devaneo en los infiernos... de Edith Checa
Devaneo en los infiernos sobre el acantilado de los suicidas, mientras miro el mar excelso y laminado de desdichas y poemas, de despedidas y recuerdos. Un mar que es calendario de una vida, de muchas vidas, y que pasa las hojas, como pasan las horas, como pasan los días, ...
Crepúsculos de la ciudad (I) de Octavio Paz
Devora el sol final restos ya inciertos; el cielo roto, hendido, es una fosa; la luz se atarda en la pared ruinosa; polvo y salitre soplan sus desiertos. Se yerguen más los fresnos, más despiertos, y anochecen la plaza silenciosa, tan a ciegas palpada y tan esposa como herida...
Canto a los judíos asesinados en Europa de Raúl González Tuñón
Devueltos a la tierra por decreto ella os recibirá como a elegidos jugo al carbón, abono a los ejidos, lejano oriente del cristal. Muertos sin velatorio, sin campanas, sin baños, sin lloronas, sin desvelo juncos de amor crecidos hacia el cielo, carne celeste como el pan. Decid adiós...
Devoluciones de Gioconda Belli
Devuélveme mi corazón, viajero. Tú te irás me lo dices-, montado en alado pegaso te alejarás y dejarás sólo noches solas a mi alrededor. Por esto, antes de que dobles el hueco del camino, debes dejarme puesto en el pecho el corazón. No te atrevas a llevártelo escondido en el equipaje tentado ...
Delirio de Cé Mendizábal
Devuélveme mi cuerpo la nunca vista nada en que te envuelves nunca estás más viva que cuando en ti me hundo cenicientos volantines de la tarde que se hace tarde la negra hiedra que se va grabando...
Di nombre a un astro de Agustín Labrada Aguilera
Di nombre a un astro y oscureció mi pez como ese lirio, negro para su estirpe, frágil ante los soles, borrado en el desierto por la luna. Morirá una cigüeña, si permito volar frente a este muelle cuerpos y mares que no navegaré, cuando sean deseados y no vuelvan sus olas. Doy mi pecho ...
Dí que querías ser... de Blanca Andreu
Di que querías ser caballo esbelto, nombre de algún caballo mítico, o acaso nombre de Tristán, y oscuro. Dilo, caballo griego, que querías ser estatua desde hacediez mil años, di sur, y di paloma adelfa blanca, que habrías querido ser en tales cosas, morirte en su sustancia, ser columna. ...
Di tú ángel adelgazado de Blanca Andreu
Di tú ángel adelgazado por el silencio mientras cierro los ojos aliando en mi memoria trashumancias de arcángeles su- blimes poderosos tronos dominaciones di tú cómo no en- tiendo y sin embargo de qué manera estoy sujeto y sangro ángel sin dinastía en qué forma mi cuerpo se afirma ...
Basílica de San Pedro de Rafael Alberti
Di, Jesucristo, ¿por qué me besan tanto los pies? Soy San Pedro aquí sentado, en bronce inmovilizado, no puedo mirar de lado ni pegar un puntapié, pues tengo los pies gastados, como ves. Haz un milagro, Señor. Déjame bajar al río, volver a ser pescador, que es lo mío. ...
Día a día de rumbos encontrados... de Ricardo Hernández Bravo
Día a día de rumbos encontrados, de mieles esfumadas, de apaños a deshora. Este bombear y no cundir la sangre, afirmarnos desmintiendo a los ojos y hacerse cuesta el pulso y no alcanzar la altura.
Día del esplendor y la abundancia... de Rosario Castellanos
Día del esplendor y la abundancia. La cosecha me pesa sobre la falda. Abrid puertas, amigos, y ventanas convidando las gentes a mi casa. Dad a todos el pan, la posada. No ahuyentéis las palomas si bajan.
Testimonio II de Julio Torres Recinos
Día jueves, octubre del año tal , hora, las nueve de la mañana, camino por las hojas muertas, las miro y grabo sus chillidos, el agua y la tierra guardarán su otro recuerdo. Paso por el puente, no me contengo y palpo sus barandas de fruta seca. Si nos las tocara no sabría si en verdad he estado allí. ...
Día de Gabriela Mistral
Día, día del encontrarnos, tiempo llamado Epifanía. sin frenesí sobre los pulsos que eran tumulto y agonía, tan tranquilo como las leches de las vacadas con esquilas. Día nuestro, por qué camino, bulto sin pies, se allegaría, que no supimos, que no velamos, que cosa alguna...
Diálogo de Saúl Ibargoyen
Diálogo? No hay preguntas en los colores vacíos del aire No hay respuestas en aquel diálogo de palomas mojadas que las férreas campanas despedazan No hay preguntas debajo de los paraguas ensombrecidos debajo de pellejos disolviéndose entre hervores de sudor y lejanía No hay respuestas...
