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listado de poemas en audio por primeros versos letra a

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1358 poemas con la letra "a"

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El geólogo de William Ospina
Aquí hubo un mar hace un millón de años. El hombre no lo sabe, más la piedra se acuerda. Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas, Todo de piedra ya, forma magnífica Que se negó a ser polvo. Ante el peñasco y el guijarro, piensa Que acaso fueron seres dolorosos, ...
Al adquirir una enciclopedia de Jorge Luis Borges
Aquí la vasta enciclopedia de Brockhaus, aquí los muchos y cargados volúmenes y el volumen del atlas, aquí la devoción de Alemania, aquí los neoplatónicos y los gnósticos, aquí el primer Adán y Adán de Bremen, aquí el tigre y el tártaro, aquí la escrupulosa tipografía y el azul de los mares, ...
Una forma de ser de Ramón Palomares
Aquí llega el noche el que tiene las estrellas en las uñas, con caminar furioso y perros entre las piernas alzando los brazos como relámpago abriendo los cedros echando las ramas sobre sí, muy lejos. Entra como si fuera un hombre a caballo y pasa por el zaguán sacudiéndose la tormenta. ...
Cerro de la estrella de Octavio Paz
Aquí los antiguos recibían al fuego Al mediodía las piedras se abren como frutos El agua abre los párpados La luz resbala por la piel del día Gota inmensa donde el tiempo se refleja y se sacia A la española el día entra pisando fuerte Un rumor de hojas y pájaros avanza...
Hamburgo de Heberto Padilla
Aquí los barcos entran lentos, cuidando no escorar; son contemplados por el ávido puerto. La niebla inunda el apacible canal. Y otros barcos de Holanda, de Suecia, de Noruega, también entraron lentos al puerto de Hamburgo hace cuarenta días. Para estos barcos vive el puerto, ...
Recomendaciones finales de Pablo Neruda
Aquí me despido, señores, después de tantas despedidas y como no les dejo nada quiero que todos toquen algo: lo más inclemente que tuve, lo más insano y más ferviente vuelve a la tierra y vuelve a ser: los pétalos de la bondad cayeron como campanadas en la boca verde del viento. ...
El cuento de nunca acabar de Carmen Alardín
Aquí me tienes al alcance de tu alma y a merced de tus ojos, protagonista de una historia que no he vivido y que sin embargo se ha eternizado en el tiempo y se ha filtrado dentro de tu piel. He luchado por encontrarte sin darme cuenta que desde hace muchos siglos vivías dentro de mí, ...
Cartagena de Indias de Pedro Granados
Aquí me tienes otra vez disponible al poema. Sentado en un lugar ideal esperando el poema. Un lugar ideal y tranquilo entre el ir y venir de la gente y el poema no viene. En este sábado por la tarde en pleno centro de Cartagena el poema no viene. Entre la calle del Porvenir ...
Trama de Circe Maia
Aquí me ves, cubriéndome la espesa capa, torpe tejido de los desordenados pensamientos: germina uno, se alza un poco, baja y en una niebla de trivialidades se diluye, se ablanda. Dio una hora el reloj. La hora lisa. Pronto se agotarán estos sonidos de cháchara liviana. Pronto...
Aquí no esperaré a nadie... de Jorge Meretta
Aquí no esperaré a nadie ni siquiera por mí porque ya estuve. Ni por ti que estás llegando para que no haya un adiós o lamentar escondites...
hola de A Aa. No Va Aqui
aquí no hay nada que ver ¡verdad¡
Aquí no hay estaciones... de Carmen Rosa Orozco
Aquí no hay estaciones o refinamiento de las costumbres o té a media tarde sólo necesidad de lo necesario como animales adscritos a un instinto primario sí sabemos que hacer con la tristeza colocarla a un lado y trabajar para obtener tan poco arrastrando nuestros pies ...
Biblioteca de José Luis Martínez de Eduardo Langagne
Aquí no hay muertos. Ramón, a la mitad del foro, lee un poema con sabor a chía y ajonjolí. Rulfo vino a buscar a Juan: un instante de luz en las palabras. Gorostiza envuelve en llamas la soledad de los pasillos por donde José Luis Martínez, bibliófilo celeste, coloca libros detenido...
