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listado de poemas en audio por primeros versos letra a

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1358 poemas con la letra "a"

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Con los pies en la tierra de Leopoldo Castilla
a Mario Trejo Hay un instante en que la mesa vuelve en sí en que el árbol se reúne y es de nuevo ramas, hojas y un pájaro lógico todo recompone la escena los límites que hagan verosímil a ese hombre mirando la siesta él considera que realmente ha aparecido que tiene tiempo ...
Legado de Luis Antonio Chávez
a Marlon Rubén, mi hijo octubre de 1994 Algún día sobre esta misma tierra conocerás el abecedario de mis sueños y comprenderás, que con ellos quise descubrir mariposas pero me creció la ansiedad primero, que la luz que me señalaría el camino... conocerás muchas cosas s ...
Y chau Buenos Aires de Horacio Salas
A más de diez mil metros sobre el agua en el momento justo en que dos ojos verdes me ofrecen una toalla perfumada y no puedo concetrarme en la lectura porque cinco muchachas argentinas suponen - sin conocer a Hemingway es claro - que París es de verdad una fiesta a cada hora no pienso ...
Durante el sueño de Nadia Contreras
A media noche tu sueño es tranquilo. Antes de dormir me prometiste flores y acordamos caminar por el centro. Te contemplo en mi deseo, Olga Lucía. De pronto, me dices que tienes sed, que hace calor, que abra la ventana. Dices que te duele, que es como tener una llama por dentro ...
Toma de conciencia de Rosario Castellanos
A medianoche el centinela alerta grita ¿quién vive? y alguien —yo, sí, yo, no ese mudo de enfrente— debía responder por sí, por otros. Pero apenas despierto y además ignoro el santo y seña de los que hablan. Malhumorada, irónica, levantando los hombros como a quien...
A medianoche... de Jaime Sabines
A medianoche, a punto de terminar agosto, pienso con tristeza en las hojas que caen de los calendarios incesantemente. Me siento el árbol de los calendarios. Cada día, hijo mío, que se va para siempre, me deja preguntándome: si es huérfano el que pierde un padre...
Teléfono de William Ospina
A medianoche, en Nueva York, ella, emergiendo de los mares del sueño, escucha esa palabra cargada de agua azul como otro sueño: Adriático, y sobre un ajedrez de hierro y luna acaso ve las naves. Selección: Eduardo Milán y Ernesto Lumbreras
Padrenuestro de Winétt de Rokha
A menudo la soledad, con su gran rumor de silencio, merodea en mi alma. Las almas oscuras de los murciélagos, azotan ilusiones sombrías en los vidrios. Friolentas, las chimeneas echan su aliento triste, hacia los caminos libres y sin huellas del cielo y del tiempo. La respiración de flor del niño ...
Vértigo de André Cruchaga
A menudo me toca jugar Con la soledad o el olvido Da igual cerrar las puertasAbrir las ventanas Hacer puentes donde no hay ríos Cobrar un sueldo y pagar los impuestos Ir a misa O escuchar un discurso presidencial Salir a la calleO pegarse un tiro en la cama ...
Canción china en Europa de Federico García Lorca
A mi ahijada Isabel Clara La señorita del abanico, va por el puente del fresco río. Los caballeros con sus levitas, miran el puente sin barandillas. La señorita del abanico y los volantes, busca marido. Los caballeros están casados, con altas rubias de idioma blanco. Los grillos cantan por el Oeste. ...
Canción de la hermosa confianza de Clementina Arderíu
A mi amado entregué todas las llaves; tengo a cambio las suyas, y hechas las paces. Pero queda una estancia, en lo profundo, donde entrar no podríamos ni unos segundos. ¡Tantas fuerzas ocultas y pensamientos, libres a todas horas hay allí dentro! En vano intentaría fisgar . ...
Canción de la hermosa confianza de Clementina Arderíu
A mi amado entregué todas las llaves; tengo a cambio las suyas, y hechas las paces. Pero queda una estancia, en lo profundo, donde entrar no podríamos ni unos segundos. ¡Tantas fuerzas ocultas y pensamientos, libres a todas horas hay allí dentro! En vano intentaría...
Un amante de la comedia humana no debería hacer pactos de pudor con sus semejantes de Daniel García Helder
A mí dame las nubes, ellos pueden quedarse con el viento ahora sin nada para empujar. El grito del afilador, las hojas curtidas de enero y febrero y todos los demás sonidos humillados. Ves la lluvia cómo a ratos pierde fuerza sobre el capot de un auto que pasa. ...