Poema del viaje de Rogelio Sinán
Diámetro de mar y cielo en círculo de horizonte exacto siempre y eterno. Errando en viento de hielo me están creciendo las alas, y aullando se van mis ojos tras una huella de puertos. Cada cadena del barco es un pedazo de estrella. Miradas de rumbo ciego y suciedumbre de pueblos. Peces...
Días en que una palabra de Alejandra Pizarnik
Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se en- canta, se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me me dan- zo y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo ...
Días en que una palabra... de Alejandra Pizarnik
Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta, se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo...
Negación del sur de Pavel Oyarzún Díaz
Días inquietantes le esperan a esta poesía mía Días del instinto abierto hacia el vacío y las ferocidades. Días de la estampida enceguecida, y del desbande del pánico. Días de cataclismos y desbarajustes totales entre el humus y la bruma. Ya no podré, yo, poeta del sur, ...
Días y noches te he buscado de Vicente Huidobro
Días y noches te he buscado Sin encontrar el sitio en donde cantas Te he buscado por el tiempo arriba y por el río abajo Te has perdido entre las lágrimas. Noches y noches te he buscado Sin encontrar el sitio en donde lloras porque yo sé que estás llorando Me basta con mirarme en un espejo ...
El frío de los años de Edel Morales
Dibujaba un rostro de gato en la pared —vacía, nueva, recién pintada. El rostro de un gato sin enigmas y luego su piel —sin manchas. Dibujaba la copia virtual de una copia anterior del rostro posible de un gato ya extinguido —sin vida. El rostro seco de un gato cualquiera...
El árbol de mil errores de Marco Antonio Valencia Calle
Dice José Asunción Silva que los poetas se dejan crecer la barba para ocultar el silencio de su amor prohibido, y tal vez claro, para ocultar el rictus de la amargura que le depara su destino. Dice Aurora, que los poetas no pueden amar a una sola mujer porque se les cae el pelo, ...
Julito (1) de Jaime Sabines
Dice Julito que este soldadito de plomo que tiene en la mano recibió un balazo en la nuca y cuando estaba en el suelo vino una serpiente y le mordió la pierna. Éste ya no sirve, dice, y lo coloca bocabajo y le echa unos trapos sucios encima...
Escueto Zapatista (Lacandona 2005) de Helio Gallardo
Dicen los zapatistas Que el mercado invisibiliza la explotación Tienen razón. Dicen que las necesidades de los humildes No cuentan para los poderes de este mundo Tienen razón Dicen que los humildes desde sí mismos Pueden organizar su indignación Tienen razón ...
Mulberry Street de José María Fonollosa
Dicen que arrodillarse es humillante. Que es esta posición la del vencido, del sumiso, del vil, del que renuncia a la última esperanza de salvarse. Que estar arrodillado en una calle, en un templo o salón, afrenta incluso a aquel que lo contempla y no lo impide. ...
Nieve en la terraza de Enzia Verduchi
Dicen que conocí la nieve en una terraza, pero jamás la he tocado, su blandura o su dureza desconozco. En cambio recuerdo esa terraza por un pino enorme en una maceta, por mis padres bailando Lady day en voz de Sinatra, por la felicidad que ofrecía mirar hacia todos lados. ...
Después de los 30 de Giovanna Pollarolo
Dicen que después de los 30 las mujeres envejecen pronto malhumoradas sufren de males jamás pensados no se resignan y sufren comparándose con la rosa marchita pétalos caídos, belleza acabándose o se resignan y voltean los espejos prefieren las veladas a media luz ...
El corazón de Alaíde Foppa
Dicen que es del tamaño de mi puño cerrado. Pequeño, entonces, pero basta para poner en marcha todo ésto. Es un obrero que trabaja bien aunque anhele el descanso, y es un prisionero que espera vagamente escaparse.
Esto de Fernando Pessoa
Dicen que finjo o miento todo lo que escribo. No. Yo simplemente siento con la imaginación. No uso el corazón. Todo lo que sueño o vivo, lo que me falla o termina, es como una terraza sobre otra cosa aún. Esa cosa es la que es bella. Por eso escribo en medio de lo que no está cerca, ...
Viento negro (Fragmento VII) de César Brañas
Dicen que has muerto. Yo sé que es mentira. ¡Yo sé que es mentira! Tendido sí, inmóvil sí, sin mirada, e imperturbables nervios, dueño de rientes comarcas de ultramundo. En el ataúd dormías, escapados los pájaros de tu albedrío; en tu mortual decoro había una adormilada ...
A aquellos que tienen un cielo bien ganado de María Cristina Orantes
Dicen que hay que dar gracias por haber aguantado el huracán, por haber esperado que pasara la noche. Ahora es otro día y hay que seguir, de frente, levantarse en medio de tantos que quedaron, allí, junto a nosotros. Hay que seguir con todo a cuestas, levantando el pasado ...