Elegía pura de Angel González
Aquí no pasa nada, salvo el tiempo: irrepetible música que resuena, ya extinguida, en un corazón hueco, abandonado, que alguien toma...
Mi vida entera de Jorge Luis Borges
Aquí otra vez, los labios memorables, único y semejante a vosotros. Soy esa torpe intensidad que es un alma. He persistido en la aproximación de la dicha y en la privanza del dolor. He atravesado el mar. He conocido muchas tierras; he visto una mujer...
Aquí pasaba a pie por estas calles de Ernesto Cardenal
Aquí pasaba a pie por estas calles, sin empleo ni puesto y sin un peso. Sólo poetas, putas y picados conocieron sus versos. Nunca estuvo en el extranjero. Estuvo preso. Ahora está muerto. No tiene ningún monumento... Pero recordadle cuando tengáis puentes de concreto, ...
Mapa con una piedra de Manuel José Arce Leal
Aquí queda el océano: los pesqueros que abandonó Somoza. Aquí, la costa: el algodón, bananos, caña de azúcar, caucho, cacao, ganado y paludismo. Mas acá, el altiplano, las fincas de café y de cardamomo. Y mas acá, hasta arriba, se encuentran la montaña y las tierras estériles. ...
Jornada de Vilma Vargas
Aquí quedó oscilando mi última furia. Engullo cada mancha de la pared, cada clavo. Y me siento dueña de mi voz descolgándose, palpo sus aristas y me quedo quieta, absorbo su semilla y ya no se esparce. Me tiendo sin una piedra o talismán. Recorro el cuarto con los ojos abiertos: ...
Porque en mi casa sucede de todo de Mario Meléndez
Aquí se baila al ritmo de las estufas se canta como los grillos más desesperados se aprende a desnudar al viento que nunca nos muestra su trasero y en noches de luna llena jugamos a ser felices midiéndonos los colmillos Porque en mi casa sucede de todo y los pocos ratones ...
Abuelos (III) de José Antonio Cedrón
Aquí se estableció con sus manteles de hule el carmín de aquel tiempo cuando el furor en los labios. Sobre una tabla blanca y lisa cuadriculó domingos en la harina. Quiso Génova, plantas y lo claro del cielo arriba de las flores. Negó oficios y amores con signos de pureza, ...
Desubicación de Amanda Pedrozo
Aquí se estila lavarse las axilas por tiempo indefinido mientras se viva y se acostumbra el amor por cuotas el vestido decorosamente limpio sin señales de pasto ni de mariposas o sea que todo viene a ser cuestión de estilo y de mandamientos por lo cual entiendo razono que aquí no quepo yo ...
Aceite humano de Julio Leite
Aquí sobre la noche y sus virtudes deambuloen estas líneas pensando en tu prometido cielo de caricias, y ya no puedo escribir tanta poesía porque escribir poesía es tratar de encontrarla y yoeterno navegante de silencios, triste habitante del vacío y del miedo al fin he hallado la palabra. ...
Aquí te amo... (Poema XVIII) de Pablo Neruda
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda el viento. Fosforece la luna sobre las aguas errantes. Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes figuras. Una gaviota de plata se descuelga del ocaso. A veces una vela. Altas, altas estrellas. O la cruz negra ...
Aquí te amo... (Poema XVIII) de Pablo Neruda
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda el viento. Fosforece la luna sobre las aguas errantes. Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes figuras. Una gaviota de plata se descuelga del ocaso. A veces una vela. Altas, altas estrellas. O la cruz negra...
A mi mano (Casi soneto) de Eugenio Florit
Aquí te ves, con tus cinco puntas, anoche flojas sobre la almohada, y este minuto las cinco juntas sobre la letra recién creada. Sobre la letra que se derrama como unas luces de alas difusas y que se enfocan para su drama a cada golpe con que las usas. Pinta las buenas, las elocuentes; ...
