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listado de poemas en audio por primeros versos letra a

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1358 poemas con la letra "a"

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La Victoria de Samotracia de Rosario Castellanos
Avanza como avanzan los felices: ingrávida, ligera, no tanto por las alas cuanto porque es acéfala. Una cabeza es siempre algo que tiene un peso: la estructura del cráneo que es ósea y el propósito siempre de mantenerla erguida, alerta. Y lo que adentro guarda. ...
Alberto Giacometti de Juan Luis Panero
Avanzan solos gris andrajo de nubes gris pesadilla bronce herido llamaradas grises terco pedernal de fantasmas tierra terracota mineral insomnes avanzan furor helado bronce herrumbre ira petrificada cuerpos sombras sombras cuerpos ballet de muerte astillas de sueños avanzan ...
Avanzando En El Viento de Roxana Méndez
Avanzo, arrebatando el ritmo del oleaje... Avanzo sobre todo no piso ni navego yo vago simplemente en el tumbo del viento que viaja con el eco perdido de la tarde. Sonriendo a la distancia me dirijo hacia ella, y siempre que renuevo mi viaje sin retorno la miro más distante. ...
Triángulo (I) de Andrés Sánchez Robayna
avenida de aves: el sol sellado sobre el agua el golpe del aire entre el ave y la página
Pájaro de Néstor Martínez
Aves que expanden sus alas Revolotean sobre mi cabeza Vuelan sobre mi rostro Se posan sobre mis hombros recorren mis brazos y piernas Juegan sobre mi espalda Anidan en mi pecho... Vuelan, tímidas, presurosas, Alzándome, Tus manos. Selección del autor
Danza con agradecimiento de Tirso Canales
Avientan las piernas las parejas. En un círculo agudo El pie se vuelve punta que pica el corazón de este planeta La hierba crece, una flor se aproxima a la mano Mi niño tiene en cruz Los bracerillos como espantapájaros El espíritu azul de la mañana Escapa de sus ojos Un fantasma lo mira ...
Canzone fellini de Fabricio Estrada
Ay de los hiperbóreos gatos del ambarino Vístula, ay, de los gatos del Shangri Lá omniásticos y videntes. Ay de los gatos de Karnak guardianes e intérpretes, sombras prudentes del ronroneo fúnebre. Ay, de los gatos equilibristas ahogados en el Yang Tsé y aparecidos intactos ...
Elegía nocturna de Carlos Pellicer
Ay de mi corazón que nadie quiso tomar de entre mis manos desoladas. Tú viniste a mirar sus llamaradas y le miraste arder claro y sumiso. (El pie profundo sobre el negro piso sangró de luces todas las jornadas. Ante los pies geográficos, calladas, tus puertas invisibles, Paraíso.) ...
Canción de Margarita Laso
ay julián de mis pecados ¡no sabes del amor que te has perdido! la luna desfaldar te habría hechizado mas tú la dejas ir sin ser lamido ¿es que crees que volverá la moza? ¿que otra noche se quitará el bigote? julián de mis pecados de mis rosas mereces que te espinen ...
Luna fina de Juana de Ibarbourou
Ay luna nueva, fresquita Como una hilacha del día, Que en el cielo azul y claro La tarde dejó perdida! ¡Ay luna recién llegada, Que en el fondo del aljibe Pareces una pestaña Caída en el agua triste! Voy a pedirte una gracia... (Dicen que es bueno pedirla Cuando la luna...
Naufragio de Dulce María Loynaz
Ay qué nadar de alma es este mar! ¡Qué bracear de náufrago y qué hundirse y hacerse a flote y otra vez hundirse! ¡Ay qué mar sin riberas ni horizonte, ni barco que esperar! Y qué agarrarse a esta blanda tiniebla, a este vacío que da vueltas y vueltas...A esta agua negra ...
Ay! ¡Transportad mi corazón al cielo! de Carolina Coronado
Ay! ¡Transportad mi corazón al cielo! Ángeles peregrinos que habitáis las moradas divinas del Oriente y que mecidos sobre el claro ambiente por los espacios del mortal vagáis. A vosotros un alma enamorada os pide sin cesar en su lamento alas, para cruzar del firmamento...