A mí la vida me lleva... de Juan Navidad
A mí la vida me lleva y no me gusta. Estar eternamente anclado al horizonte bajo el canto tórrido de sirenas tartamudas. Lápidas que me marcan cuelgan de mis dedos, y me asustan sin motivos obvios, el sino me arranca los latidos que a veces creí que no eran míos. Pero ven. ...
Meciéndose en el agua de Miguel Antonio Jiménez
A mi madre Juanita Alcántara Meciéndose en agua su mirada roba una estrella carne de su luz y el corazón desnudo en la palabra al imán de la forma define su pureza cuajando en la raíz del mediodía su llama de costumbre en los demás curva el sol sobre el tiempo sus labores circula en el olvido ...
Siempre de Juan Gelman
A mi madre La voz que vino del pasado viva se quedó ahí. Es la caricia que no tiene ya, se parece a un día muy claro y tiembla con su transparencia. La conciencia piensa la huella de la suspensión que se enraiza en una mano que se fue adónde. ¡Ah, vagabunda, siempre de aquí para allá! ...
La orilla de Pavel Oyarzún Díaz
A mi madre, Inés Díaz Sotomayor Arrojados de la infancia lugar de ninguna muerte verídica pierdo los ojos en el intento, con la cabeza vuelta. Volver la vista es un gesto de naufragio. Nadie vuelve hasta allá realmente. La orilla se va alejando a una velocidad asombrosa, ...
Envío de Rosario Ferré
a mi madre, y a la estatua de mi madre, a mis tías, y a sus modales exquisitos, a Marta, así como también María, porque supo escoger la mejor parte, a Francesca, la inmortal, porque desde su infierno insiste en cantarle al amor y a la agonía, a Catalina, de deslaza sobre el agua ...
Ultimos días de una casa (Parte 1) de Dulce María Loynaz
A mi más hermana que prima, Nena A. de Echeverría. No sé por qué se ha hecho desde hace tantos días este extraño silencio: silencio sin perfiles, sin aristas, que me penetra como un agua sorda. Como marea en vilo por la luna, el silencio me cubre lentamente. Me siento sumergida en él, ...
El pájaro ruiseñor de Carmen Conde
A mí me canta en el pecho un pajaro ruiseñor. A ti te canta en la boca el beso que te doy yo. Cuántas aves se reúnen para hacerse una canción! Abro la mano y espero que se pose el ruiseñor. Cierras la boca y en ella se mete mi corazón. Cuídalo como yo cuido en mi pecho al ...
Referencias, datos personales de Juan Gelman
A mí me han hecho los hombres que andan bajo el cielo del mundo buscan el brillo de la madrugada cuidan la vida como un fuego. Me han enseñado a defender la luz que canta conmovida me han traído una esperanza que no basta soñar y por esa esperanza conozco a mis hermanos. ...
Referencias, datos personales de Juan Gelman
A mí me han hecho los hombres que andan bajo el cielo del mundo buscan el brillo de la madrugada cuidan la vida como un fuego. Me han enseñado a defender la luz que canta conmovida me han traído una esperanza que no basta soñar y por esa esperanza conozco...
Solidaridad vital de Julio Leite
A mi padre Cuando llegaba un amigo cerraba el mercadito y sobre la mesa del comedor comenzaba a llover pan pescadoy vino De: Aceite humano: Poemas para restañar heridas Selección: Guido Ferrer
Humillada miel de Juan Vicente Piqueras
a mi padre, que cantaba con las manos llenas de miel y rodeado de una nube de abejas en Santa Cruz de Moya. A la miel de desastre y de milagro cortada del panal de nuestra pena acude, enjambre, un hambre de poesía que construye sus íntimas colmenas y las coloca en una aldea ...
De claridad y esperanza de Julio César Aguilar
A mi voz susurró el tiempo su historia de claridad y esperanza, y por mi lengua de barro yo supe que también a la muerte se canta. Vine a este cielo -sólo vine- para alumbrar con la flor de mi verso la tristeza, pero he de saber que en la tierra la alegría-alegría igualmente es flor luminosa. ...