A la inmensa mayoría de Blas de Otero
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre aquel que amó, vivió, murió por dentro y un buen día bajó a la calle: entonces comprendió: y rompió todos su versos. Así es, así fue. Salió una noche echando espuma por los ojos, ebrio de amor, huyendo sin saber adónde: a donde el aire...
Un chocolate viene de Reina María Rodríguez
aquí tengo en la cartera un chocolate. apretada le letra de un hombre se ha prendido al papel que lo envuelve. un hombre azul me lo envía lo deja caer desde una nube. un chocolate viene desde un vuelo muy altosin aviso a mi boca y en el gusto van entrando sus ojos. estoy comiendo ojos ...
Fuga de otoño de Alfonso Cortés
Aquí todo, hasta el tiempo se hace espacio. En los viejos caminos nuestra voz yerra como olvido, y un éter lleno recuerdos, se ha salido de nosotros el alma, para vernos de lejos. El cielo es como un fiel recuerdo de colores, en que tú arremolinas, luz sonora, tus vientos; la loca ...
El amor de mis amores (V y VI) de Carolina Coronado
Aquí tu barca está sobre la arena: desierta miro la extensión marina: te llamo sin censar con tu bocina y no pareces a calmar mi pena. Aquí estoy en la barca triste y sola aguardando a mi amado noche y día; llega a mis pies la espuma de la ola, y huye otra vez, cual la esperanza mía. ¡Blanca...
La Zarza de Moisés de Pedro Jesús de la Peña
Aquí tuve la fiebre. Grandes selvas se extienden ante mí: eran zarzas y ardían, eran ardiente espino, pero no se quemaban. Yo conocí estos templos en toda su pujanza, conocí el santuario con doscientas vestales, las ofrendas magníficas y las túnicas blancas que daban un sonido de timbal ...
Aquí va la encomienda de Angela Leite de Souza
Aquí va la encomienda hace tiempo prometida. No va certificada, prefiero la garantía de este sello que pego con celo y saliva. Destapa la caja a la manera bien minera: Minas jamás se entrega la primera. ¿Ves las cortinas de vagones en fila? ¿Las colinas diamantinas? ¿Las lamparillas ...
Aquí vivimos de Alejandra Pizarnik
Aquí vivimos con una mano en la garganta. Que nada es posible ya lo sabían los que inventaban lluvias y tejían palabras en el tor- mento de la ausencia. Por eso en sus plegarias había un sonido de manos enamoradas de la niebla. a André Pieyre de Mandiargues) ...
En la tumba de Keats de José García Nieto
Aquí yace Adonais. Su nombre estaba escrito sobre el agua
Epigrama de Leandro Fernández de Moratín
Aquí yace mi mujer ¡qué dicha la de los dos! Ella se fue a ver a Dios y Dios me ha venido a ver De: Antología de la poesía erótica y española e hispanoamericana Edición de Pedro Provencio
Límite de Rosario Castellanos
Aquí, bajo esta rama, puedes hablar de amor. Más allá es la ley, es la necesidad, la pista de la fuerza, el coto del terror, el feudo del castigo. Más allá, no. De: Poesía no eres tú
El último día de la fiesta (II) de Carlos Marzal
Aquí, con convicción, ya nada te retiene. Suena de nuevo idéntica la música y no es fácil andar sobre el untuoso suelo del local. Ha pasado la hora de raptarse alguna compañía con quien querer fingir la noche inacabable, y te será mejor no recurrir a invitados finales, errante cada cual ...
Trashumancias (II) de Héctor Miguel Collado
Aquí, contigo, en ti sobre tu cuerpo escribo, trazo increíbles garabatos con la vara del recuerdo. Con las sílabas de mi carne describo descabellados actos aprendidos de memoria a flor de calle y apenas alcanzo a descubrir el infierno que arde en tu boca.
Acelerando de José Hierro
Aquí, en este momento, termina todo, se detiene la vida. Han florecido luces amarillas a nuestros pies, no sé si estrellas. Silenciosa cae la lluvia sobre el amor, sobre el remordimiento. Nos besamos en carne viva. Bendita lluvia en la noche, jadeando en la hierba, ...