Destierro sin ángel de Jesús J. Barquet
Ay, ángel, ¿dónde estás, cómo poder verte? ¿En qué arista del mundo tu recuerdo despidiéndome? ¿Qué largo adiós esta suerte de tierra desconocida? ¿Qué he hecho de mí o qué me han hecho? ¿Qué aún busco que ya más nunca encontraré? ¿Quién como tú que en un recóndito recodo del tiempo ...
Muerte de Nicolás Guillén
Ay, de la Muerte no sé de qué color va vestida y no sé si lo sabré! ¿Mano en el hueso y guadaña, curva guadaña huida, en la punta de una caña? ¡Literatura sabida, terrorismo medioeval para chantajear la vida! Yo entraré en la noche ciega, como entra la bestia...
Ay, hermanos que tengo por el mundo de Carilda Oliver Labra
Ay, hermanos que tengo por el mundo, ay, mi carne perdida en tres pedazos! ¿Dónde están esos rostros, esos brazos, dónde están que en mí misma los confundo? Aquí vivo con patria pero sola, y no puedo olvidarlos simplemente aunque sé que es más huérfano el ausente...
Cantos de la confrontación (III) de Carmen González Huguet
Ay, los de siempre habrán de repetir hasta la saciedad aquello de que toda debilidad tiene en nosotras su morada. No creas una palabra. Nadie le otorgaría la pesada contienda que libramos contra la muerte a manos menos diestras, a cuerpos menos fuertes, a mentes menos claras. Somos las que ...
Motivos de son de Nicolás Guillén
AYÉ ME DIJERON NEGRO Ayé me dijeron negro pa que me fajara yo; pero e que me lo desía era un negro como yo. Tan blanco como te bé y tu abuela sé quién é. Sácala de la cosina, Mamá Iné. Mamá Iné, tú bien lo sabe, Mamá Iné, yo bien lo sé; Mamá Iné te llama nieto. Mamá Iné. ...
Color hueso 2 de Ramiro Oviedo
Ayer lunes La calavera me hizo un guiño Exclusivamente mío. No lejos La catedral parecía una cerveza rubia vista con lupa. Los pájaros comenzaban a tomar por asalto El cielo de la universidad Los enamorados parecían poemas tirados en el césped Y las secretarias...
Honores de David Escobar Galindo
Ayer anduve a solas sobre el oscuro aliento de la luna, desaté la palabra más reservada y más perfecta, para que huyera en ascuas sobre el polvo donde hace siglos hubo una torre, una tumba; respiración de gente que vive aún, que vive, me custodiaba a ciegas desde los cuatro ...
Todos los días el hombre (2) de Julio Iraheta Santos
Ayer bebí, y mientras bebía hablé de mi impotencia, confesé mi orfandad y mostré mis manos que nunca tienen nada, salvo el corazón de Ligia. Yo le quité el corazón porque era la única mujer capaz de amar a un poeta pobre. La besé, la tendí en medio de las horas y fui señor ...
Los pasos perdidos de Luis Eduardo Rivera
Ayer con esa mujer que hablaba desesperadamente hoy quizá con alguna desconocida diletante y mañana contigo, desenterrando las podridas raíces ¿qué haremos de nosotros, amor mío, ...
Epigrama de Odette Alonso
Ayer cuando el teléfono se demoró en sonar descubrí que Alfonsina fue una mujer...
Reflexiones en la hora de las flexiones de Alfonso Gumucio Dagron
Ayer cuando hacía el amor entusiasmado comprendí de pronto toda la verdad de tanto esfuerzo húmedo y pujanza. Señores, se nos pasa la vida tan sudando queriendo regresar los pasos siempre extraviar el espejo que nos mira recobrar el estado cálido inicial grandulones, ...
El día interminable de Jorge Galán
Ayer era domingo y hoy también es domingo, el nombre interminable de un día interminable. La misma taza blanca y el mismo café negro, todos beben y sienten un sabor de penumbra. Una anciana que espera los hijos que no vuelven -ningún hijo esperado...
ayer escuché una canción... de Rogelio Guedea
ayer escuché una canción que se parecía mucho a tu cuerpo. o sea que estuve triste de adioses toda la noche. de ausencias. estuve triste porque la canción no terminaba y era como tu cuerpo. a veces me pregunto cómo pudiste aparecer a tan altas horas de mi dolor. me pregunto ...