Prefiero persona de Juan Vicente Piqueras
A mí, antes de nacer, me propusieron si quería ser pez, palmera, lagartija. Y dudé mucho antes de decidir, de decir no, prefiero ser persona. A pesar de los pesares prefiero ser persona. No por el pensamiento o la poesía sino por el sabor de las cerezas y por ti, amore...
Adelfos de Manuel Machado
A Miguel de Unamuno Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron soy de la raza mora, vieja amiga del sol , que todo lo ganaron y todo lo perdieron. Tengo el alma de nardo del árabe español. Mi voluntad se ha muerto una noche de luna en que era muy hermoso no pensar ni querer... ...
Amigos de Regis Iglesias Ramírez
A mis amigos pintores de la floresta, de rinocerontes, manzanas y hormigas. A mi amigo dichoso que ha visto el profundo océano sin tener en cuenta los reportes del tiempo . Al que lloró cuatro muertos y aún le queda dolor para mí. A los vástagos del beduino que cruzó y venció al desierto. ...
A mis soledades voy... de Lope de Vega
A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos. ¡No sé qué tiene la aldea donde vivo y donde muero, que con venir de mí mismo no puedo venir más lejos! Ni estoy bien ni mal conmigo; mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma ...
El sauce de Julio Herrera y Reissig
A mitad de mi fausto galanteo, su paraguas de sedas cautelosas la noche desplegó, y un lagrimeo de estrellas, hizo hablar todas las cosas... Erraban las Walkirias vaporosas de la bruma, y en cósmico mareo parecían bajar las nebulosas al cercano redil del pastoreo... En un abrazo de postrero ...
La Zarza de Moisés (Homenaje sencillo a la belleza) de Pedro Jesús de la Peña
A nada se parece la belleza: su mundo es raro y propio. Es la escama de un pez sobre la piedra, es la sedienta ortiga: un despertar de párpados hinchados. Deja siempre los dedos en la niebla, marca hondamente el barro. Es única y desnuda. Nunca se queda donde estoy. ...
Cuerpo (1) de María Auxiliadora Álvarez
A Nayla Chehade Auscultando la respiración o tomando el pulso a un enfermo, aplicando el oído, ante los campos de concentración de esos cuerpos racionados de la miseria, a las palpitaciones de pies, de troncos y de sexos del inmenso y reprimido campo de acción de ciertos microbios ...
La noche esquimal de Ricardo Bogrand
A Nina, en el recuerdo. Todo lo abandoné: Cavé las olas, arranqué los sueños, Dije a la nada adiós, A todos adiós, No pronuncié tu nombre Porque ya estaban lejos sus letras repetidas. Todo lo abandoné: Sigo mi viaje, De nuevo estoy de paso. Sobre París cae el calor de agosto. ...
A nuestra cama vino a encallar la luna de Ana Istarú
A nuestra cama vino a encallar la luna. Dejó este peine, este nácar, este néctar. Puso una seda brillante a tu aspereza. Puso un cristal fragante a cuanta sábana encontraba y no encontraba más que los nardos alados de tu espalda. La tibia, la ladrona, la inesperada vino a beber centellas ...
La canción perdida de Roberto Obregón
A Olga Kómonova Aprehender, sí. Primero asimilando los matices y contornos ocultos. Lo húmedo, lo tibio, y sin soy afortunado el rumor de tu sangre abriendo zanja en la vida. Loco de mí. Inocente. Como si teniéndote sería yo el señor de tus trigales y tus bosques de abedul copados de nieve. ...
Cantar de amor (3) de Miguel Ángel Gómez
A Olga Orozco Los salmos del amor se yerguen de la tierra, sus torrentes a veces las almas aniquilan. Nosotros los cantamos dispuestos a perdernos porque perderse es esto: sumirnos en la vida, hundirnos en sus aguas sin miedo a enloquecer, desventurados, ávidos, sobre lo temporal, ...
De Jean Arp: Rosas pasean sobre las calles de porcelana de Luis Hernández Camarero
A orillas de la fábula teje para sí la noche rosas El ovillo de las cigüeñas frutos faraones arpas La muerte conduce su aleteante ramo bajo las raíces del vacío Las cigüeñas aletean sobre los tejados La noche es una fábula marchita Las rosas pasean sobre calles de porcelana ...