Me espera de Leopoldo de Luis
Aquí, en la habitación, sobre la cama, me está esperando un muerto que aún respira. Mira, como mirar, ya no me mira. Mirar, como llamar, sí que me llama. La luz apenas roza su figura como un pájaro breve que si vuela es sólo porque pone aire en la tela que le cubre de frío y de blancura. ...
Las vacas (Lyons la Foret) de Yolanda Pantin
Aquí, en la Normandie fui inmensamente infeliz A la sombra de las vacas tomé un coche -vagaré por estos mundos tan extraños tan profundos- Sentí miedo por los verdes diluvios los cisnes en los lagos un camino serpenteante-Lloraba en los brazosde la Francia impenetrable- ...
Recados para la mujer de los inviernos de Santiago Azar
Aquí, hoy, en la desesperación de los inviernos, me recuesto a tu lado, mi mujer de secretos y llamas. Quiero sembrar en tu pecho los besos del tiempo y en los veranos venideros recoger el trigo en este lecho. Ya sé que deseas que tu nombre lo pronuncien las gentes, ...
Salmo de Eliana Navarro
Aquí, junto a esta puerta, aquí llamo llorando. Aquí sin cuerpo llego, perdida de mí misma, perdida de mis pasos, de mi voz, de mi alma, con un sabor de muerte entre los labios. Y tú tienes un verbo sin palabras, una luz cegadora, una sombra que es áspera, un hálito de nieve, ...
España, aparta de mí este cáliz (VIII) de César Vallejo
Aquí, Ramón Collar, prosigue tu familia soga a soga, se sucede, en tanto, que visitas, tú, allá, a las siete espadas, en Madrid, en el frente de Madrid. ¡Ramón Collar, yuntero y soldado hasta yerno de su suegro, marido, hijo limítrofe del viejo Hijo del Hombre! Ramón...
Miedo de Alfonsina Storni
Aquí, sobre tu pecho, tengo miedo de todo; estréchame en tus brazos como una golondrina, y dime la palabra, la palabra divina que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo. Háblame amor, arrúllame, dame el mejor apodo, besa mis pobres manos, acaricia la fina mata de mis...
Desnudo (III) de Cira Andrés
Aquí, ¡qué extraño!, está mi cuerpo: insólito, pueril. Ha servido para que el tiempo se apasione y borde sus caprichos. Agadecido, convoca y celebra el deseo ciego en su idioma de pérdidas y deriva a las cabriolas de la imagen porque no es partes sino un órgano solo, ...
La mano derecha de Roberto Monzón
Araña de manto tibio falangista en los uñazos suspendida en baba suelta del antebrazo... Araña de vientre terso arrastrandito callando arañandito rasgando arañita de mi miedo. De: Cuenta final Fuente. Javier Payeras
El instante es el camino de Julio César Aguilar
Árbol antiguo visto desde una infancia, el tiempo se deshoja, floreciendo, siempre reintegrándose a sí mismo, firme ante los aires de cualquier viento, ante los vientos de la muerte, el viento iracundo de la nada. Suspiro interminable es caminar el tiempo, ...
Introducción de Julian del Casal
Árbol de mi pensamiento Lanza tus hojas al viento Del olvido, Que, al volver las primaveras, Harán en ti las quimeras Nuevo nido; Y saldrán de entre tus hojas, En vez de amargas congojas, Las canciones Que en otro mayo tuvisteis, Para consuelo de tristes Corazones.
Daimon atopon (II) de Jaime Siles
Árbol de olvido, tú, cuerpo incesante, paloma suspendida sobre el vértigo. Hay una sal azul tras de tus cejas, un mar de abierto fuego en tus mejillas y un tic-tac indecible que me lleva hasta un profundo dios hecho espuma. Y es otear el aire, arañar el misterio, acuchillar la sombra. ...
Adán de Federico García Lorca
Árbol de sangre moja la mañana por donde gime la recién parida. Su voz deja cristales en la herida y un gráfico de hueso en la ventana. Mientras la luz que viene fija gana blancas metas de fábula que olvida el tumulto de venas en la huida hacia un turbio frescor de la manzana. ...