Como aquella nube blanca de León Felipe
Ayer estaba mi amor como aquella nube blanca que va tan sola en el cielo y tan alta, como aquella que ahora pasa junto a la luna de plata. Nube blanca, que vas tan sola en el cielo y tan alta, junto a la luna de plata, vendrás a parar mañana, igual que mi amor, en agua, en agua del mar amarga. ...
Ayer estuve observando a los animales... de Jaime Sabines
Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando...
Ayer estuve observando a los animales... de Jaime Sabines
Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas...
Elegía 2005 de Saúl Ibargoyen
Ayer estuvimos entre las muelas rojas de la araña. Hoy besamos con ancianos labios un fulgor de ceniza que antes fue ¿cuándo aquí o dónde allá? un cuerpo carnal respirando desde el hueso. ¿Por qué aceptar las ácidas espumas que nos queman? ¿Por qué renunciar al tránsito...
Último poema de amor de Eladio Cabañero
Ayer fue amor. (Ayer, amor, ¿qué ha sido de la emoción aquella?). A la mañana amaneció en mi frente un sol venido desde muy lejos, desde tu ventana. Hoy te hablo, amiga, en nombre de estas manos y estos ojos perdidos de hombre ausente que en ti soñó sus sueños más cercanos ...
Ayer de Angel González
Ayer fue miércoles toda la mañana. Por la tarde cambió: se puso casi lunes, la tristeza invadió los corazones y hubo un claro movimiento de de pánico hacia los tranvías que llevan los bañistas hasta el río. A eso de la siete cruzó el cielo una lenta avioneta, y ni los niños la miraron. ...
Pérdida del poema de amor llamado "niebla" de Luis Rogelio Nogueras
Ayer he escrito un poema magnífico lástima lo he perdido no sé dónde ahora no puedo recordarlo pero era estupendo decía más o menos que estaba enamorado claro lo decía de otra forma ya les digo era excelente pero ella amaba a otro y entonces venía una parte ...
Ayer la vi en el salón... de José Martí
Ayer la vi en el salón De los pintores, y ayer Detrás de aquella mujer Se me saltó el corazón. Sentada en el suelo rudo Está en el lienzo; dormido Al pie, el esposo rendido; Al seno el niño desnudo. Sobre unas briznas de paja Se ven mendrugos mondados; Le cuelga el manto...
Poema XXXVII (Ayer me bañé en el río...) de Dulce María Loynaz
Ayer me bañé en el río. El agua estaba fría y me llenaba el pelo de hilachas de limo y hojas secas. El agua estaba fría; chocaba contra mi cuerpo y se rompía en dos corrientes trémulas y oscuras. Y mientras todo el río iba pasando, yo pensaba qué agua podría lavarme...
Ayer me fusilaron de Leopoldo de Luis
Ayer me fusilaron. Sé que todo seguirá igual. No habrá concentraciones. Desfilarán oscuros batallones sobre la hierba, el hielo, el polvo, el lodo. Ayer me fusilaron. Ya no escribo. Mi madre llorará. Mi padre, apenas pensará que fue augurio de estas penas y ambos en sueños...
La muerte de Diógenes de Julio Iraheta Santos
Ayer miré a Diógenes caminando por la playa. Sigiloso escondió su lámpara en el viento. Miró hacia mi cabaña y seguro de la soledad escribió en la arena: ¡BUSCO UN HOMBRE...¡ Y se perdió en el mar. 1969
Ojos africanos de Medardo Angel Silva
Ayer miré unos ojos africanos en una linda empleada de una tienda. era ojos de noche y de leyenda eran ojos de trágicos arcanos.. . Eran ojos tan negros, tan gitanos, vagabundos y enfermos, ojos serios que encierran cierto encanto de misterios y cierta caridad con los hermanos--- ...
A una rosa de Luis de Góngora y Argote
Ayer naciste, y morirás mañana. Para tan breve ser, ¿quién te dio vida? Para vivir tan poco, ¿estás lúcida? Y para no ser nada, ¿estás lozana? Si te engañó su hermosura vana, bien presto la verás desvanecida, porque en tu hermosura está escondida la ocasión...