Ojo de agua de Roberto Obregón
A orillas del camino hay un ojo de agua. En él, entre las hojas, duerme la sombra de una estrella. Así mi patria reposa en el fondo de mis ojos. De: El adiós y el retorno
Radio de onda corta de Enzia Verduchi
A oscuras mi padre sintonizaba la radio: una pelea de box en japonés, la crónica de un atentado en italiano o la caída de un avión en ruso. Aunque los periódicos al día siguiente desmintieran sus versiones, él se entendía con la frecuencia y la estática. Fiel receptor de hechos ...
Diáspora de Ariel Montoya
A Pablo Antonio Cuadra Vi a mis hermanos nicaragüenses, a hombres de rompientes horizontes en busca de esperanzas que gravitan en sus pechos, a mujeres dulces con mares y enigmas esparcidos en sus días, a mujeres dulces con mares y enigmas esparcidos en sus rostros, ...
Mar de fondo (XVIII) de Francisco Hernández
A partir de septiembre el río no ha hecho más que crecer. Se lleva lo que a su paso encuentra: casas, puentes, arrumbadas berlinas y muros de contención. La cola del huracán, envuelta en lluvia, llena mi espacio de pájaros sin nido que irrumpen como malas noticias. ...
Desdén de Sara de Ibáñez
a Paul Valéry Vuélvete rosa desnuda al carmen rosa del cielo. La forma de mi desvelo frente a tu sonrisa duda. Quiero y no quiero tu ayuda pábulo de mi agonía; vuelvo la espalda a tu día, y en esta nocturna rosa, con tu ausencia rencorosa, me quema la geometría. ...
El niño de Margarita Carrera
A pedazos van cayendo los terrones angustiados del tiempo. Afuera: el niño. El pantalón roto y el verdor pestilente. Pájaros negros -despiadados- siguen su vuelo. Él está solo sin un ángel y sin un sueño. Impasible. Inmóvil. Sus ojos en la lejanía miden su hambre. A lo lejos: esplendor cohetes a la luna ...
Ad portas de Amalia Iglesias Serna
A Pedro Cano (Inspirado en una exposición del mismo título). La noche y sus jirones, sus espejos cortados. Acampamos fuera de la ciudad amurallada, buscamos en las sombras sus puentes levadizos. Aunque, quizás, después de todo, no queramos entrar y demoramos nuestros pasos en los bordes, ...
Ultima nieve de Francisca Aguirre
A Pedro García Domínguez Una hermosa mentira te acompaña, pero no llega a acariciarte. Sólo sabes de ella lo que dicen, lo que te explican libros enigmáticos que narran una historia fabulosa con las palabras llenas de significación, llenas de claridad y peso exactos, y que tú no comprendes ...
Museo de curiosidades (sala once) de Carmen Pallarés
A Pedro Molina Temboury Abre las puertas ¡sésamo! museo de curiosidades. Lo más raro es el beso, lo más raro; sus leyendas florales, sus familias, la estupenda memoria de los niños. Lo más raro es el viento, son sus labios, sus labios que ahora besan en los míos y en ellos ...
Eche veinte centavos en la ranura de Raúl González Tuñón
A pesar de la sala sucia y oscura de gentes y de lámparas luminosa si quiere ver la vida color de rosa eche veinte centavos en la ranura. Y no ponga los ojos en esa hermosa que frunce de promesas la boca impura. Eche veinte centavos en la ranura si quiere ver la vida color de rosa. El dolor...
Eche veinte centavos en la ranura (I) de Raúl González Tuñón
A pesar de la sala sucia y oscura de gentes y de lámparas luminosas, si quiere ver la vida color de rosa eche veinte centavos en la ranura. ¡Y no ponga los ojos en esa hermosa que frunce de promesas la boca impura! Eche veinte centavos en la ranura si quiere ver la vida color de rosa. ...
La mujer de la sonrisa de Nadia Contreras
A pesar de sus sesenta y cuatro años La miro ser una contigo Como la primera vez El jardín era un buen presagio Sólo tú sabes que hace un tiempo Sus huesos se han vuelto pequeños Que ya no puede caminar ¿Recuerdas? La calle era más larga Ella dice portal Y sabe que vivir ...
Broche de Alfonsina Storni
A pesar de todo esto donde muero de angustia Oigo voces que me dicen: date más, date más... ¿Qué más puedo yo darte? A los vientos mi alma, Para quien la comprenda... a los vientos está. Algunas voces siguen diciendo todavía: El alma es poca cosa, date...