Poema de José Luis Villatoro
Ayer pasó Dios por mi puerta -y me miró a los ojos (nunca lo había visto de aquel modo inquisitivo) Hizo que repitiera el nombre que llevo entre los labios -Era tu nombre amor-Vida -y se puso alegre -y me tocó la frente con sus dedos nudosos (Fuente: Francisco Morales ...
Sobre las ruinas de Arturo Capdevila
Ayer pasó la muerte por mi casa... Se hizo una noche solitaria en torno, y en medio de las sombras de la noche, se hacinaron escombros sobre escombros. El isócromo golpe de las picas desmoronó el hogar. Así fue cómo se desplomaron los antiguos muros, y hoy ya no son más que ceniza ...
Sobre las ruinas de Arturo Capdevila
Ayer pasó la muerte por mi casa... Se hizo una noche solitaria en torno, y en medio de las sombras de la noche, se hacinaron escombros sobre escombros. El isócrono golpe de las picas desmoronó el hogar. Así fue cómo se desplomaron los antiguos muros, y hoy ya no son más que ceniza...
Oda a la pereza de Pablo Neruda
Ayer sentí que la oda no subía del suelo. Era hora, debía por lo menos mostrar una hoja verde. Rasqué la tierra: Sube, hermana oda -le dije- te tengo prometida, no me tengas miedo, no voy a triturarte, oda de cuatro hojas, oda de cuatro manos, tomarás té conmigo. Sube, te voy a coronar ...
En esta tierra redonda y plana (XLVII) de Carmen Naranjo
Ayer te busqué en ese asiento vacío del avión en ese asiento vacío del parque en ese asiento vacío del vestíbulo en ese asiento vacío del taxi en ese asiento vacío del comedor en ese asiento vacío de mi cuarto. Hoy te seguiré buscando.
Carta a casa de José Antonio Cedrón
Ayer te pensé o soñé que estabas en casa y te pensé o soñé como eras hace mucho bajo un cielo que era también como hace mucho esas cosas de hombre de niño que uno tiene te soñé como eras cuando yo no era éste y te pensé después y anduviste girando en mi cabeza durante todo el día. ...
Ayer te vi en la calle... de Ernesto Cardenal
Ayer te vi en la calle, Myriam, y te vi tan bella, Myriam, que (¡Cómo te explico qué bella te vi!) Ni tú, Myriam, te puedes ver tan bella ni imaginar que puedas ser tan bella para mí. Y tan bella te vi que me parece que ninguna mujer es más bella que tú ni ningún enamorado...
Nos amamos en una bicicleta de Santiago Azar
Ayer tú y yo, en un solo beso para la vida, en el amor que nos conoció a los quince años y yo pedaleando para un nunca llegar tarde a tu corazón. Fuimos nosotros los que inventamos el beso en una bicicleta, la edad de las miradas con un cuaderno en la mano. Fuimos nosotros, ...
Ayer vino la paloma de Andrés Eloy Blanco
Ayer vino la paloma que viene todos los días, ayer se paró en la reja y comió de mi comida, ayer vino hasta mis hierros, ayer me escuchó tranquila y digo en el romancillo las cosas que le decía: -Paloma, vuelve a los cielos y mira hacia los tejados; cuando veas una casa grande, ...
Mudanza de Salvador Díaz Mirón
Ayer, el cielo azul, la mar en calma y el sol ignipotente y cremesino, y muchas ilusiones en mi alma y flores por doquier en mi camino. Mi vida toda júbilos y encantos, mi pecho rebosando de pureza, mi carmen pleno de perfume y cantos y muy lejos, muy lejos, la tristeza. ...
Ayer, encima de ese avión... de Gonzalo Rojas
Ayer, encima de ese avión que me trajo del otro lado, miré largo el piedrerío: cumbre y cumbre, abismo y más abismo. Pensé, ¡qué raro!, ¿quién habrá inventado que somos necesariamente dos, los de aquí y los de allá? Por lo menos el Hado no lo dice. Límite, ¿qué será...
Ayer, mientras leía a Borges de Edel Morales
Ayer, mientras leía a Borges, pensé de un modo diferente la tristeza. El polvo al pie de las murallas era el polvo apagado en una tarde de verano, pero en la página viva fue el pulso intemporal de una escritura —suspendida desde antaño...